Trastorno del sueño: Una alerta a tener en cuenta

Desde el inicio de la era científica, el hombre se ha fascinado por el estudio y la interpretación del sueño. Hasta hace poco, ha resultado estar envuelto en un halo de misterio y desconocimiento que ha propiciado la interpretación de las ensoñaciones como una predicción futurible del ser humano, y al mismo tiempo, como un análisis del subconsciente más profundo de cada individuo.

¿Qué es el sueño?

El sueño es un proceso fisiológico que no siempre está presente en todos los seres vivos. De hecho, las escalas evolutivas más primarias parecen no tener un sueño estructurado como el hombre. Seguramente, en la medida en la que el desarrollo cognitivo es más complejo y profundo, las fases del sueño son más evolucionadas. La importancia de este proceso fisiológico está estrechamente relacionada con la salud integral del individuo, ya que este tiene una función reparadora fundamental para el organismo.

Diferentes estudios han relacionado la interrupción del sueño y la alteración de los ritmos circadianos con alteraciones en el aprendizaje y la memoria dependientes del hipocampo. También se han encontrado evidencias que sugerían que las alteraciones en la respiración durante el sueño y los cambios en este, podrían ser un factor de riesgo en el desarrollo de deterioro cognitivo en los adultos.

¿Cuáles son las 4 etapas del sueño?

El sueño es un proceso cíclico que se divide en 5 fases, de aproximadamente 90 minutos cada una. Estas 5 fases son:

Fase I o etapa de adormecimiento:

Se trata de una etapa de transición hacia el sueño profundo. Es un sueño ligero, por lo que en esta fase son frecuentes los desvelos. Por un lado, los ojos se mueven lentamente, se te van cerrando lentamente hasta caer en el descanso. Por otro lado, la actividad muscular disminuye, es decir, se pueden experimentar “alucinaciones”.

Fase II o etapa de sueño ligero:

Esta etapa ocupa, en la mayoría de casos, el 50% de los ciclos del sueño. Nuestro cuerpo desconecta lentamente del entorno en el que se encuentra. El sueño se hace más profundo y disminuye la actividad muscular: la respiración y el ritmo cardiaco se ralentiza. Se produce el conocido fenómeno “soñar que caemos” por un precipicio.

Fase III o etapa de transición:

Etapa corta, dura entre dos o tres minutos, en la que realmente nos acercamos al sueño profundo. Se produce un mayor aislamiento sensorial, se reduce el ritmo respiratorio así como la tensión arterial. Es en esta fase cuando aparecen los trastornos del sueño: los terrores nocturnos y el sonambulismo.

Fase IV, etapa de sueño profundo o sueño Delta:

Esta etapa ocupa, aproximadamente, un 20% del total del ciclo del sueño. En esta etapa se determina la calidad de nuestrob. La actividad cerebral es más lenta y la muscular, está limitada. En esta etapa, la calidad del sueño es determinante para la recuperación física y mental. Aún no se experimentan sueños entendidos como “historias” pero, sí formas, colores o luces.

Fase de sueño REM o etapa de sueño paradójico:

En esta etapa es en la que soñamos y dura aproximadamente el 25% del tiempo del sueño. En esta etapa predomina la actividad cerebral. Esta, es prácticamente igual que cuando estamos despiertos a pesar de que los músculos están bloqueados. Un ejemplo sería como cuando queremos gritar en mitad de un sueño pero, no podemos.  

Neurotransmisores implicados en el sueño

El sueño se regula a través de diferentes sustancias que podemos clasificar, a grandes rasgos, en:

  • Neurotransmisores estimulantes: Destacan la dopamina, la norepinefrina, la histamina, la orexina y el glutamato. La dopamina juega un papel esencial en el mantenimiento del estado de alerta del individuo, mientras que las orexinas promueven la vigilia.
  • Neurotransmisoras inhibitorios: Como los receptores GABA, la adenosina y la glicina. Los receptores GABA y la adenosina son inductores del sueño no REM, mientras que la glicina está presente en la fase del sueño REM.
  • Neurotransmisores reguladores: Destacan la acetilcolina, la serotonina y la melatonina, entre otras muchas. En general, la acetilcolina se encarga de regular el sueño REM, mientras que la serotonina es un inhibidor de este. Por último, la melatonina, secretada en la glándula pineal, es la encargada de la regulación del ciclo sueño/vigilia para mantener el ritmo circadiano.

Trastornos del sueño

Los trastornos del sueño son problemas relacionados con dormir. Estos incluyen dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido, quedarse dormido en momentos inapropiados, dormir demasiado y conductas anormales durante el sueño.

  • Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido (insomnio). Entendemos como insomnio la dificultad para conciliar el sueño, de permanecer dormido o de despertarse antes de lo que se desea. Las causas son múltiples y variadas, pudiendo ser desde situaciones es estrés hasta malos hábitos en el estilo de vida. Algunas de las consecuencias más importantes del insomnio son la fatiga, el cansancio o la somnolencia diurna, lo cual conlleva una mayor dificultad para concentrarse, así como una falta de motivación a cualquier actividad o iniciativa.
  • Problemas para permanecer despierto (somnolencia diurna excesiva)
  • Problemas para mantener un horario regular del sueño (problema con el ritmo del sueño)
  • Comportamientos inusuales durante el sueño (conductas que interrumpen el sueño)

¿Es necesario el sueño para consolidar el aprendizaje y la memoria?

Se ha comprobado que, si se produce un sueño reparador tras un periodo de aprendizaje, las ideas se consolidan de una forma más eficaz y duradera, ya que el sueño ayuda a procesar la información inconscientemente y tomar mejores decisiones al estar despierto.

¿Influye la carencia del sueño en el deterioro cognitivo?

La falta de sueño podría ser considerado como un factor de alerta de las personas susceptibles de padecer la enfermedad en el período preclínico, siendo valorado como factor de riesgo a largo plazo. El insomnio de forma prolongada está asociado a problemas de memoria y concentración, llegando incluso a padecer trastornos del lenguaje. Además, se ha observado una alteración de los neurotransmisores anteriormente descritos en las personas que padecen deterioro cognitivo, lo cual lleva a su vez a una mayor dificultad a la hora de conciliar el sueño.

Existe cada vez mayor evidencia de las conexiones entre desajustes en el sueño y el desarrollo de deterioro cognitivo en los adultos. El trastorno del sueño se puede considerar como un valor predictivo de la progresión del deterioro cognitivo, ya que algunos estudios hablan de la posibilidad de la progresión de dicha enfermedad tras más de 10 años de insomnio. No obstante, la severidad de las alteraciones del sueño varía de acuerdo con el tipo de demencia y aumentan según progresa dicha enfermedad, en forma de U invertida. Es decir, individuos que tienen una demencia moderada, presentan una mayor alteración del sueño que en las etapas iniciales y avanzadas.

Se ha estimado que, en el caso de los pacientes diagnosticados con Alzheimer, el 40% de los mismos presentan alteraciones del sueño (sueño fragmentado, despertares nocturnos e insomnio), incluso en etapas más avanzadas presentan somnolencia diurna, con alteración de los ritmos circadianos.

Cabe destacar que, una mala calidad del sueño puede estar causada por múltiples razones, siendo la apnea del sueño una de ellas. La presencia de esta última genera hipoxia, la cuál contribuye a su vez a lesiones neurológicas presentes en enfermedades neurodegenerativas.

¿Qué ocurre cuando existe exceso de sueño?

Si bien el descanso es necesario, su exceso puede configurar una alerta de deterioro cognitivo también, sobre todo cuando ello constituye un cambio en el hábito del paciente. En las etapas iniciales de deterioro cognitivo, el sujeto experimenta dificultades a la hora de comprender y procesar la información y estímulos externos, lo cuál conlleva a una falta de interés y un aumento de la somolencia.

Conclusiones finales

  • Cambios en el hábito del sueño del paciente pueden suponer una alerta de deterioro cognitivo, por lo que es muy importante tener este aspecto en cuenta para al detección precoz de esta patología.
  • Después de varios estudios, se ha observado que llevando una buena higiene del sueño, se podría prevenir o reducir los síntomas de deterioro cognitivo.
  • Por todo ello, es muy importante velar por hábitos saludables que nos permitan tener una buena calidad del sueño, mejorando nuestra calidad de vida y previniendo riesgo de patologías como el deterioro cognitivo.
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¡Nunca es demasiado pronto!

BIBLIOGRAFÍA

Artículo escrito por Mª Angélica Andrés Vidal, alumna interna de farmacología clínica y estudiante del Grado en Farmacia de la Universidad CEU-Cardenal Herrera. Revisado y re-editado por Teresa López de Coca, Claudia Rovira Yago y Gemma García Lluch, doctorandas en CEINDO y miembros de la Cátedra DeCo.

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