Medicamentos empleados en el tratamiento de deterioro cognitivo

Tras el inicio de año, desde la Cátedra DeCo, retomamos las píldoras de conocimiento sobre el deterioro cognitivo, centrándonos hoy en su farmacología.

Como en cualquier patología, disponemos de ciertas pautas terapéuticas, pero hoy nos centraremos en las ligadas a la medicación.

Farmacología multidisciplinar

Dentro del extenso tratamiento del deterioro cognitivo, debemos señalar que este es plenamente multidisciplinar, puesto que presenta múltiples factores de riesgo, tales como factores cardiacos y circulatorios.

Aunque en la actualidad no se dispone de un tratamiento efectivo y específico contra la demencia, si se disponen de fármacos que reducen los riesgos. De forma paralela a ello, estos fármacos pueden reducir el riesgo o bien, disminuir la velocidad a la que avanza la enfermedad.

Entre los diferentes fármacos, encontramos moléculas que actúan sobre el sistema nervioso, mejorando el perfil lipídico o sobre la presión arterial.

Fármacos del sistema nervioso

Entre los fármacos que actúan sobre el propio sistema nervioso, encontramos 2 grandes grupos terapéuticos: los inhibidores de la colinesterasa y los antagonistas de los receptores NMDA.

  • Inhibidores de la colinesterasa: En este grupo terapéutico, destacan moléculas como el donepezilo, la rivastigmina y la galantamina. Este tipo de fármacos actúan inhibiendo la acción de la acetilcolinesterasa, que se encarga de metabolizar la acetilcolina, ya que esta última ayuda a controlar la memoria y la acción muscular.
  • Antagonistas de los receptores de NMDA: Entre ellos, encontramos la memantina, cuya función en el organismo es actuar como antagonista débil de los receptores de NMDA. Esta unión ocasiona un bloqueo de la sobreactivación de la vía glutaminérgica. Esta última se relaciona con la neurotoxicidad característica de la Enfermedad de Alzheimer. Es por ello por lo que es un fármaco indicado en aquellos pacientes con demencia moderada o severa. De igual modo, pueden estar o no asociados con los anteriormente mencionados.
  • Selegilina y vitamina E: La selegilina por su parte, es un fármaco antiparkinsoniano y antidepresivo empleado en las primeras etapas de la demencia. Su mecanismo de acción esta basado en la inhibición selectiva e irreversible a dosis moderadas de la monoaminooxidasa tipo B (MAO-B). Si las dosis son mayores, también inhibirá la MAO-A. El efecto de este fármaco en el organismo reduce la degradación de la dopamina a nivel central, facilita la actividad de las neuronas dopaminérgicas. Esta acción, las protege del daño por radicales libres y del estrés oxidativo. Por su parte, la vitamina E en dosis de 1000UI también presenta efecto neuroprotector.

Fármacos cardiovasculares

En cuanto al ámbito cardiovascular encontramos dos factores que presentan cierta vinculación con una futura demencia: la hipertensión y la hipercolesterolemia. En el caso de la hipertensión, esta se relaciona estrechamente con los accidentes cerebrovasculares como un ictus. De forma paralela, la formación de placas de ateroma relacionadas con la hipercolesterolemia se relaciona con una futura demencia.

En el caso de los antihipertensivos, estos actúan reduciendo la tensión arterial, mediante diferentes mecanismos. En este grupo podemos encontrar los conocidos betabloqueantes, los antagonistas del receptor de angiotensina II, los calciobloqueantes o los alfabloqueantes. Por orden de mención tenemos como principales ejemplos, el atenolol, telmisartán, amlodipino o doxazosina. Para esta indicación también podrían emplearse fármacos como diuréticos (como la furosemida) o un IECA (como el enalapril).

En el caso de la hipercolesterolemia, encontramos las estatinas estas actúan en el organismo bloqueando en el organismo la HMG-CoA. Esta actividad, provoca una reducción en los niveles fisiológicos de triglicéridos y colesterol, disminuyendo el riesgo de sufrir ateroesclerosis. Es por esta acción por lo que se encuentran en estudio como posible pauta preventiva de la demencia, aunque con la evidencia actual no nos permite realizar dicha afirmación.

Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), son unos de los fármacos más empleados por la sociedad actual. Los AINEs, presentan actividad, antipirética, analgésica y antiinflamatorias, motivo por lo que son ampliamente usados.

Ciertos estudios prospectivos, señalan estos fármacos como protectores en el ámbito neurodegenerativo dado su efecto antiinflamatorio, siendo el más extendido el ibuprofeno. No obstante, debido a la alta controversia, futuros estudios deben seguir realizándose para confirmar el potencial efecto nueuroprotector.

Conclusión

Aunque actualmente no disponemos de un tratamiento específico y eficaz para el deterioro cognitivo se dispone de numerosas opciones terapéuticas para paliar sus efectos. Entre ellos podemos encontrar los inhibidores de la colinesterasa, antagonistas de los receptores de MNDA o la selegilina y vitamina E. De igual forma podremos encontrar hipolipemiantes, antihipertensivos y antiinflamatorios como parte de la pauta preventiva empleada.

¡Nunca es demasiado pronto!

Articulo realizado por Javier Valero Ochando, Alumno Interno del departamento de Farmacología en la UCH-CEU. Revisado por Gemma García Lluch, doctoranda en CEINDO y miembro de la Cátedra DeCo.

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2.        Anwal, L. Comprehensive Review on Alzheimer’S Disease: Causes and Treatment. World J. Pharm. Pharm. Sci. 2021, 10, 1170, doi:10.20959/wjpps20217-19427.

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