Clase práctica de Derecho de daños (Parte I)

Hoy hemos podido contar en la Universidad CEU-Cardenal Herrera con la colaboración impagable de Beatriz Selva Barceló, abogada en ejercicio y antigua alumna de la CEU-UCH, que ha presentado a los alumnos de la asignatura de Derecho de daños un caso práctico real en el que los alumnos mediante un divertido juego de rol han tenido que demostrar sus dotes de futuros juristas.

Partiendo de los hechos que se plantean en la SAP de Jaen 101/2008 de 22 de abril, en relación con un accidente de tráfico en el que se producen daños para las personas y para los bienes, Beatriz ha dividido la clase en tres grupos: parte demandante, parte demandada y jueces.

Durante la primera hora de clase se les ha dado tiempo a los alumnos para que elaboraran sus argumentaciones y prepararan su defensa indagando en las peculiaridades del caso y buscando los medios de prueba que pasarían a plantear en el acto del juicio. Quiero destacar la inmediata implicación de los alumnos en el caso planteado, la asunción de los roles que les ha tocado desempeñar y su enorme participación.

Tras un breve descanso hemos representado el acto del juicio siempre bajo las directrices que Beatriz iba indicando a los alumnos.

Como partes demandante y demandada: los alumnos Noelia Úbeda y Joan Montesinos representados por sus letradas Margalida Fornarís y Carmina Llombart que han actuado como verdaderas abogadas proponiendo prueba y argumentando los intereses de sus clientes, demostrando gran capacidad de improvisación.

Como Juez el alumno Carlos Mújica que, aunque tímido al principio, rápidamente ha asumido su papel de señoría y ha acabado dictando sentencia in voce.

Es necesario destacar la actuación de la alumna Marina Vegara como testigo de la parte demandante, sin duda el papel más aplaudido y que ha logrado convencer a todos de que el coche circulaba a excesiva velocidad y de hecho «casi resultan atropellados ella y su perro»…

Y finalmente han intervenido, muy seguros de su papel, los alumnos Manuel Ortubia como guardia civil que intervino en el atestado del accidente y Javier Aparici como detective privado (antiguo empleado de Método 3) que ha tratado de demostrar que las lesiones de la víctima no eran tan graves como en un principio parecían.

Como resultado del juicio y a la vista de las pruebas practicadas su señoría ha dictado sentencia reconociendo la concurrencia de culpas.

Sin duda ha sido una fantástica experiencia para todos y desde aquí quiero dar las gracias a Beatriz Selva por su colaboración y a los alumnos por su participación. Ahora no queda más que esperar a ver cómo se desarrolla la próxima sesión práctica de daños con el grupo que falta el próximo día 25…

 

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