La gestión empresarial sostenible, clave para el futuro

Al hablar de desarrollo sostenible, es habitual centrar más el discurso en los retos que en las oportunidades. Sin embargo, hay quien ve incluso en la coyuntura actual aspectos positivos que merecen ser señalados, que ya anuncian un cambio social y el giro hacia una gestión empresarial más sostenible.

Es el caso de Ana Viñado quien, desde la Dirección de Servicios de Sostenibilidad MA y Cambio Climático en SGS, es capaz de ver importantes (y esperanzadores) cambios de tendencias en el consumo y en nuestra conciencia medioambiental. Algo que, para ella, está motivando a muchos empresarios a integrar estrategias E.S.G. (Environmental, Social and Governance) en sus negocios. Y algo que, en SGS, ya forma parte de su propia esencia desde hace años.

Ana Viñado, de la empresa SGS

Ana, ¿por qué deben las organizaciones apostar por un modelo de gestión empresarial sostenible?

El principal beneficio que tiene el desarrollo sostenible es, según su propia definición, asegurar las necesidades presentes sin comprometer las futuras, aunque también representa otras ventajas para el conjunto de la sociedad.

En 1987 se acuña por primera vez el concepto de desarrollo sostenible con la publicación del Informe Brundtland. En él ya nos alertaban de las consecuencias medioambientales negativas del desarrollo económico y la globalización. Más de 30 años después, muchos de los retos a los que nos enfrentamos, como el cambio climático, la escasez de agua, las desigualdades o el hambre, solo se pueden resolver desde una perspectiva global y promoviendo el desarrollo sostenible a tres niveles:

  • La protección medioambiental, teniendo en cuenta que no contamos con una fuente inagotable de recursos.
  • El desarrollo social, trabajando la cohesión entre comunidades y culturas para alcanzar niveles satisfactorios en calidad de vida, sanidad y educación.
  • El crecimiento económico, generando una riqueza equitativa que no perjudique los recursos naturales.
Más allá del llamado greenwashing, ¿crees que las empresas son conscientes del valor que les reporta tener una personalidad más sostenible?

El año pasado, la sostenibilidad empezaba a tomar la importancia que le correspondía en diferentes áreas. Por un lado, la empresarial, con un 86% de las empresas del Ibex 35 comprometidas con los ODS. La política, por otro. Y la esfera social, con una sociedad cada vez más concienciada con el cambio climático y el fin de las desigualdades.

Desde mi punto de vista, estamos todavía lejos de entender lo que realmente reporta el desarrollo sostenible. Y seguimos poniendo en marcha acciones más por obligación que por convencimiento. Sea como fuere, la sostenibilidad ha venido para quedarse. Y, cuando las empresas empiecen a medir su impacto, percibirán el valor real que les reporta incluirla dentro de su estrategia.

El desarrollo sostenible, un compromiso individual y global

Y nosotros, como clientes o consumidores, ¿exigimos cada vez más que las empresas y marcas sean sostenibles?

Que la sostenibilidad tiene cada vez un mayor peso para los clientes es innegable e indudable. Un reciente estudio de Capgemini ya muestra que alrededor del 80% de los consumidores está cambiando sus preferencias de compra basándose en criterios de responsabilidad social, inclusividad o impacto medioambiental.

Asimismo, la COVID-19 ha incrementado el nivel de concienciación de los consumidores con respecto a la sostenibilidad: el 67% de los consumidores afirmó que es más consciente de la escasez de recursos naturales debido a la crisis actual, y el 65% comentó que aumentará su concienciación sobre las repercusiones de su consumo general en la “nueva normalidad”.

El interés por la sostenibilidad influye actualmente en el comportamiento del consumidor en más de la mitad de la población. El 53% de los consumidores del conjunto general de la población y el 57% del grupo de edad entre 18 y 24 años se han pasado a marcas menos conocidas, pero que son sostenibles. Más de la mitad de los consumidores (52%) afirma que tienen una conexión emocional con productos o empresas que perciben como sostenibles. Y el 64% asegura que comprar productos sostenibles les hace sentirse contentos con sus compras (cifra que llega hasta el 72% en el grupo de edad de 25-35 años).

«El consumo responsable es una de las soluciones que nos harán transitar hacia una vida social sostenible»

Las organizaciones del sector minorista y de bienes de consumo conocen también los beneficios que la sostenibilidad proporciona en sus relaciones con los clientes. El 77% indica que la sostenibilidad aumenta la fidelidad del cliente, y el 63% que incrementa los beneficios generados por la marca.

No obstante, existe un desfase entre lo que los consumidores creen que saben y lo que realmente saben acerca de la sostenibilidad. Por ejemplo, el 80% de los consumidores no sabe que se necesitan 1000 litros de agua para producir una tableta de chocolate. O que la producción de una hamburguesa media genera más emisiones que conducir 15 km en un coche grande. Esto nos apunta a una dirección muy clara sobre la necesidad de informar al consumidor sobre la importancia que tienen, tanto ellos como las empresas, para impulsar la agenda de sostenibilidad.

Sellos y certificaciones de gestión empresarial sostenible

¿Cuáles serían algunos de los sellos o certificaciones más avanzados para medir la sostenibilidad de las empresas?

No existe una certificación de sostenibilidad como tal. Sí existen una serie de elementos que se relacionan con diferentes áreas de la sostenibilidad: políticas, etiquetas, códigos, auditorías, cálculos de impacto, etc.

Posiblemente, el primer elemento a destacar sean las políticas de Responsabilidad Social Corporativa, que reflejan el compromiso de una organización y de su alta dirección. Después vendrían, por ejemplo, los códigos de conducta y los códigos éticos. Los códigos de conducta dicen mucho de una organización, porque es lo que la empresa traslada a su propio equipo humano.

Objetivos de Desarrollo Sostenible

A nivel de gestión, hay multitud de certificaciones y normas. Existen, por ejemplo, sellos o certificaciones en clave de sostenibilidad medioambiental, como la certificación ISO 14001 o el sistema EMAS. La norma SG21 se centra en certificar la gestión ética y socialmente responsable de una organización, mientras que la SA 8000 se relaciona con las condiciones laborales y derechos del trabajador. A nivel de gestión energética está la ISO 50001. Son sólo algunos ejemplos, pero todas estas normas o sistemas son certificables y se alinean con la sostenibilidad, cada una en aspectos concretos.

Otros puntos interesantes y muy variados son el de las ecoetiquetas y los cálculos de impacto, sobre todo en el ámbito medioambiental: la huella de carbono, la huella hídrica, las declaraciones ambientales de producto, etc. Y todo el universo de las inscripciones y sellos relacionados: de cálculo de huella, de cálculo y reducción, de cálculo y compensación…

SGS: líder en inspección, verificación, análisis y certificación

¿Cómo vive una gran empresa como SGS la sostenibilidad?

El pasado día 23 de febrero, publicamos nuestro Informe Anual de resultados y el Informe de Sostenibilidad 2020 juntos por primera vez, mostrando cómo permitimos un mundo mejor, más seguro y más interconectado.

La publicación simultánea refleja un paso más en nuestro camino hacia la presentación de informes totalmente integrados, Así, destaca cómo la sostenibilidad es parte integral de nuestra estrategia y se ha vuelto crítica para todas nuestras partes interesadas.

SGS es una empresa con propósito: “Our Value to Society: Enabling a Better, Safer and more Inrerconnected World”. Éste fue definido en el año 2018 y es la piedra angular que rige nuestra estrategia empresarial. Con este propósito encabezando todo lo que hacemos, la sostenibilidad ha pasado a ser una parte fundamental de la cultura de la compañía. Es por ello por lo que es uno de nuestros 6 principios de negocio y está supervisada directamente por el Comité de Dirección y Consejo de Administración de la compañía. También ha pasado a formar parte de los indicadores de desempeño para la remuneración variable de todos nuestros directivos del Grupo.

Nuestro último fin es añadir valor a la sociedad y por ello tenemos una estrategia de sostenibilidad que se articula en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los distintos programas y actividades que hacemos en toda nuestra cadena de valor. Desde 2014 somos una empresa carbono neutral y tenemos un programa de voluntariado global para todos nuestros empleados. Asimismo, fomentamos la diversidad e inclusión en el trabajo a través de políticas específicas donde queda de manifiesto que SGS tiene cero tolerancia a la discriminación de ningún tipo. Tenemos para todos ellos objetivos muy ambiciosos marcados a corto, medio y largo plazo.

Pero no solo buscamos la sostenibilidad en nuestras operaciones. Contamos con programas sostenibles para garantizar que SGS tenga una cadena de suministro respetuosa con los Derechos Humanos. De esta forma, garantizamos que gran cantidad de nuestros servicios contribuyen positivamente a la sociedad, ya que están directamente relacionados con la sostenibilidad.

¿Está la situación actual colaborando a que la sociedad y las empresas vuelvan su mirada hacia un producción y consumos más sostenibles?

Con la crisis de la COVID-19 hemos aumentado nuestra conciencia medioambiental y también ha surgido una apuesta por las finanzas sostenibles. Las administraciones, asociaciones y empresas ya están trabajando conjuntamente contra el cambio climático, la contaminación y la recuperación de la biodiversidad. Hemos visto, por ejemplo, cómo se han multiplicado los proyectos de Economía Circular para generar puestos de trabajo y riqueza sin comprometer nuestros recursos naturales.

Manifestación por la sostenibilidad
Los consumidores exigen cada vez modelos de producción y de gestión empresarial más sostenibles

En palabras de Naciones Unidas, la sostenibilidad ha pasado de ser una tendencia minoritaria a ser un seguro de supervivencia del presente y del futuro próximo. Así lo constata el hecho de que más de 200 entidades del Pacto Mundial de las Naciones Unidas han apostado por verificar sus emisiones de gases de efecto invernadero, por no hablar de todas las que han calculado sus huellas o apostado por el residuo cero.

Así que sí, la pandemia nos ha empujado a ser más sostenibles. Y también nos ha ayudado a aumentar nuestra conciencia social, a ver lo frágiles que somos como individuos y lo fuertes que somos en comunidad. Sin duda, nos ha dado una buena lección del auténtico significado de sostenibilidad. Esperemos que cuando todo esto pase, que pasará, no nos olvidemos de todo lo aprendido.

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