Cinco edificios que inspiraron cinco pasiones

En casi todos los casos, empieza con unos ojos. Una mirada. La misma que con los años se recordará como la primera en la que, de repente, uno empezó a ver el espacio de manera distinta. En una calle de un pueblo o de una ciudad. Un edificio, un remate, un perfil escondido, un detalle que escapa a la mayoría, una idea…La inspiración puede surgir al mirar, pero la pasión por la arquitectura sólo llega al ver. Hemos querido saber qué edificios inspiraron a nuestros alumnos de Architecture en sus países de procedencia, qué proyectos les hicieron mirar y verse como arquitectos. Cinco obras que explican cinco carreras. De allí a aquí.

Gísli Birgir Sveinsson, nos habla del Harpa Concert Hall (2011), ubicado en Reykjavík. «Este edificio es más una pieza de arte que una estructura funcional real, y el hecho de que lo hicieron funcionar es lo que lo hace aún más sorprendente». Nuestro alumno destaca el uso de formas irregulares: «Hacen que sobresalga del resto, y la fachada de vidrio le permite mezclarse con el cielo y el agua de su entorno. Como la mayoría de las obras maestras transparentes, su iluminación durante la noche es hermosa, ya que muestra muchos colores, es difícil pasarlo por alto».

Alex Chammas, elige el Beirut Terraces, (2015). En su opinión, la forma inusual que imprimió su autor cambia radicalmente el skyline  Beirut: «A diferencia de la mayoría de los otros rascacielos, está hecho de plataformas delgadas separadas por paneles de vidrio que crean un aspecto semejante a la de unos tableros flotantes». Alex define su forma como «impredecible» y señala que la transparencia blanca y de cristal «ayuda a resaltar el interior y el color de las luces y las plantas, invitando a las personas a ocupar y vivir un espacio confortable».

Cuando le preguntamos a Qui-Yang Lim, no duda un segundo. El edificio que más admira es obra del arquitecto alemán Ole Sheeran y se encuentra en Bukit Merah, (Singapur).

Para Qui-Yang, el trabajo del arquitecto alemán «optimiza el espacio del suelo del que dispone. La superposición de de cada bloque de apartamentos me recuerda a un Lego. Esto lo convierte en un edificio único en Singapur. El uso de la vegetación también lo hace especial, con esa unión entre naturaleza y modernidad».

Marouane Alaoui, se queda con la Mezquita de Hassan II (1993-Casablanca): «Es uno de mis edificios predilectos en mi país porque  expresa a la perfección la tradición y la cultura marroquí. Me admira, el uso de los azulejos y las esculturas que la convierten en una maravillosa mezquita. Su ubicación, con vistas al mar, es por supuesto uno de sus atractivos añadidos».

El Ericsson Globen, (1989) de Estocolmo, es la obra que escoge Sam Shaje para explicarnos el origen de su pasión por la arquitectura: «Este edificio es uno de mis favoritos en casa porque trae una obra de arte diferente al  Skyline de la ciudad. En lugar de mirar un flujo continuo de aburridos edificios recto, tienes una estructura esférica gigante por encima de todo». Sam describe así la sensación que tuvo al contemplarla por primera vez: «Parecía que el sol estuviera a ras de suelo y pudieras caminar por él. Por la noche se ilumina con múltiples colores, es imposible no fijarse en él». Para él, este es un ejemplo del estilo que le gustaría desarrollar: «Me encanta la arquitectura que rompe las reglas tradicionales».

 

 

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