«No conozco a nadie que no haya sido feliz en su Erasmus»

Mi nombre es Malén y estudio 4º de Periodismo. Este primer cuatrimestre he podido disfrutar de la mejor experiencia de mi vida. Todo el proceso empieza casi un año antes, con la selección de destinos, notas medias, idiomas… Si te sale todo bien y te seleccionan en tu primera opción, enhorabuena, te irás a tu destino favorito, y si no, no te preocupes, se convertirá en tu destino favorito. No conozco a nadie que no haya sido feliz en su Erasmus.

En mi caso, tanto mi primera opción como mi destino final fue Wroclaw, Polonia. Era una recomendación de una amiga, y no se equivocó. Cuando la gente piensa en Polonia, se le viene a la cabeza un país frío y aburrido, pero lo que no saben es lo lejos que están de la realidad.

Un Erasmus conlleva ciertas obligaciones y preparaciones previas muy importantes: maletas, alojamiento, vuelos, estudios, papeleo… Pero no te agobies, todo fluye, solo sé responsable y no dejes las cosas para el ultimo momento.

El CEU me ayudó mucho con el tema del papeleo, no estas solo por muy perdido que te sientas. En cuanto a los vuelos y el alojamiento depende más del ti. En mi caso yo decidí alojarme en la Olowek, una residencia pública muy grande de Wroclaw y bastante conocida entre los estudiantes españoles. Pero tienes muchas opciones más. La Olowek es una residencia un tanto curiosa, pagas 130€ al mes con todo incluido, no te puedes esperar mucho. La mayoría de los pisos dentro de la resi son de cuatro personas.

Yo compartía un piso enano con un baño con las que se convertirían en mi familia, Sandra, Mariam y Carmen. No te preocupes por la convivencia, lo importante es que todo el mundo dé su brazo a torcer.

A parte de tus amigos del piso, tienes que abrir mundo y prepararte para conocer a más gente de la que te puedas imaginar. Yo lo recuerdo como algo muy emocionante a la vez que confuso. Todo el mundo se presentaba a todo el mundo, una lluvia de nombres y ciudades que se enredan en tu cabeza. Tardé dos semanas, como mínimo, en ubicar a “todo el mundo” de mi resi y aun faltaba conocer al resto de erasmus de la ciudad.

Entre tanta gente, yo me preguntaba todo el rato con qué personas acabaría formando un grupo para siempre. Aunque al principio parezca imposible, acabas encontrándolo, y es maravilloso, en menos de lo que piensas acaban siendo tu familia. Es de alguna forma como tu campamento base, luego fuera de él te llevas con muchísima gente más, pero tu grupo está siempre ahí para ti.

Estar en una residencia ayuda mucho a encontrar amigos, pero si prefieres irte a un piso, no te preocupes, vas a encontrar a gente igual. La fiesta es siempre un buen momento para socializar y ya te digo que vas a tener fiesta de sobra. Hemos salido todos los días que hemos querido y hemos disfrutado mucho. Sobre todo, la fiesta era los lunes, miércoles, jueves y viernes. Días tienes, lo importante es que seas capaz de compaginarlo con los estudios y la vida diurna.

«Me habían dicho que jamás olvidaría mi Erasmus, y siempre pensaba que era una exageración: ahora no puedo estar más de acuerdo.»

A parte de la fiesta, una de las cosas más enriquecedoras y que me llevo sin duda conmigo para siempre, es la oportunidad de viajar a toda Europa. Polonia tiene a su alrededor muchos países a casi menos de cuatro horas en bus, porque sí, el Flixbus va a ser tu mejor amigo en esta experiencia. En mi caso, visitamos Cracovia, Praga, Berlín, Viena, Budapest, Bolonia, Florencia, Varsovia, Gdanks, Zakopane y Lodz.

Ahora lo pienso y me parece una cantidad de destinos que no hubiera imaginado visitar en mi vida, pero es que hay que aprovechar el tiempo que tienes. Una de las cosas que mas agradezco a la Beca Erasmus es esta oportunidad de descubrir el mundo con tus amigos.

Y aunque parezca que no, también hay tiempo para estudiar. Y no te preocupes, no tendrás que aprender polaco, las clases se imparten en inglés. Tienes una oportunidad muy buena para mejorar el idioma, además de relacionarte con mucha gente internacional. Mis asignaturas eran muy interesantes y bastante diferentes a lo que había visto en España.

Siento que no he podido explicarme ni trasmitir como quería mi experiencia, pero es que ahí está la cuestión: es algo que solo pueden entender aquellas personas que lo han vivido. Me habían dicho mil veces que seria un episodio de mi vida que jamás olvidaría, y siempre pensaba que era una exageración, pero ahora no puedo estar más de acuerdo.

El Erasmus, en resumen, es una OPORTUNIDAD, una oportunidad para crecer como persona, como estudiante, conocer gente muy diferente, aprender de muchas culturas y sobre todo, ser feliz. La vuelta a la realidad es lo peor, pero es lo que te hace valorar todo lo que has vivido.

Todo el mundo debería aprovechar la oportunidad que nos da la Unión Europea, no debéis dejar escapar esta experiencia, es inolvidable.

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