La Estación del Norte, el Mercado Central o el Mercado de Colón son algunos de los edificios que toda persona interesada por la arquitectura debe visitar obligatoriamente en una visita a Valencia. Sus formas, colores y decoración seguramente hayan llamado ya tu atención pero, ¿los conoces realmente? A continuación te presentamos algunos de estos edificios y te explicamos por qué el estilo modernista fue tan importante en nuestra región.
¿Qué es el Modernismo o Art Nouveau?
Se trata de un movimiento artístico que se extendió por toda Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Aunque coincidió en el tiempo en varios países, se trató de un ciclo bastante abierto que supo adaptar su estética a las particularidades de cada región: se llamó Secession en Austria, Modern Style en Reino Unido, Jugendstil en Alemania, Art Nouveau en Francia y Modernismo en España.
Como rasgos generales, la arquitectura modernista hace uso de las artes decorativas (bebe del movimiento Arts and Crafts inglés) y busca, a través de ellas, una estética un tanto menos sobria y academicista. Con la irrupción del Modernismo, Europa pronto se llenó de construcciones elegantes y únicas, pero de inspiración muy variada: algunas representaban las formas más orgánicas de la naturaleza, otras buscaban glorificar el pasado medieval y algunas incluso buscaban la belleza de lo oriental. Todo cabía en esta corriente tan optimista y renovadora.
En España, el Modernismo floreció especialmente en Cataluña, una región que estaba muy industrializada y abierta a las nuevas corrientes estéticas europeas. Nombres como Josep Puig i Cadafalch o Antoni Gaudí cambiaron para siempre, respaldados por la burguesía catalana, el perfil de ciudades como Barcelona.
Ese toque valenciano
A principios del siglo XX, la influencia del Modernismo también llegó a Valencia y su región. Muchos de los edificios que se construyeron en esa época lo hicieron bajo la influencia del espíritu modernista, con estéticas que fueron del racionalismo más sobrio al romanticismo más espléndido, pasando por el neomedievalismo.
En Valencia, el importante crecimiento de la ciudad a finales del XIX hizo necesaria la urbanización de terrenos fuera de las antiguas murallas y la modificación del entramado urbano. Esto, unido al florecimiento de la burguesía, hizo que nuestra ciudad se convirtiera en un vivero de creatividad en la que existía libertad para construir, una nueva estética por explorar y mecenas que podían financiar este tipo de construcciones.
Aquí destacó el uso del hierro, la forja, la cerámica o el vidrio en las fachadas de los edificios, mezclados con un espíritu claramente regionalista: el Modernismo valenciano hace continuas referencias a aspectos culturales propios de la ciudad o de la región como falleras, naranjas, paisajes de la huerta o pescadores. Los mosaicos, esculturas y ornamentación de los edificios de esta época se llenan de estos elementos típicamente valencianos y reivindican la personalidad propia de nuestra región frente a otras.
La huella modernista en Valencia
Aunque gran parte del patrimonio modernista de la ciudad, como ha ocurrido también en otros lugares de Europa, ha desaparecido, todavía se pueden encontrar varios ejemplos de esta arquitectura en Valencia. Si has paseado por el centro de la ciudad, ¡seguro que conoces estos edificios o has pasado por delante sin reparar en ellos!
Estación del Norte
Posiblemente uno de los edificios más destacados de Valencia y una de las obras más conocidas de su arquitecto, Demetrio Ribes. El edificio, que aúna todos los elementos modernistas de las artes decorativas, fue inaugurado en 1917. Su fachada está decorada con naranjas, referencias a la huerta valenciana y el escudo de la ciudad. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1987.
Si la fachada del edificio es bonita, lo mejor se esconde en su interior: el hall de entrada conserva la marquetería original, y la antigua zona de la cafetería tiene las paredes totalmente cubiertas por mosaicos que representan la identidad valenciana. Sin lugar a dudas, una de las estaciones de ferrocarril más bellas de España.
Mercado Central
Situado en el corazón del centro histórico, es posiblemente uno de los edificios más queridos por los valencianos. El Mercado Central, uno de los más grandes de Europa, fue diseñado en 1914 por Francisco Guardia y Alejandro Soler e inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1928.
Su característica estructura de piedra y hierro, así como su decoración en cerámica y vidrio multicolor, convierten a este edificio en una parada obligatoria para los turistas. Quizás en él lo más destacable sean las cúpulas coronadas por dos veletas bastante particulares: un pez espada y una cotorra.
La situación del edificio, en una de las zonas más monumentales de la ciudad, resulta también de gran interés por el diálogo que establece con otras construcciones de estilo gótico y barroco. Y sin olvidar un pequeño edificio que a veces pasa desapercibido pero que, por su peculiar estilo, bien podría ubicarse en Amberes o Brujas y no en Valencia: la Llotgeta.
Edificio de Correos
Si estás en la Plaza del Ayuntamiento, es difícil que no te fijes en el edificio de Correos y Telégrafos, obra de 1922 del arquitecto Miguel Ángel Navarro. Se trata de un edificio de estilo ecléctico, pero en el que se pueden encontrar elementos característicos de otros estilos arquitectónicos, como el clasicismo, el barroco… y el modernismo.
Seguramente sean la entrada y la torreta los dos elementos que más podrían identificarse con la corriente modernista. Y, claro, no deberías perder la ocasión de adentrarte en él… y elevar la mirada hacia la inmensa cúpula de vidrio policromado (dicen que la más bonita de la ciudad).
Mercado de Colón
Francisco Mora Berenguer es el autor de este mercado, situado en el llamado Ensanche de la ciudad, y construido entre 1914 y 1916. Las dos fachadas, diferentes entre sí, están cubiertas de ladrillo y de cerámica esmaltada con motivos alegóricos florales y frutales.
Abandonado durante años, en la actualidad se ha convertido en un centro de restauración y punto de encuentro del barrio, por lo que resulta muy agradable acercarse a admirar los detalles de su fachada y la estructura de hierro interior. En este enlace podrás conocer más sobre los orígenes y el proceso de rehabilitación de este emblemático edificio.
Casa Peris
A un paso de la catedral, este edificio llama la atención por su estilo medievalista repleto de grandes gárgolas, arcos y dragones. Se trata de un edificio de 1897 y es uno de los pocos ejemplos que existen en Valencia de edificio de influencia medieval: aquí no encontrarás las líneas curvas, ondulantes y asimétricas típicas del Modernismo, sino referencias claras al gótico que lao hacen parecer más una construcción del siglo XIV… pero construida cinco siglos después.
El Modernismo es una corriente estética que dejó una importante huella en toda Europa y que también llegó a la Comunidad Valencia, región incluida en la Ruta Europea del Art Nouveau.
Una razón más que hace de nuestra región una de las más ricas en estilos arquitectónicos, ¡y un paraíso para los que buscan inspiración!