Ayer era una día de reflexión sobre lo ocurrido en Cataluña la jornada del 9 de noviembre y, para ello, contamos con dos invitados de excepción como son Rafael Arenas García, vocal de Societat Civil Catalana y catedrático de Derecho Internacional Privado de la UAB, y Manuel Martínez Sospedra, Catedrático de Derecho Constitucional de la UCH-CEU, quienes nos dieron las claves para analizar no solo los resultados desde un prisma más objetivo, sino también la intrahistoria de la «consulta».
El Dr. Arenas señalaba que “la jornada de ayer nos deja una cierta tristeza, porque hubo un incumplimiento claro de la Constitución y se quebró el Estado de Derecho”. El ponente se ha lamentado de que “lo que era una jornada de propaganda llevada por activistas nacionalistas pasara para muchas personas de buena fe como una jornada de participación democrática”. El vocal de Societat Civil Catalana ha asegurado que “aunque los resultados no pueden darse por buenos, porque no había los elementos de contraste para ello, por lo menos marcan un máximo y lo que nos indican es que el independentismo es un movimiento significativo en Cataluña, pero minoritario”.
A partir de ahora, ha señalado Arenas, «tendremos que gestionarlo para que no sea posible que una minoría condicione la política catalana y española, y para rehacer el Estado de Derecho, porque la imagen de una consulta en locales públicos con apoyo de administraciones públicas a pesar de estar doblemente prohibida por el Tribunal Constitucional no es un espectáculo edificante”.
Por su parte, Manuel Martínez Sospedra ha afirmado que ha habido “un pacto tácito entre los gobiernos central y autonómico para que se pudiera celebrar este ‘sondeo’, porque ambas partes, por motivos distintos, han llegado a la conclusión de que era la solución menos mala”.Para el Catedrático, el Gobierno central ha estimado que “cumplir a rajatabla la ley, en este caso, no era conveniente políticamente”, porque “las responsabilidades legales se pueden exigir sobre la marcha y unos días después, y no pasa nada. Y aquí se ha optado, y yo creo que con buen criterio, por la segunda opción”.
Respecto a los resultados de dicha «consulta», el profesor ha advertido que no podemos extraer la misma conclusión que el Sr. Mas dado que, no solo es evidente que el proceso estaba revestido de una total ausencia de legalidad, sino que además el porcentaje de participación no puede ser considerado como un «éxito» en ningún caso. Esto es, de algo más de 6 millones de potenciales participantes en el proceso (en el que se incluía a residentes extranjeros y Cataluña y menores de edad mayores de 16 años), han participado unas 2.300.000 de personas, de las que 1.800.000 contestaron Sí/Sí (sí a Cataluña como Estado y sí a Cataluña como Estado independiente). Así pues, en todo caso, de ello se puede extraer que, a pesar de que «los independentistas fueron todos a votar sí/sí», estos siguen siendo una minoría en Cataluña aunque, eso sí, una minoría más ruidosa.