Ginebra como test, Ginebra como éxito

Camila regresa a Ginebra. A estas horas, esta estudiante del Doble Grado de Derecho y Ciencias Políticas, está inmersa en la que es ya su segunda aventura práctica de relaciones internacionales en menos de un año en la misma ciudad. En esta ocasión, en la ONG OIDEL, dedicada a la defensa y protección de los Derechos Infantiles a nivel mundial. Camila vuelve este año después de cinco meses de trabajo en la Representación Permanente de España ante la ONU durante 2019.

Regresa a la ciudad referencia de la diplomacia europea, el lugar donde hay que estar si, como a ella, te apasionan las relaciones internacionales. Nos reserva unos minutos dos días antes de coger su vuelo. Con ella repasamos su primera experiencia allí y hablamos de sus expectativas en esta nueva etapa.

Camila (izq.) en su primer Consejo de Derechos Humanos.

¿Cuál era tu labor durante los cinco meses que pasaste en la Representación Permanente de España ante la ONU?

La Representación defiende los intereses de España ante los Organismos Internacionales que tienen su sede en Ginebra. Depende del Ministerio de Exteriores y extiende esa representación ante la ONU a ámbitos como el humanitario, los derechos humanos o el desarme. Mi función era la elaboración de informes, investigaciones y asistencia a reuniones como el Consejo de Derechos Humanos o encuentros diplomáticos privados en la UE.

Hace unos años realizaste unas prácticas en el Consulado de Colombia en Valencia, pero lo normal es pensar que Ginebra es otra liga.

Guardo muy buen recuerdo de aquellas prácticas en el consulado. En segundo curso. Coincidió con el Plebiscito por la Paz de Colombia y viví días muy intensos. Pero el trabajo en un organismo como la Representación Permanente te ofrece muchas más posibilidades. Participar en reuniones donde se tratan los conflictos entre potencias como Rusia, EEUU o Corea del Norte, participar en eventos como el Foro Social. Te empapas de manera más directa del día a día del trabajo, en un entorno que es muy competitivo.

«He descubierto que las posibles salidas son ilimitadas en las Relaciones Internacionales.»

Bajo la famosa cúpula de Barceló.

Colaboraste en un estudio comparado sobre los Tratados de Derechos Humanos ratificados por España, ¿qué nota saca nuestro país?

Muy alta, la verdad. Hemos ratificado 12 de los 13 tratados que existen actualmente. Y ocupamos la tercera posición europea entre los países que más tratados de Derechos Humanos han hecho sin reserva, y el quinto lugar a nivel mundial. Fue una investigación muy trabajada, compartida con el Primer Secretario en Derechos Humanos de la Misión diplomática.

Pero valió la pena porque me felicitó el propio embajador y es gratificante saber que tus horas y tu dedicación tienen un buen resultado.

¿Cuántas puertas se abren haciendo contactos al nivel de, por ejemplo, un embajador?

Ginebra es una ciudad muy competitiva. Toda la gente está más que preparada, tanto a nivel de idiomas como de másters o especializaciones. Contar con una buena agenda de contactos es imprescindible, pero eso es experiencia y es sobre todo muchas horas de esfuerzo y de dedicación. De no haber sido por mi trabajo en la Representación Permanente hoy no tendría la oportunidad de seguir haciendo prácticas en Ginebra.

Contactos, experiencia sobre el terreno…, ¿qué más te aportó este primer salto internacional?

Al entrar en contacto con la agenda de asuntos vinculados al desarme tuve que empaparme el tema de la geoestrategia de los estados, la seguridad internacional. ¡Es un campo fascinante! Por eso, mi objetivo ahora es seguir acumulando más experiencia para aplicar al Máster de la Organización de Seguridad y Cooperación de la UE.

Has descubierto que no todo empieza y acaba en la carrera diplomática…

Así es, puede que sea una idea con la que entramos muchos de los que cursamos estos estudios, pero la realidad es que en relaciones internacionales la posibles salidas profesionales son ilimitadas y muy variadas.

Y ahora vas a pasar de defender el trabajo de los estados a ponerles la cara colorada si hace falta, ¿cómo llevas ese tránsito de un lado al otro?

Creo que la experiencia que voy a iniciar con la ONG va a ser muy enriquecedora. Me atrae centrarme ahora en otra perspectiva, casi opuesta a mi trabajo hasta ahora. Me gusta pensar que no me encasillo en una sola visión de las relaciones internacionales. Con la ONG tendré una mirada que obligará a ser crítica y constructiva en pro de la salvaguarda de los Derechos Infantiles. Y a sacarle los colores al país que no cumpla, por supuesto.

Junto a compañeros de otras misiones diplomáticas en Naciones Unidas.

Esta no es tu primera estancia en el extranjero. Respecto a esa clara vocación internacional, ¿se despertó durante el grado o la llevabas de serie?

Yo ya vine a estudiar con esa pasión por las relaciones internacionales. Conocía la orientación que tenía el grado en ese sentido pero lo que no sabía era la cantidad de oportunidades que podía darme. El trabajo de los profesores con nosotros es magnífico. De hecho, puedo decirte que en Ginebra encontré a gente con formación en Másters que tenían menos conocimientos sobre relaciones internacionales que nosotros.


Muchas gracias, Camila! Mucha suerte!

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