Nacho Fuertes, estudiantes del doble grado Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad CEU Cardenal Herrera, relata en esta entrada la experiencia de sus prácticas en Europa Press.
Desde que entré en la Universidad, una de las recomendaciones que he escuchado es: «Haz prácticas». Siempre que he hablado con antiguos alumnos y ahora periodistas me han impulsado y recomendado la realización de prácticas. Cuando se aproximaba el final del 2º curso me planteé la posibilidad de que había llegado el momento de probar. «Por qué no», pensé.
A través del servicio de prácticas de la Universidad solicité una beca durante el verano en la agencia de noticias Europa Press. Pese a que la prensa escrita no era mi rama favorita en el Periodismo y siempre había tenido algo de «manía» al papel y el digital, probé. Y, por suerte, no me arrepentiré de haberlo hecho.
Realicé una entrevista con la delegada de la agencia en la Comunitat Valenciana, Elvira Graullera, y, para mi sorpresa, recibí su llamada al cabo de unas semanas. En ella me dijo que me habían seleccionado para la beca. Recuerdo perfectamente esa llamada -que además fue en mitad de clase- como si fuera hoy mismo.
El día 1 de julio empecé mis prácticas en la agencia. Aquel primer día, después de conocer a todos los periodistas y después de que la delegada me explicase el funcionamiento y las tareas de la redacción, me mandaron con un compañero a cubrir uno de los principales temas del día, un acto de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra. Empezaba fuerte.
Al volver a la redacción, comprobé las advertencias que semanas antes me había hecho una profesora de la Universidad a la que guardo un especial cariño. «Es muy estricta (en referencia a la delegada de la agencia, en otras palabras, mi jefa). Los primeros días te hará muchas correcciones. Pero es algo normal. Pasará», me dijo.
Los quince primeros días de las prácticas fueron las dos semanas en las que más cosas aprendí de mi vida. Desde el segundo día, Eva y Silvia, las redactoras jefas, hacia las que siento una admiración absoluta, me mandaban solo, sin ningún compañero, a convocatorias, ruedas de prensa y otros actos. Algo que en cierta manera me inquietaba, ya que veía a casi todos los becarios de otros medios siempre acompañados.
En ese sentido, tuve mucha suerte y agradezco la independencia y la libertad de la que disfruté, así como la confianza depositada en mí. Pero, por otro lado, todo ello acarreaba la carga de una mayor responsabilidad. Europa Press no es un medio cualquiera, es una agencia de noticias. Y como cualquier agencia, proporciona información al resto de los medios, ya sean periódicos, digitales, radios o televisiones.
Al salir de la agencia, en el tren, de vuelta a casa, escuchaba la radio y veía la televisión y, orgulloso, podía decir: «Ahí he estado yo» o «Ese titular ha sido contestando a mi pregunta».
Durante los dos meses de verano tuve la suerte de coincidir con compañeros y amigos de la Universidad e incluso de mi clase. Nunca olvidaré las largas esperas en Les Corts Valencianes con Ramón (Cope) y Cristina (EFE), las míticas ruedas de prensa de presentación de obras de teatro, las carreras para no perder el autobús o las visitas al Oceanogràfic con Carla (EFE), las concentraciones de sindicatos con Belén (Cope), las presentaciones en el MuVIM con Paula (Las Provincias)… Un sinfín de anécdotas que quedarán eternamente en la memoria. Además, también tuve la suerte de ser el encargado de cubrir la Tomatina de Buñol, uno de los espectáculos más «asquerosos» y divertidos que he vivido.
Pasaron los días y días de aprendizaje constante y, cuando se acercaba el final de agosto, la delegada me reunió en su despacho. Allí, me propuso seguir en la agencia los fines de semana. Me explicó que estaban muy contentos con mi trabajo y que querían seguir contando conmigo. En este momento mi cabeza colapsó y no sé por qué (a día de hoy sigo sin saberlo) dije que sí.
Aprovecha las oportunidades
En septiembre empezaba tercero de Periodismo y Comunicación Audiovisual y quería tener algo de tiempo para mí. Durante esos días, consulté a amigos, familia y a algunos periodistas que conozco sobre lo que debía hacer y la oportunidad que me habían planteado, aunque sabía que si decía que sí tendría que sacrificar buena parte de tiempo. Todos me indicaron una cosa: que aprovechara la oportunidad.
Había estado trabajando durante la semana y cambiar a los fines de semana también era un reto. Los «findes», el trabajo en los medios de comunicación es muy distinto al funcionamiento que hay de lunes a viernes, además de haber muchos menos periodistas trabajando -en Europa Press somos dos o tres personas, dependiendo de las necesidades informativas-, hay muchas menos noticias y los temas se abren a secciones que no tienen cabida durante la semana. En este sentido, tengo la suerte de tener a unos compañeros como Clara y Luis, que me han ayudado -y lo siguen haciendo- en todo momento.
Cuatro meses después de empezar las prácticas, doy fe de lo mucho que sirven, de lo que se aprende y de lo bien que se pasa. El sacrificio vale siempre la pena. Ya lo decía Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.
El sacrificio vale siempre la pena.