Comparten en su mayoría una misma condición de lejanía, esa que, por fuerza, los ha de distanciar de sus hogares. Y coinciden también en una certeza: la de saber que, gracias a compartir cultura y idioma, estar lejos con gente que te quiere cerca es estar un tanto menos lejos. Ana es de Ecuador y -como tantos otros estudiantes llegados de Latinoamérica- sabe de esa lejanía y de esa cercanía. Al mismo tiempo, en el mismo lugar.
Digamos que Ana nos localizó en el mapa desde Guayaquil y que nos descubrió del todo in situ. Y que ese hallazgo convirtió lo que, en principio, sólo iba a ser una estancia de unos pocos meses en una experiencia de años.
Nuestra comunidad de alumnos latinoamericanos se amplía año tras año y hay más de un caso como el tuyo. Aún así, siempre es especial que alguien que viene de visita se quede a vivir, por decirlo así.
¡Me enamoró Valencia! Así es como fue la cosa. Estaba en segundo grado en la Universidad Espíritu Santo, que tiene convenio con la CEU UCH en materia de movilidades internacionales, y decidí venir. En principio mi Erasmus iba a ser sólo de seis meses en el Grado de Dirección de Empresas. Pero ocurrió que empecé a hacer amigos. Amigos en varios cursos donde tenía asignaturas…empecé a plantearme quedarme muy pronto, al poco de llegar y empezar a hacer nuevas amistades y conocer mejor Valencia. Tardé menos de un mes en convencerme, ¡sobre todo cuando mi madre vino a visitarme y quedó igualmente enamorada de la ciudad!
Llegaste cuando ya llevabas un tiempo con tus estudios universitarios y eso te dio la posibilidad de poder establecer comparaciones. No todo fue por la playa…
Hay algo que fue definitivo y es la conexión que establecí con los profesores. Si no hubiera sido por eso, no sé si me hubiera quedado, por mucho que me guste vivir aquí. El nivel de seguimiento de los profesores es fantástico. En Perú también se volcaban con las prácticas, pero quizás no había tanta proximidad y tanta atención por seguir la evolución de cada estudiante, una preocupación constante por que te ajustes a los plazos y cumplas tus propias expectativas.
¿Qué otros aspectos te han sorprendido gratamente a nivel académico?
Todo el contenido del grado está impregnado de una clara mentalidad global. El mundo entero es el entorno en el que nos vamos a mover, cualquier país de ese mundo. No hay espacio para visiones locales, peculiaridades de negocios del entorno más inmediato. Lo que te enseñan es a adaptarte a la realidad actual: así es el mundo hoy, así tienes que adaptarte tú y pensar tu negocio y adaptarlo al mundo. Es una visión más global y mucho más profesional.
«estudiar en este ambiente internacional es tener medio camino hecho para trabajar en cualquier país el día de mañana».
Cuéntanos de dónde surge tu interés por el mundo de los negocios.
He crecido en un entorno de negocios familiares y he trabajado con mis padres muchos veranos. Me gustan las relaciones públicas pero creo que es necesario tener una base sólida. Así que primero hay que tener esa formación profunda en el mundo de la empresa y luego ya me especializaré en el mundo de las relaciones públicas con algún posgrado. Empecé muy volcada en la contabilidad pero poco a poco he ido variando de preferencia y hoy por hoy me gustaría dedicarme a la innovación dentro de las empresas.
¿Cómo te imaginas el recorrido que harás después de terminar el grado?
Una vez me gradué me gustaría poner en práctica mis conocimientos. Lo ideal sería darme un par de años para trabajar, a ser posible en alguna empresa de aquí. Creo que esa experiencia es muy enriquecedora para ir ajustando tu perfil laboral y decidir hacia dónde quieres ir. Luego, quizás, buscaré algún posgrado, a ser posible en inglés, que es el idioma de los negocios.
También es uno de los muchos idiomas que habrás oído por los pasillos de la facultad.
Es la primera vez que salgo de mi país, que vivo de forma independiente. He madurado mucho en este tiempo y eso me ha dado una perspectiva nueva sobe las ventajas que tiene estudiar en un campus internacional como este. Creo que nos da a todos más oportunidades de futuro. Yo tengo mucha vocación internacional pero sentí que quedándome en Ecuador era mucho mas difícil explotarla. Aquí está ya hecho medio camino hacia un futuro profesional en cualquier país del mundo.
La otra mitad del camino depende de ti y de quién te rodees para hacerlo realidad.
En ese sentido también he tenido mucha suerte. Hemos formado un grupo de amigas súper bonito y muy unido. Otra alumna de Ecuador como yo, de Venezuela, de aquí de Valencia y de Castellón. Hemos hecho viajes juntas, alguna escapada a Ibiza, y, por supuesto, también hemos dado vueltas a algún que otro negocio que podríamos montar todas juntas.
!Muchas gracias por compartir con nosotros tu experiencia y mucha suerte, Ana!