Siempre es una magnífica oportunidad escuchar a Javier Urra, a quien ya hemos tenido la suerte de recibir en nuestra universidad en varias ocasiones. Javier Urra es Psicólogo Forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid, Fue Defensor del Menor también en la Comunidad de Madrid de 1996 a 2001 y es profesor universitario y autor de varios libros. La charla que impartió durante las I Jornadas Iberoamericanas de Violencia y Acoso Escolar no decepcionó, como suele ser habitual en él. Habló con rigor y franqueza sobre uno de los problemas más preocupantes en la actualidad: el acoso escolar. A continuación os resumimos tres de los puntos clave de su ponencia.
El niño se proyecta en los ojos de sus iguales
Javier Urra incidió en la idea de que un niño vive por y para el grupo. Si por cualquier motivo, este grupo se vuelve contra él o no se siente aceptado y sufre insultos, vejaciones, le ignoran… para él es terrible y puede llegar a sentir que su vida está arruinada. Y es que el niño se proyecta en los ojos de sus iguales. Por eso se le debe empoderar con el apoyo de estos iguales para que tenga recursos ante el acosador. Este empoderamiento no tiene que enfocarse hacia fortalecerse físicamente, puesto que esa no es una solución para el acoso escolar.
Permanecer al lado de las víctimas
Cuando un agresor recibe una condena – una pena de cárcel, por ejemplo – y la cumple, parece que ha saldado su deuda con la sociedad. Sin embargo, a menudo olvidamos que la víctima también tiene una sensación de tener que purgar su culpa. Existen casos de acoso escolar en los que quien cambia de centro educativo es el acosado y no el acosador. Esta situación provoca que la víctima sienta más dolor e injusticia. En palabras de Javier Urra: “hay un sentimiento que va más allá del dolor en el caso del acoso escolar”. Quizá por eso se muestra de acuerdo con las sanciones a los estudiantes y profesores que son conocedores del acoso, pero callan. Para él, denunciar el acoso escolar no se trata de crear una sociedad de chivatos, sino de construir una sociedad que está siempre al lado de las víctimas.
Educar en la empatía
Javier Urra reflexionó sobre la educación diferente que, en ocasiones, reciben los menores. A las niñas se les educa bajo la consigna del “todo para los demás”; para mamá, para papá, para los abuelos… Sin embargo, a veces el niño recibe el mensaje opuesto de “todo para nosotros”. La educación en la empatía es clave. En ese sentido, tal y como expresa Urra: “El que no sabe lo que le pasa al otro, pierde”. Ser conscientes de los sentimientos de los demás y entenderlos es fundamental. En las situaciones de acoso escolar, los niños aprenden a actuar como acosador, como víctima o como observadores pasivos que se convierten, con su silencio, en cómplices. Y este problema se puede atajar con la educación. Sobre todo, la de los niños.
Si quieres, puedes leer más post sobre las charlas de los expertos que participaron en las I Jornadas Iberoamericanas de Violencia y Acoso Escolar como la de Iñaki Piñuel o Vicente Garrrido.