Observamos una vela…

 

Dentro de la formación de los alumnos de Educación hay momentos para todo:  momentos para estudiar a fondo las corrientes educativas más actuales, momentos para elaborar materiales innovadores, momentos (más bien largos ratos) de estudio intenso, momentos para acudir a centros de Educación Especial y ayudar en todo lo que se pueda…

La formación integral de nuestros alumnos se basa fundamentalmente en dos pilares: la Calidad Educativa y la atención personal.  Y es que el elemento humano es imprescindible para una profesión cien por cien vocacional que va a llevar a nuestros alumnos a dedicar su vida laboral (incluidos muchos ratos libres) al servicio de los alumnos y sus familias.

No se puede fallar en este trabajo. Un niño no se forma como se fabrica un coche. y no hay cabida para el error. Por ello se debe cuidar hasta el más mínimo detalle.

Toda actividad, lección magistral, seminario o taller tiene su fin perfectamente planificado en una formación completa. Hasta la más sencilla de las actuaciones tiene repercusiones que, a ojos de un profano, parece una nimiedad.

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En este caso os alumnos del 2º Curso del Grado de E. Infantil han realizado  con su profesora Rocío López la actividad «Observación de una vela encendida” en el ámbito de la asignatura «Trastornos del Desarrollo y Altas Capacidades I».

Todos hemos visto muchas veces una vela encendida… Pero si nos piden que describamos lo que se observa en ella nos resultaría difícil. Pues una vela encendida, a pesar de ser un hecho tan simple, se convierte en un fenómeno fascinante cuando se somete a la observación sistemática y cuidadosa.

Y es que observar no solo es «ver». La persona común mira a diario animales, agua, árboles, lluvia, sol, estrellas, vehículo, sin inmutarse por ellos. La persona con actitud hacia el otro percibe esas mismas realidades y procura «observarlas» para tratar, por ejemplo, de identificar sus elementos constitutivos, explicarse el cómo, el porqué de su naturaleza…

Para tener éxito con nuestros alumnos es indispensable el desarrollo de habilidades para la observación.

Para hacer una buena observación, es necesario desarrollar cualidades como las siguientes:

  • Una inteligencia despierta para observar.
  • Interés y gran paciencia.
  • Conocimiento de lo observado y de su ambiente, para mejorar la observación e interpretar los resultados con la mayor precisión.

Enhorabuena por cuidar  hasta el más mínimo detalle esa sensibilidad que  todo  buen maestro debe poseer.

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1 COMENTARIO

  1. Muchas gracias por poner palabras a algo que, desde hace años, vengo haciendo para ordenar mís pensamientos y alcanzar poco a poco el equilibrio. Considero que la educación no sólo ha de ser tradicional y teórica, es vital recibir lecciones de tipo emocional, es de lo que carecen los sistemas vigentes y, desde mí punto de vista, el motivo por el que la sociedad se sumerge más y más en un caos constante, en el que la falta de empatía, de autocontrol y gestión de emociones son el «pan nuestro de cada día».
    Aprovechad, alumnos de esta asignatura, la oportunidad que se os está brindando, y «absorved» cada lección como si fuera la última.

    Enhorabuena.

    Cristina.

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