Cristina Iglesias: confinada y «confitada»

Cristina Iglesias estudia el doble grado Periodismo y Ciencias Políticas en la Universidad CEU Cardenal Herrera. En esta entrada, Cristina relata su ajetreado confinamiento. Trabajo y estudio, cocina, lectura y retos múltiples. ¡Gracias, Cristina!

Pasen, lean y, si se animan, sugieran recetas.

La puerta que más veces he abierto esta cuarentena ha sido la de la nevera. Después de un mes sin salir de casa y amante de la gastronomía como soy, decidí ponerme creativa. Y también, manos a la obra desde el primer día: con platos tradicionales, como el potaje de vigilia o las torrijas; platos orientales, latinoamericanos… Mezclaría sabores y especias, en busca de una «bomba» que alcanzara el «umami«, el sabor perfecto.

Cristina Iglesias es una amante de la cocina. Patatas con níscalos.
Cristina Iglesias es una amante de la cocina. Patatas con níscalos.

Veo la calle a través de mi ventana. A veces un poco más, si salgo al balcón. Observo las palomas que se posan en el edificio de enfrente, indiferentes. Imagino cómo sería tener alas. Sobre todo en momentos como éste, donde parece que nos hayan arrebatado parte de nuestra libertad.

Vuelvo adentro, trabajo y estudio. Otro rato leo y comento la lectura con mi madre. Luego pinto o escribo. La cuestión es exprimir la imaginación al máximo. Miles de ideas fluyen como locas, batallando contra la monotonía.

Cristina Iglesias: confinada y confitada

Acepto propuestas que me llegan por las redes. Que un baile que se monta por el grupo de WhatsApp de la familia; que si toca subir una canción que empiece con la primera letra de tu nombre; y luego alguien organiza un concurso exprés de patatas bravas. Bueno, bueno, quién diría que no se para estando confinados en casa.

Confinada y confitada. Porque, ¡anda que no se consumen dulces! Sobre todo, el chocolate. En mi casa estamos haciendo de oro a ciertas marcas comerciales, con las «chocolatadas» de las tardes y los bizcochos de los fines de semana. Son debilidades que nos hacen sentir mejor. Debilidades que no hay que sentir como tales, sino como caprichos que nos hacen sonreír un poco más cada día.

Para Cristina Iglesias, el nacimiento de un niño apunta la victoria de la vida.
Para Cristina Iglesias, el nacimiento de un niño refleja la victoria de la vida.

Si algo he aprendido estos días es que la vida se abre paso hasta en los momentos más oscuros. Hay que tener esperanza. Creer en el optimismo, ver la luz no solo al final del túnel, sino en el propio túnel.

En este tiempo confinado he cantado más de cinco «cumpleaños felices». También, saludado y hablado con los vecinos de balcón a balcón.

Pero lo más conmovedor ha sido descubrir que en el edificio de enfrente ha nacido un niño. Una nueva vida se suma a nuestra calle, burlando a la muerte. Demostrando que todo pasará y que la vida vencerá a todo mal que nos ronde.

Otros relatos del confinamiento:
Iván Calatayud
Ramón Pérez
David Gómez
Isidro Fillol

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