Simon es francés pero nunca ha vivido en Francia. Nacido en Seúl, pasó parte de su infancia en Corea del Sur. Más tarde se trasladó a Polonia con su familia, y de ahí a la República Checa… Ahora, estudia Arquitectura con nosotros aquí en Valencia. «Esto es sólo el principio”, nos comenta sonriente cuando le preguntamos si va a continuar con su periplo mundial. Parece que, para nuestro amigo Simon, eso de las fronteras no tiene mucho sentido.
Más bien al contrario, su ambición le lleva a explorar todas las oportunidades que se le presentan y a vivir con una mente abierta: «Crecí con esa mentalidad. Si no tienes el potencial para hacer algo, lo creas.»
¿El joven Simon siempre tuvo claro que lo suyo era la arquitectura?
En realidad, fue al contrario. En principio tenía pensado ser abogado. De hecho, incluso hice unas prácticas en un despacho de abogados en Praga. Nada que ver con la arquitectura, ¿verdad?. Me gustó bastante la experiencia pero un día empecé a plantearme «¿Esto me va a hacer realmente feliz?, ¿seguirá gustándome este trabajo dentro de veinte años?«… y la respuesta fue un no rotundo. En ese momento me sentí muy confundido porque no sabía qué camino emprender para mi futuro.
Y un día todo cambió durante un viaje a Dresden con mis padres. Fuimos a visitar el Grünes Gewölbe y quedé tan impresionado que incluso mi madre me preguntó si quería estudiar diseño.
«No puedes construir un buen edificio en Rusia y en el sur de España con los mismos materiales. Los arquitectos tienen que adaptarse tanto como LES resulte posible.»
Sinceramente, a mí lo que siempre me ha gustado ha sido dibujar, crear un estilo propio. En algún momento me planteé el tema de los videojuegos y empecé a buscar información, pero siempre como si fuese una afición. Y un día, no sé bien por qué, se me cruzó la siguiente idea: «¿Y si lo mío fuese la arquitectura?«. Me di cuenta de que, con esta profesión, podía ser creativo y ganarme la vida al mismo tiempo. Así que, poco tiempo después y a través de los contactos de mi padre, hice unas prácticas en el estudio SUDarchitects de Varsovia. Y me encantó.
Así que , como ves, lo de estudiar esto no fue algo premeditado. He hecho muchas cosas y tocado muchos palos hasta que decidí qué es lo que quería hacer.
Y, ¿en qué momento decidiste que Valencia era el lugar en el que te ibas a convertir en arquitecto?
Conocí la universidad a través de mi hermana, que está estudiando Fisioterapia aquí en la CEU UCH. También consideré Florencia y Barcelona, pero finalmente me decanté por Valencia. Creo que es por su tamaño, porque es más cómoda. Además, Valencia es un lugar bastante tranquilo y amigable en el que vivir. Antes estuve viviendo en Praga que, al ser capital, tiene una vida más movida; necesitaba un lugar más tranquilo, más relajado. Y además, ¡aquí hay mucho sol y mucha playa!
Y de la arquitectura valenciana, ¿qué edificio o construcción destacarías, hay alguna que te llame especialmente la atención?
Sin lugar a dudas, la Lonja de la Seda. Cuando la visité por primera vez, me sentí abrumado por su estilo. Lo que más me gusta de este edificio es la fuerza y el poder que transmite, tan solemne pero tan ligero al mismo tiempo.
¿Significa eso que te gusta la mezcla de estilos?
¡Efectivamente! Me encanta mezclar lo antiguo con lo moderno. Me interesa mucho la arquitectura más clásica, como la del Antiguo Egipto o Grecia. Sin embargo, al mismo tiempo me gusta mucho el estilo más contemporáneo: construcciones modernas, limpias, con un estilo muy puro. Por ejemplo, si veo un espacio limpio, blanco y minimalista, enseguida pienso «esto es lo que a mí me gusta«.
En general, te diría que mi estilo ideal en arquitectura es una mezcla de lo antiguo, lo moderno y lo minimalista.
¿Con qué materiales te gusta más trabajar en tus proyectos?
Siempre trato de adaptarme. Creo que no existe un material válido para todos los casos. No puedes construir un buen edificio en Rusia y en el sur de España utilizando los mismos materiales. Por eso me gusta pensar que voy ser un arquitecto que se sepa adaptar.
Has vivido en diferentes ciudades e incluso continentes, así que imaginamos que debes de estar bastante familiarizado con estilos arquitectónicos variados. Desde el punto de vista arquitectónico, ¿cuál de las ciudades en las que has vivido sería tu favorita?
Praga, sin lugar a dudas. Seúl está muy congestionada y tampoco se cuida demasiado la estética. Ha crecido mucho y de forma muy rápida por la necesidad de construir viviendas para la población. Varsovia fue prácticamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial, así que tampoco queda mucha arquitectura histórica. Sin embargo, Praga se ha conservado muy bien. Hay mucha historia y muchos edificios que hablan de esa historia.
En Praga puedes sentir la historia en los muros. Hace poco vi una película llamada Anthropoid que trata del asesinato de un comandante llamado Heydrich durante la Segunda Guerra Mundial. He tenido la ocasión de visitar la iglesia donde varios de los personajes fueron asesinados. Esta historia es real y todavía se pueden observar las marcas de bala en las paredes. Es una sensación estremecedora.
«CRECÍ CON ESA FORMA DE PENSAR. SI NO TIENES EL POTENCIAL para hacer algo, CRÉALO.»
¿Cuáles crees que son los mayores retos a los que se enfrenta tu profesión?
El mayor reto es ser original y eficiente al mismo tiempo. Me gustaría llegar a ser un arquitecto conocido, pero también me gustaría resultar útil. Por ejemplo, cuando las personas acuden a un hospital se encuentran con un ambiente un poco deprimente. ¿Por qué no crear una obra que responda a esta realidad? Creo que, como arquitectos, podemos ayudar a los pacientes creando ambientes agradables y confortables para ellos. Y a veces es una cuestión de pequeños detalles.
¿Qué definiría, desde tu punto de vista, a un buen arquitecto?
Para mí, la arquitectura debe ser original, eficiente y sostenible. Y te diré que esto de la arquitectura verde es algo que cada vez está cobrando mayor importancia. Sin embargo, hay personas que siguen apostando por la cantidad y el bajo coste. Por esta razón, creo que es fundamental encontrar soluciones constructivas que sean sostenibles a nivel medioambiental, pero también en costes.
Y ya para terminar, ¿cuál será tu próximo destino?
Ahora mismo lo que necesito es encontrar unas prácticas y terminar así mi formación en Estados Unidos, que es donde quiero empezar mi carrera. No sé dónde estaré dentro de diez años pero te aseguro que estaré descubriendo nuevos lugares y haciendo lo que me gusta. Lo más importante es no temer al riesgo. Esto lo he aprendido de mis padres. Si no tienes el potencial para hacer algo, lo creas.
Al principio de la entrevista me decías que te interesaba saber más sobre mi personalidad y mi historia personal… ¡espero que todo lo que te he dicho haya sido interesante!