Hace unos días televisión española emitió la película «señora doctor» protagonizada por Lina Morgan en la que se daba la visión de una mujer entonces progresista, que lograba convertirse en médico y se le destinaba a uno de esos pueblos de la llamada «España profunda», donde tenía que enfrentarse a prejuicios y boicots continuados por parte de todos los ciudadanos, unos con mayor gracia, otros con idea de que nada cambiase. Hasta ahí, una película costumbrista que refleja una situación real y una mujer luchando contra los estereotipos.
Lo que me dejó atónita, visto desde el 2014, es la actitud de esta mujer «progresista», que no dudaba en decir que no se había producido una violación porque no se apreciaban signos de violencia claros (y por lo tanto, falta de consentimiento de la víctima), salvo un sangrado vaginal, que se le dijese al padre que cómo se extrañaba de la situación de «libertinaje» de esa mujer, cuando le daba tanta libertad a una joven o que cuando el alcalde, por fin consigue un descendiente, todos se alegren porque era un varón, que podía seguir la dinastía del padre.
En definitiva, que la mujer más progresista era a nuestros ojos actuales una mujer bastante «retrógrada».
Esto se puede ver desde varias perspectivas.
En primer lugar, pienso en las mujeres que vieron protagonizaron la película, que ahora tendrán entre sesenta y setenta años, y creo que es necesario ser comprensiva con sus actitudes a veces machistas, a veces indecisas, esa era la sociedad en la que vivían y los valores en los que fueron educados. Estas ideas eran las que se transmitían y ese era el modelo de mujer que se difundía.
En segundo lugar, pienso en todo lo que hemos avanzado en estos últimos años. Visto con los ojos de una adulta del siglo XXI la imagen dada es vista como una burda caricatura de los esfuerzos hechos por muchas mujeres para avanzar en el logro de igualdad de derechos y oportunidades. Mucho hemos avanzado en este campo en estos años…. Mucho es lo que hay que avanzar, Y esta película nos muestra lo que fue y algo de lo que todavía es, aunque sea en lo más profundo del subconsciente de algunas personas. Nos muestra que el cambio es posible y que es cuestión de hombres y mujeres, que progresivamente vamos avanzando, pero que el objetivo es ambicioso y los obstáculos son grandes. Sólo trabajando todos podremos conseguir el cambio, como pasa en la película, por mucho que la doctora quiera (y con sus prejuicios y pensamientos pocos avanzados), sólo cuando se produce un cambio de sensibilidad (siquiera mínimo) social del pueblo los avances son reales y la mejora en la sociedad alcanca a todos.
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