Hace unos días realizamos en clase de matemáticas una dinámica sobre el sudoku. Esta actividad consistía en dividir la clase en grupos de tres componentes cada uno. En cada grupo había una persona “fija” la cual durante el juego no se movía; a su lado derecho se colocaría una persona y a su lado izquierdo otra. Los del lado derecho cuando sonase el pitido del profesor (cada dos minutos) debían moverse hacia su lado derecho e ir a otro grupo y colocarse en la misma posición para rotar siempre en el mismo orden. Lo mismo pasaba con los que estaban a la izquierda pero estosiban cambiando de grupo girando hacia su lado izquierdo.
El profesor, Carlos Baeza, repartió al comenzar la actividad, a cada alumno, el mismo sudoku y cada alumno junto con el grupo en el que estuviese en cada situación debía intentar resolverlo. Para ello, únicamente podía utilizar un bolígrafo azul, uno rojo (para ir corrigiendo los errores que viese que tuviese conforme iba cambiando de grupo) y otro verde (para corregir sobre los números marcados ya en rojo), nada de utilizar lápiz y borrador.
Esta actividad a nosotros, los alumnos de magisterio, nos resultó interesante porque nos dimos cuenta de lo complicado que era realizar un sudoku (actividad mediante la cual se utiliza un razonamiento heurístico) en grupo y con la diversidad de soluciones de los demás compañeros ya que muchas veces no cuadraba lo que uno había completado con la de tus compañeros de grupo y uno tenía que ceder y fiarse de que la otra persona lo tuviera bien. Además, al no utilizar lápiz ni borrador, resultaba más difícil porque no podías ir probando y probando aunque, al fin y al cabo, terminabas viendo el sudoku con bastantes correcciones tanto en rojo como en verde.
(Sara Chukair Insa , Tercer Grado de E. Primaria)
