Erasmus + Prácticas: no preguntes por qué, decide cuándo

Hola a todos, soy Rafa, y actualmente curso el Grado de Periodismo. Como todo estudiante, a medida que se acerca el final de la formación universitaria, me planteé cuál iba a ser mi futuro laboral con todas las incógnitas que conlleva. Bastaba con entrar a las plataformas online de empleo para ver los perfiles que demandaba el mercado y había dos características que prevalecían sobre el resto: experiencia laboral y conocimientos de inglés.

Tras pensar cómo podría mejorar mi currículum, me puse en contacto con mi tutor en la Universidad para tratar de encontrar una beca que me diese la posibilidad de trabajar en el extranjero, es entonces cuando surgió la posibilidad de solicitar el Erasmus Prácticas. Una vez sabía los pasos que debía seguir para conseguirla, empecé la búsqueda para encontrar una empresa en la que realizar las prácticas.

Desde el Castillo de la ciudad, vista impresionante de Praga.

La realidad es que no fue una tarea fácil, puesto que no sabía el país al que quería ir y desconocía cuál podía ser la mejor opción para mí. Tras buscar en varios portales web en los que se ofertaban prácticas en el extranjero y no haber conseguido contactar con ninguna empresa, opté por ponerme en manos de una agencia que me ayudase a encontrar un lugar en el que realizar mis prácticas.

A la hora de escoger los países, decidí descartar ir a Reino Unido por la situación política por la que estaba pasando, ya que en aspectos como el seguro médico o la beca tenía serias dudas si me iba a ofrecer una garantía absoluta. Tras valorar detenidamente las distintas posibilidades que tenía, opté por ir a la República Checa -a Praga más exactamente-, ya que era un país asequible económicamente y en el que sus habitantes tienen un buen nivel de inglés.

Praga me ofrecía todo aquello que quería: una gran ciudad, cosmopolita, con mucho ambiente joven y con una gran historia. Tengo que reconocer que no tenía un gran conocimiento tanto del país como de la ciudad, ya que nunca lo había visitado anteriormente y tenía muy pocas referencias acerca del estilo de vida, costumbres e historia de Chequia.

«Las prácticas internacionales van más allá de la experiencia personal: son una inversión de futuro».

Pese a que la experiencia ha sido inolvidable, tengo que reconocer que los inicios no fueron fáciles, puesto que tuve que cambiar de empresa como consecuencia de una falsa promesa que se me realizó por parte de la empresa con la que iba a trabajar, Prague Morning, en la que sin haberme dicho nada, no tenían oficinas y pretendían que trabajase a diario desde casa, todo un sinsentido.

Por suerte, pude resolver el problema y el Spanish Language Institute de Praga me ofreció la posibilidad de realizar las prácticas con ellos. Pese a que era una academia de español, todo lo que me ofrecían se ajustaba a lo que estaba buscando, ya que estaban trabajando en la creación de una página web y querían trazar una nueva estrategia de marketing para la academia. Me permitieron hacerme cargo del SEO y de los contenidos de la página web, así como de gestionar la estrategia de las redes sociales con absoluta libertad. Otro aspecto positivo, es que el programador informático con el que iba a trabajar era alemán, por lo que iba a poder practicar el inglés a diario.

Instalaciones del Spanish Language Institute de Praga.

Os adjunto el resultado final de la página web: https://www.sli-praha.cz/es/inicio/

Trabajar en el Spanish Language Institute fue una gran oportunidad para mí, ya que era una academia de referencia en Praga, con más de seis años de experiencia y alrededor de 60 alumnos, por lo que iba a ser una aportación más que positiva a mi currículum. Otro de los aspectos positivos de esta academia es que estaba situada en pleno centro de Praga, más exactamente en Plaza Wenceslao, por lo que estaba perfectamente comunicada con todos los puntos de la ciudad y facilitaba mucho el trayecto a todos los barrios.

El día a día en la empresa fue estupendo, ya que éramos un grupo de gente muy joven que congeniamos muy bien y que convertía el trabajar en todo un placer. Mi horario era bastante flexible, siempre y cuando realizase cinco horas diarias de trabajo, en la gran mayoría de los casos por la mañana. Otro de los aspectos que también quiero destacar, es que no solo mejoré mi inglés, también aprendí un poco de checo gracias a la clase semanal que recibíamos en la academia, tengo que reconocer que pese a ser un idioma dificilísimo, la clase resultaba muy divertida.

Más allá de las prácticas, he tratado de realizar otras actividades que me han permitido conocer con mayor profundidad la cultura del país y personas de una gran cantidad de nacionalidades: viajes, intercambios de idiomas y actividades culturales.

Realizar el Erasmus Prácticas, podría decir que ha sido la mejor experiencia de mi vida. Pese a que los inicios siempre son difíciles, más aún cuando estás en un país que no es el tuyo, acaba por convertirse en una experiencia que te cambia la vida totalmente.

La posibilidad de vivir en otro país, con una cultura y tradiciones totalmente distintas y obligándote a utilizar otro idioma para comunicarte, hace que madures en todos los aspectos, al mismo que tiempo que te ayuda a ver el mundo desde otra perspectiva.

Si alguien me preguntase por la posibilidad de realizar el Erasmus Prácticas, no dudaría ni un solo momento en decirle que lo haga, que no se lo piense dos veces porque va a ser una experiencia que nunca olvidará.

Más allá del aspecto personal, trabajar en una empresa en el extranjero supone un gran impulso para el currículum vitae, resultando especialmente útil para encontrar un buen trabajo en un mercado con tan pocas oportunidades como es el de España; es por ello que va mucho más allá de la experiencia, al mismo tiempo que se disfruta, se está haciendo una inversión de futuro que posteriormente, con total seguridad dará sus frutos.

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