La alumna Carla Sanchez Quintero ha escrito el siguiente post:
A comienzos del siglo XX se vivió uno de los acontecimientos con mayor impacto en la historia de la humanidad: La Primera Guerra Mundial, también conocida como La Gran Guerra.
Durante los años previos a esta Guerra los países, que más adelante entraron en conflicto, vivieron un período conocido como “La Paz Armada” (1870-1914). Este período se vio caracterizado por países que se abarrotaron de armamento y fortalecieron sus ejércitos e, incluso, instalaron el servicio militar obligatorio. Todo esto se debió a que las naciones atravesaban conflictos tanto internos como externos. Los conflictos internos se debían, principalmente, al reclamo de la población por tener derechos políticos o un mejor nivel de vida; los externos se debieron, en su mayoría, por el interés de los países por poseer y dominar una mayor cantidad de tierras: colonialismo.
Estos intereses territoriales sumados a tres aspectos importantes fueron las causas, principales, que motivaron la existencia de la Primera Guerra Mundial. En primer lugar, en Francia existía un sentimiento de rencor y revancha ya que había perdido Alsacia y Lorena en 1871 en manos alemanas. En segundo lugar, el interés por parte de Rusia y el Imperio Austro-Húngaro por dominar los Balcanes. Tercero, entre Alemania e Inglaterra había una competencia por el desarrollo industrial y la posición de tierras. Sin embargo, el hecho que hizo estallar la guerra fue el asesinato del heredero a la corona Austro Húngara, el archiduque Francisco Fernando.
Tras cuatro largos años de guerra, múltiples muertes, batallas, enfermedades y padecimientos, el 11 de Noviembre de 1918 se decide poner fin a la misma firmando el Armisticio de Compiègne. En 1919 se firmó el Tratado de Versalles, el cual puso fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial. Este tratado contempló diversas cláusulas, tales como: territoriales, militares, morales y políticas, económicas y laborales. Sin embargo, el punto más resaltable es en el cual Alemania acepta la responsabilidad total de haber causado la guerra, motivo por el cual se compromete a pagar una gran indemnización a las potencias que vencieron: Reino Unido, Francia y Rusia. Esta indemnización deja a Alemania en una situación vulnerable y de amplia desventaja frente a los demás países, pues esa era la intención de ciertas naciones; que Alemania no pueda recuperarse económicamente. También, cabe mencionar que Alemania tuvo que ceder una parte importante de su territorio.
En un principio, Alemania se negó a firmar el Tratado debido a la desproporcionalidad de las cláusulas, sin embargo, debido a la fatídica situación en la que se encontraba tuvo que hacerlo.
Este tratado generó una sensación de frustración, rabia y rencor por parte de los alemanes hacia los demás países pues se sintieron despreciados por éstos. Además, consideraban que ellos no habían sido los culpables de la guerra y que no habían sido del todo vencidos.
Con una Alemania sumida en la pobreza y frustración aparece Adolf Hitler, quien se presentó como el salvador de la economía y de Alemania misma. Mediante métodos no del todo honestos, Hitler llegó al poder y sacó de la miseria al país a través del aumento de la producción y de la reducción de la tasa de paro; se crearon nuevos puestos de trabajo provenientes del trabajo público, el rearme y aumento de la industrialización del país, y la creación de obras públicas. Se logró aumentar el PIB en más de un 50% en los años 30 y se crearon millones de puestos de trabajo para 1936.
Así mismo, Hitler potenció el sentimiento de orgullo nacional que había quedado sumamente afectado y debilitado tras la guerra de 1914. Además, suprimía la libertad de expresión, no aceptaba la oposición e impulsaba el antisocialismo, antiliberalismo, anticomunismo y antisemitismo. Un punto importante de resaltar es que Hitler no admitía a todos los hombres como iguales pues creía en la superioridad de la raza aria, sentimiento que transmitió a los alemanes quienes vieron en él la esperanza de un cambio a mejor, y quienes después de verse humillados y castigados duramente por los demás países, después de la Primera Guerra Mundial y a través de la firma del Tratado de Versalles, pudieron ver su nación salir a flote y volver a sentir el orgullo de ser alemanes.
Es así que se puede decir que la crueldad y la falta de empatía traducidas en el castigo tan duro impartido a Alemania, a través de las cláusulas del Tratado de Versalles, ocasionó, de cierta manera, una especie de odio en la población alemana hacia todo lo que sea no-alemán, odio que Hitler supo manipular y emplear para llevar a cabo uno de los genocidios más grandes en la historia de la humanidad, genocidio en el que se asesinó, cruel y despiadadamente, a más de once millones de judíos durante el régimen nazi entre los años de 1941 a 1945 mediante la búsqueda de mantener “una raza pura”, además del estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Cabe resaltar que, tal vez, este episodio pudo haberse evitado si se hubiese buscado una verdadera reconstrucción europea, como planteó John Maynard Keynes, quien sostuvo que el hecho de implantársele unas cláusulas tan desmedidas a Alemania ocasionaría que, cuando ésta se recupere, se genere un nuevo conflicto de talla mundial.
Keynes, al ver que sus ideas no fueron tenidas en cuenta en el Tratado, decidió abandonar las reuniones donde se negociaba el mismo. Es así que decidió implantar sus pensamientos en el libro “Las consecuencias económicas de la paz» (»The Economic Consequences of the Peace»), libro que demostró que Keynes tenía razón ya que el deterioro económico en el que se vio sumido Alemania, debido a los pagos de las indemnizaciones de la guerra, fue una de las principales razones que explicó el ascenso al poder de Hitler y, seguidamente, el Holocausto Judío y el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
no era por lo que venia pero resulto siéndolo.
muchas gracias te has ganado mi aprecio autor del que no se nada.
Hola Carla Sánchez Quintero! Gracias por Tu publicación, me parece un buen resumen.
Solamente tengo una sugerencia para Ti y para Tu futuro. Coteja mejor las cifras antes de publicarlas. El número «oficial» de muertos en el Holocausto Nazi fue de 5.2 Millones de personas. Y convendría que mencionaras que en Rusia se mataron a más de 7 millones. Ambas son cifras espeluznantes.
La historia la cuentan los vencedores y en la 2da Guerra Mundial se ganó gracias al capital judío en Estados Unidos. Tómalo en cuenta.
Saludos y ¡mucho éxito en Tu carrera!