El día a día de un Notario

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Tomás Viña Almunia, Notario y alumni de la CEU-UCH

Tomás Viña Almunia, antiguo alumno de Derecho en la Universidad CEU Cardenal Herrera, ha querido compartir con nosotros cómo el día a día de un Notario. Leer esta entrevista te hará olvidar la imagen que tienes de la profesión de Notario. ¿Por qué? Porque Tomás nos cuenta, con todo tipo de detalles, anécdotas, los aspectos más positivos y negativos de su profesión, así como TODO lo que hay que saber sobre las oposiciones a notarías. Por último ofrece grandes consejos a los estudiantes. ¿Se puede pedir más?

– ¿Qué estudios cursaste en el CEU? –

Cursé los estudios de Derecho en la Universidad CEU Cardenal Herrera en la promoción 2004-2009. Empecé la doble titulación de Derecho-ADE, sin embargo, noté al principio del tercer año de la doble licenciatura que mi verdadera pasión era el Derecho y, más concretamente, el Derecho Privado en general, por lo que abandoné mis estudios en la carrera de ADE para centrarme en el mundo de las leyes. Recuerdo que fue una decisión que me costó adoptarla, en tanto en cuanto era arriesgada ya que si no aprobaba la oposición se me cerraban ciertas puertas. Esto, no obstante y, como se suele decir, quien no arriesga no gana. Y es que el plus de esfuerzo que exigía estudiar la otra carrera podría desfondarme frente al reto de aprobar una oposición del calibre de las notarías. Evidentemente no me arrepiento de la decisión adoptada, ya que la jugada me ha salido bien, pero es algo que recuerdo meditar con mucho esmero.

– ¿Cuál es tu puesto de trabajo? – 

Actualmente soy Notario de Cubelles (Barcelona). Soy el único Notario de la localidad, lo que a nivel personal te hace vivir experiencias inolvidables por todo lo que ello conlleva. En este tipo de pueblos, todo el mundo te conoce, tratas a la gente con más cercanía y desde luego que no existe la frialdad propia de las grandes ciudades, donde prácticamente ves al cliente en el momento de la firma. Por su parte, a nivel profesional, y desde mi perspectiva, empezar por este tipo de pueblos es muy recomendable, ya que tienes tiempo de estudiarte las escrituras con mucho más tiempo que en las grandes localidades, ya que no estás sometido a tantas presiones, prisas y por supuesto por la menor carga de trabajo.

– ¿Cómo se ha desarrollado tu trayectoria profesional hasta llegar a desempeñar tu puesto de trabajo actual? – 

Como es por todos sabido, para llegar a ser Notario hay que pasar por unas duras oposiciones que componen un total de 373 temas divididos en dos ejercicios teóricos y un práctico. El primer examen consiste en una exposición oral en la que hay 3 temas de Derecho Civil y un tema de Derecho financiero. En el segundo examen, también de una hora, se exponen  dos temas de Derecho Mercantil, otro dos de Derecho Hipotecario, un tema de Derecho Notarial y otro de Procesal o Administrativo. El tercer examen es un práctico relativo a la materia tratada en los primeros ejercicios. Tiene como ventaja que no hay que memorizar tantos temas y que es muy bonito de estudiar, pero la complejidad de los asuntos expuestos es extrema e incluso interpretable y además la presión por estar tan cerca de tu objetivo es psicológicamente muy dura.

En último término, hay un cuarto ejercicio que es un mero trámite, hasta el punto de que quien haga ese último examen ya se puede considerar Notario.

– ¿Siempre supiste que querías ser Notario?- 

La verdad es que no empecé la carrera con la idea de ser Notario. Como he dicho anteriormente, empecé las doble licenciatura de Derecho y ADE, seguramente porque no tenía muy claro cuál iba a ser mi futuro profesional. De hecho, siempre he pensado que con los 18 años con los que se empieza la carrera de Derecho, no se puede saber  por qué parte del Ordenamiento Jurídico te vas a decantar dada la amplitud del mismo. Es decir, no sabes si te va  a gustar más la rama privada o la pública, y dentro de éstas, por qué departamento o materia te vas a sentir más cómodo. Sin embargo, llevaba dos años estudiando Derecho y ADE y tenía dos cosas muy claras: que disfrutaba más estudiando Derecho que economía y, además, que mi pasión era el Derecho Privado en general y el Derecho Civil en particular.

Quizás la decisión de ser Notario vino motivada en gran parte al hecho de que mucha gente que termina la carrera de Derecho se dedica a cuestiones que sólo de forma tangencial tocan el mundo de las Leyes (seguramente debido a la gran amplitud de miras que te proporciona esta carrera). Esta idea lo cierto es que no me atraía, es decir, no quería estudiar una cosa en la carrera y luego trabajar con algo totalmente ajena a ella. Por ello me decidí por el mundo de la notaría, ya que tratas con instituciones que manejas desde primero de carrera con Derecho Romano y que sigues viendo a lo largo de la misma. Este por supuesto pudo ser un motivo inicial, pero luego, y una vez que trataba con esta materia está claro que disfrutaba estudiándola, por lo que decidí definitivamente dedicarme a esta rama del Derecho.

– ¿Cómo es tu día a día en el trabajo? –

Soy Notario de pueblo, lo que indudablemente hace que mi trabajo pueda ser en cierto modo distinto al de un Notario de una gran población. Al ser la mía una notaría de tamaño medio, me dedico no solo al estudio y firma de la escritura (por decirlo de alguna manera), sino a todos los aspectos del despacho. Me explico. Desde que un señor viene a hacer una escritura de compraventa, por ejemplo, hasta que se lleva la copia liquidada de impuestos e inscrita en el Registro, hay varios trámites. Pues bien, se puede decir que yo como Notario estoy presente en todos ellos. Es decir, entra el señor por la puerta, me dice qué es lo que quiere, le pido la documentación, redacto la escritura, la explico y firmo,  saco la copia, liquido los impuestos y la llevo al Registro de la Propiedad. Es evidente que no puedo hacerlo yo todo, por eso tengo un equipo de dos personas en la notaria, pero sí que intervengo de forma activa en todos los trámites de aquella.

Hecha esta introducción, en un día normal hago desde el asesoramiento a un cliente que viene con un problema (aspecto que por cierto es gratuito), hasta la redacción y explicación de una escritura o llevar la misma al Registro. En definitiva, es un trabajo muy dinámico y, al estar en constante contacto con el público, muy bonito de ejercer.

Tomás Viña Almunia, Notario y alumni de la CEU-UCH
Tomás Viña Almunia, Notario y alumni de la CEU-UCH

– Los 3 aspectos más positivos de tu trabajo y los 3 más negativos – 

En cuanto a los tres aspectos más negativos de mi profesión, puedo destacar los siguientes:

-En primer lugar, las escrituras de aceptación de herencia. Siempre he pensado que el Derecho sucesorio es muy bonito de estudiar pero muy desagradable de ejercer, en tanto en cuanto presupone el fallecimiento de una persona, por lo que en ocasiones vivo momentos muy desagradables con los herederos al recordarles, por motivos obvios en la explicación de la escritura, a su pariente fallecido.

-En segundo término, percibo que, en ocasiones, la gente quiere las cosas demasiado rápido, aunque estas no estén bien hechas del todo, lo que me genera cierta ansiedad. Creo que no es una corriente exclusiva de mi profesión, pero es que creo que las cosas para estar bien hechas requieren un estudio y sosiego que no siempre encontramos en nuestro día a día.

-Y como último aspecto negativo de mi profesión, encuentro que la legislación que manejamos los juristas en general y los Notarios en particular, es cada vez más cambiante, dispersa e imprecisa. Creo que esto es una queja de cualquier jurista que se preste, ya que cada vez se legisla más y peor, como si dictar leyes fuese una obligación del político de turno que se justifica frente al pueblo y sus votantes por el número de leyes promulgadas. Esta circunstancia no solo nos dificulta nuestro trabajo, sino que también es percibida por el ciudadano de a pie, lo que le genera una falta de seguridad jurídica que se ocupan de trasladarnos.

De otro lado, y yendo a la parte amable de mi trabajo, que es mucho mayor que la desagradable destaco en primer lugar la percepción que tenemos de ayudar al ciudadano. Estar en constante trato con el cliente y resolverle los problemas genera una satisfacción personal que no hay dinero que pueda pagar. En muchas ocasiones, percibo que mi cliente entra en la notaria con un problema y una preocupación, y sale de la misma con el asunto resuelto y enormemente agradecido.  Esta circunstancia hace que sienta una satisfacción personal que creo que pocas profesiones pueden dar.

En segundo término, me gusta ver como satisfacemos intereses no solo de nuestros clientes, sino también de la Administración pública en general y de la tributaria en particular mediante el sistema de índices. A través de éste, enviamos toda la información de nuestras escrituras a las administraciones lo que ayuda muchísimo al mantenimiento del bien común mediante la lucha del fraude fiscal.

En último lugar, disfruto mucho mediante la preparación de alumnos de la oposición a Notario. Somos el único cuerpo de funcionarios que no cobramos por preparar, lo cual le da al tema un toque mucho más romántico, volviendo quizás a la antigua figura del maestro y discípulo. A mí me prepararon y se desvivieron a cambio de nada, por lo que yo hago lo mismo y con muchísimo gusto. Creo que es una de las facetas de las que más me enorgullezco de mi profesión.

– ¿Alguna anécdota? – 

Evidentemente podría contar varias y más siendo Notario de pueblo, ya que se presta más a ello, como que los contrayentes de un matrimonio que autorizo me inviten a su banquete de boda o una señora que te quiere emparejar con su nieta. Pero quizás, y sea anécdota o no, de la que más orgulloso me siento es de salir todos los lunes en la radio del pueblo cuando la agenda me lo permite, para tratar temas de actualidad.  Todo empezó cuando me llamaron para hacer una entrevista aislada, y a partir de ahí y visto que me gustó eso de los micrófonos, me invitaron a salir en un programa periódico todos los lunes con gente del pueblo donde nos enzarzamos a debatir acerca de cualquier tema.

– ¿Qué te aportó estudiar en el CEU? – 

Creo que el CEU me ayudo a que me gustase el Derecho, con todo lo que ello conlleva. El hecho de que las clases sean más reducidas hace que te involucres mucho más en las mismas, lo que de forma inevitable hace que te guste el mensaje y materia que te están transmitiendo.

Además, es una Universidad que cree mucho en sus alumnos. A modo de ejemplo diré que en mi curso había cinco o seis alumnos que nos queríamos dedicar al mundo de la oposición. Pues bien, la Universidad nos puso una optativa a nuestra disposición basada en instituciones de Derecho Privado para que profundizásemos en cuestiones que íbamos a tratar en la propia oposición. Esto en Universidades más grandes no pasa, eres simplemente uno más y no recibes más ayuda que la que uno mismo se pueda proporcionar.

– 3 Consejos para todos los alumnos de Derecho – 

En primer lugar que vayan mucho a clase. Mi padre es profesor de Universidad (aunque dedicado a otro ámbito), y siempre dice con mucha razón, que cambia mucho leer una cosa a que te la explique alguien, que salga la información de su boca. En la Universidad muchas veces pecamos un poco de inmaduros, y solo a posteriori nos damos cuenta de la calidad de los ponentes y profesores y las valiosísimas lecciones que nos hemos podido perder por no asistir a sus clases. Muchos pensarán que en Derecho basta con estudiar. Esto es suficiente seguramente para aprobar, pero para saber razonar jurídicamente y saber Derecho de verdad, alguien te lo ha de explicar, has de tener un guía que te enseñe a pensar.

En segundo término les recomendaría que busquen, que busquen qué es lo que realmente les apasiona dentro del mundo de las leyes. Creo que es muy difícil ser brillante en algo que no te gusta. Por ello, les recomiendo que sean pacientes, que indaguen en las distintas ramas del Ordenamiento Jurídico, y cuando haya una con la que disfruten, que se especialicen en la misma. Solo así podrán disfrutar de su profesión, que es un bien que a día de hoy brilla por su ausencia.

En tercer  lugar, que se especialicen. El Ordenamiento Jurídico es un vasto complejo de normas y costumbres que como he avanzado antes son cada vez más cambiantes y dinámicas, por lo que es imposible abarcarlas todas. Por ello, es necesario que nos especialicemos en alguna materia, en algo en lo que podamos destacar por encima del resto.

Y en último término que estudien mucho, incluso cuando hayan acabado la carrera o la oposición. Creo que los juristas en general y los funcionarios en particular nos debemos a la sociedad, y esta se merece que estemos actualizados, que sepamos las distintas reformas legislativas, corrientes jurisprudenciales etc. Y no solo por la sociedad, sino por nosotros mismos, ya que creo que este estudio nos reportará desde un punto de vista egoísta mucha satisfacción profesional.

–  ¿Qué les dirías a los alumnos que se plantean seguir tu camino como Notario? – 

Que no lo duden ni un momento. Si que es cierto que para ser Notario hay que pasar unas durísimas oposiciones, pero creo que tengo el trabajo más bonito del mundo, el cual no cambiaría por ningún otro. Tendrán una estabilidad económica pero sobre todo, y como digo siempre les dará igual ir  a trabajar ya que estoy seguro que disfrutarían muchísimo de la profesión.

Muchísimas gracias, Tomás, por compartir con nosotros tu experiencia.

 

2 COMENTARIOS

  1. Hola Señor Notario Tomás,agradezco mucho por compartir tu vida en el estudio,se que esta difícil,pero debo intentarlo,un abrazó
    Saludos.

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