Iván, alumno del Doble grado Dº y Ciencias Políticas, relata su experiencia como voluntario en Lesbos

Tras los exámenes del primer semestre, Iván Martínez, alumno de 4º del Doble grado en Derecho y Ciencias Políticas, mostró su solidaridad y marchó como voluntario a Grecia a ayudar en el conflicto de los refugiados. A continuación nos relata su experiencia:

«Me gustaría confesar en primer lugar que, aunque a petición de Katia Esteve, este artículo es para mí una forma de compartir una experiencia enriquecedora y sobretodo, muy humana. Creo que, al igual que cuando estás viajando tienes el deber moral de compartir aquellos lugares y datos interesantes con el resto de viajeros, esta es una de esas vivencias que rompen un poco la burbuja que es nuestra vida diaria y nos permite ver el mundo desde otra perspectiva.

Mi primera parada en Grecia tuvo lugar en Lesbos, una de las islas griegas con mayor presencia de refugiados. Puede que os suene por los medios de comunicación. De hecho, la famosa escena que apareció en los telediarios de un pescador rescatando el cuerpo de un niño del mar y practicándole la reanimación, ocurrió muy cerca de esta isla.

Lesbos es un lugar curioso. Por un lado, es una bonita isla griega, llena de pequeñas casitas y algún que otro hostal. Sin embargo, y por otra parte, se trata de una parada más en un larga odisea en la que se embarcan adultos, jóvenes y familias enteras que tratan de buscar una salida a la guerra y a la pobreza.

Allí estuve colaborando, principalmente, con Drop in the Ocean, una ONG noruega. Aún así, la flexibilidad del horario y la cercanía de los pueblos me permitió conocer tanto el campamento de refugiados de Moria como otro provisional. El dinamismo esos día fue absoluto.

Los primeros días me dediqué a labores de asistencia en la costa y apoyo en los campamentos de refugiados. De todas formas, cualquier hueco era bueno para montar un partido de fútbol improvisado con los refugiados.

Iván compartiendo su ratos libres con los refugiados
Iván compartiendo su ratos libres con los refugiados

Unos días más tarde los refugiados dejaron de llegar. Mis compañeros me comentaron que era habitual que ante la llegada de algún político o alto cargo a la isla, la policía turca desviara el tránsito de los refugiados hacia otras rutas. Esa semana estaba prevista la visita de un ministro griego y de otro alto cargo.

Ante la falta de trabajo en la isla durante esos días, contacté con un grupo de activistas que trabajaban en el barrio ateniense de Exarcheia y que necesitaban gente. Habían habilitado un edificio vacío con camas, muebles y paredes de madera, restauraron la cafetería para ofrecer comidas y reformaron los aseos. Además, refugiados y activistas se reunían una o dos veces por semana para comentar y debatir sobre las necesidades y tomar decisiones al respecto de manera asamblearia.

Edificio habilitado en Atenas para los refugiados (Imagen: Iván Martínez)
Edificio habilitado en Atenas para los refugiados (Imagen: Iván Martínez)

Fue algo increíble. Pude vivir de cerca el día a día de los refugiados así como comprobar de primera mano cómo otra forma de organización más horizontal es perfectamente posible y no por ello menos eficaz y eficiente.

Fue una verdadera gozada comprobar que los conceptos y contenidos que estudiamos en la Universidad tienen también forma en la vida real. Que el término «refugiado» bien puede ser una pregunta en un examen de Ruth Abril, o bien puede ser un chaval de tu edad que estudiaba Química que además te puede dar una verdadera «paliza» jugando al fútbol.

También, a nivel personal, he aprendido que, como en el día a día, los conflictos hay que abordarlos partiendo de la consideración de que las personas que están involucradas en ellos bien podrían ser, en otras circunstancias, amigos, compañeros de clase o miembros de tu familia. Que la solidaridad se basa en la empatía, en considerar al otro no como algo ajeno a ti, si no alguien con una vida complicada que bien te podría haber tocado vivir a ti.

Dicho lo dicho, siento realmente que la única forma de conocer esta realidad es vivirla en primera persona. Creo que, al igual que cuando estas viajando y conoces a alguien que te cuenta una historia de un lugar interesante y sientes la necesidad de ir allí y descubrirlo por ti mismo, ésta es una de esas cosas que no debes pensar demasiado. Simplemente, debes dejarte llevar y descubrir que somos unos verdaderos afortunados de vivir la vida que tenemos y romper la burbuja de nuestro día a día.

A continuación os dejo un link que puede ser de vuestro interés:

Bienvenidos Refugiados Voluntarios Grecia: es una página de Facebook con información importante sobre los lugares con más necesidad de voluntarios. Además, te puede servir como introducción a las labores a desempeñar y a las necesidades que podrás tener«.

¡Muchas gracias Iván por compartir esta experiencia solidaria con nosotros!

 

 

 

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