Ananda Rubio, ex alumna de la CEU UCH, relata en esta entrada su trayectoria «mutante» en el desempeño del Periodismo
Texto y fofos: Ananda Rubio.
Cuando miro hacia atrás y veo todo lo que he hecho en esta vida, no puedo dejar de esbozar una gran sonrisa. Mitad incredulidad, mitad alegría.
Lo cierto es que ni en mis mejores sueños podía haber imaginado los lugares en los que he estado, las personas a las que he conocido y las experiencias que he vivido.
Todo ello, se lo debo en parte (o de lleno) al Periodismo. Cuando me decidí tímida (e ingenuamente) a cursar esta disciplina no sabía todo lo que iba a aprender y a disfrutar. Esto se lo debo en parte (o de lleno ) a la Universidad CEU Cardenal Herrera.
Este lugar al que llegué por primera vez (hasta ahora había estudiado en la enseñanza pública de mi pueblo, La Eliana,) me llenó no solo de conocimientos sino de sueños, disciplina y amistades. Reconoció todo mi esfuerzo sobremanera y aun ahora, lo siento como mi casa.
De hecho, cuando el otro día pisé la CEU UCH con Pepe -mi profesor de televisión entonces- después de más de 10 años, se me puso la carne de gallina y me sentí eternamente agradecida. Igualmente orgullosa y sorprendida de la acogimiento del profesorado. En la CEU UCH la relación con ellos siempre ha sido cordial cercana y humana.
Con todo ello me dispongo a compartir con vosotros, futuros o actuales profesionales de la comunicación mi experiencia por si alguno le puede servir de inspiración (o prevención).
Ananda: un par de premios y muchas expectativas
Mi nombre es Ananda Rubio; soy licenciada en Periodismo en la promoción del 2001 al 2006. Me gradué con un par de premios (Ananda obtuvo el Premio al Rendimiento de la Generalitat Valenciana) y muchas expectativas; todo ello me valió de poco realmente.
La otra carrera, la de la vida, ha sido más dura pero fascinante y transformadora a nivel personal y profesional.
«Me considero una mutante, porque he tenido que cambiar la piel varias veces y adaptarme a diferentes ambientes, hábitats, climas y situaciones».
Recién licenciada y una vez realizadas mis prácticas en Las Provincias y en Canal 9 me trasladé a Madrid. Una simple llamada un viernes por la tarde cambió mi vida durante los siguientes siete años.
Así, en 24 horas me planté en la capital con mis maletas y empecé a cambiar una piel. Mi primer trabajo como reportera era divertido y emocionante -aunque los valores éticos que en aquel programa nocturno planteaba la dirección no tenían nada que ver con los que habíamos estudiado en las aulas-. Los compañeros y la relación con el personal de Telemadrid así como cómo moverse entre las instalaciones era otra de las tareas para las que no se nos había preparado.
Aún con todo tuve la gran suerte de que me dieran esa oportunidad y pocos meses después hice una prueba para los informativos, que acabé presentando en una sección junto a Fernando Sánchez Dragó en Diario de la Noche. Esta fase fue bonita y con muy buenas condiciones. Un gran equipo, medios, buen horario y cierta repercusión.
Después de esta etapa en el ente madrileño alcancé un nuevo escalón al estar al frente de un programa informativo, tipo contenedor, en una televisión de Castilla-La Mancha. Aquí, si bien no había tantos medios pude aprender a realizar todo tipo de tareas: desde dirección pasando por presentación, elaboración de escaleta, producción… Una gran escuela que me permitió mucha libertad.
Tras varios proyectos en Antena 3, La 10 o Televisión del Mediterráneo los programas iban y venían – junto con los datos de audiencia-. Y aquí hubo que mudar otra vez de piel, a un Periodismo mucho más precario y cambiante.
Cuando llegó definitivamente la crisis, los proyectos se agotaron junto con los números y los presupuestos. Para poder ejercer mi profesión se me ocurrió buscar un lugar en el que hablaran español pues hasta entonces no dominaba el inglés y se me ocurrió marcharme a Estados Unidos, en concreto a Miami.
«cuando uno sale de la zona de control es cuando ocurren los milagros»
Fue una gran locura que en su momento no pude valorar. Simplemente lo hice, de nuevo con la gran suerte de conseguir un visado de talento para poder mantenerme tres años en el país de forma legal. Aquí la piel directamente se me cayó y tuve que ponerme una nueva: me convertí en una inmigrante absolutamente sola en otro continente.
Como dicen, cuando uno sale de la zona de control es cuando ocurren los milagros y puede que por ello, entre varias telenovelas, proyectos en televisión y reportajes, acabé trabajando para Yahoo deportes Latinoamérica como blogger.
Esta faceta la continuó manteniendo ahora, en España, para diario AS. Ha sido un buen maquillaje en la piel que me ha hecho trasladarme al ámbito digital, a las redes sociales y al tele-trabajo.
La redacciones remotas y la edición online acabarán siendo el futuro también en nuestro país. Eso y un buen manejo del idioma, además de grandes experiencias y amigos es lo que me llevé de vuelta a casa.
«no perdáis nunca la ilusión. los sueños van por su lado y nos alcanzan cuando menos lo esperamos».
Tras más de 10 años ejerciendo mi profesión fuera de mi tierra me he decidido y empeñado en que, ahora sí, va ser posible trabajar cerca de los míos.
Como se suele decir: sólo se valora lo que se tiene cuando se pierde. Así, después de haber estado en diferentes países y capitales, la Comunitat Valenciana es una tierra fantástica y estoy muy feliz de estar aquí y de compartir mi experiencia con vosotros.
Espero que los errores cometidos -o los aciertos- os puedan guiar, si es que eso es posible.
No soy quién para dar consejos a nadie pero si me permite os diría que no perdáis nunca la ilusión y que, por mucho que se quieran controlar, los sueños van por su lado y nos alcanzan cuando menos lo esperamos.