Cuesta imaginarse a un niño de dos años pronunciando correctamente palabras como «intersticio«, «equilibrio» o «ensamblaje«, por citar tres términos recurrentes del lenguaje de los arquitectos. Y no digamos ya comprendiendo, en toda su profundidad, conceptos como «materialidad» o «cartesiano«. Pero cuesta un poco menos visualizar ese momento si el que te lo cuenta es Cem Saydam, aquel niño de Turquía de dos años, hoy estudiante de primer curso de Architecture.
– Sabía que quería ser arquitecto desde que empecé a hablar.
Como titular es impagable, Cem, pero comprenderás que queramos saber un poco más…
Es bastante sencillo. Mis padres son arquitectos, y tengo hermanos, tíos, primos que o son arquitectos o son ingenieros. Algunos de los mejores recuerdos de mi infancia tienen que ver con las visitas que hacía con mi padre a los edificios que estaba construyendo.
¿Qué conoces de la arquitectura española?
El arquitecto favorito de mi madre es Antonio Gaudí. También el mío. Hemos ido a Barcelona muchas veces y hemos visitado su obra allí. En general, y en comparación con la arquitectura de mi país, lo que más me atrae del estilo español es su gusto por la estética. Quizás sea por el hecho de que en Turquía la arquitectura tiene un perfil mucho más funcional. Aquí se puede diseñar un edificio con la misma sencillez pero da la impresión que siempre se da un paso más hacia la estética, la parte más creativa y artística de la arquitectura.
¿Qué proyecto te ves levantando cuando seas arquitecto?
Me apasionan las grandes construcciones. Como aficionado al fútbol, pienso por ejemplo en un gran estadio que acoja partidos de la Liga de mi país.
Un estadio con una gran cubierta que permita que los cánticos de los hinchas suenen aún más, y sobre todo con un sistema de entrada y salida del público rápido, seguro y ordenado.
¿También en este punto ves cierta diferencia respecto a tu país?
Estuve hace poco en el campo del Mestalla. Asistí a un partido entre el Valencia y el FC Barcelona. Fue una experiencia fantástica y que tenía claro que quería vivir aquí. Pero, volviendo a mi proyecto y a la arquitectura, lo que me sorprendió fue cómo funcionaban los accesos al propio estadio. Lo rápido y sencillo que resultó la entrada y la salida con tanta gente. No ocurre lo mismo en los estadios de mi país y creo que sí, definitivamente mi proyecto contemplará mejores soluciones…
¿Cuánto crees que puede haber cambiado la arquitectura en su conjunto hasta que llegue ese momento?
La arquitectura en general va a experimentar un gran cambio a nivel global, no sé cuánto se parecerá a la del siglo pasado, por no ir muy lejos. En mí país veo ese cambio mucho menos rápido, creo que se va a seguir apostando por ese lado más funcional. Me gustaría impregnarme del lado más creativo y estético de la arquitectura española aquí, y poder aplicarlo a mi país cuando vuelva como arquitecto. Me gusta pensar que en unos años puedo aportar algo a que ese cambio global alcance más rápido a la arquitectura de mi país.
¡Cuánta responsabilidad! Vas a tener que atender bien en clase…
Sin problema. Los profesores son fantásticos. No sólo te ayudan de manera personalizada en clase, también te echan una mano si lo necesitas fuera, para organizar tu vida, y son tremendamente accesibles. Estoy encantado con todos ellos, la verdad.
Gracias por contarnos tu experiencia, Cem. Ah, por cierto, el Valencia y el Barça empataron aquel partido. Igual aún no tienes equipo español…
¡Soy del Valencia, sin duda!