La Comisión Europea no sabe lo que es el Libre Mercado.

General view of the meeting

Lo han vuelto a hacer. El 20 de abril de 2016, la Comisión europea ha vuelto a sancionar a Google por supuesta actitud monopolística y de abuso de poder frente a los mercados tecnológicos. La multinacional estadounidense, líder de buscadores de internet global, tendrá que hacer frente esta vez a una interesante multa de 6000 millones de euros. El disparate supino de esta sanción roza la demencia política. Una muestra más de lo adversa que es la Unión Europea al Libre Mercado.

Para empezar una multa de 6000 millones de euros a una empresa, siendo encima la segunda multa que se le impone, supone prácticamente descapitalizar parcialmente la empresa porque a algunos burócratas se les ha venido la vena pseudo-socialista y han atacado sin piedad con toda la maquinaria burocrática y estatal a la empresa. Los servicios europeos de Competencia llevan un año recabando información para determinar si los protocolos de Android transgreden el «libre mercado». Su preocupación básica es que el sistema operativo Android lleva unas aplicaciones de Google, totalmente regaladas a la compañía de móviles, para que estas las tengan predeterminadas en su sistema. Debido a que Europa siempre se ha pensado que los ciudadanos son idiotas y que no tienen capacidad alguna de decisión para ir a la pestaña de «Play store» y descargar otra aplicación que no sea Google (Firefox por ejemplo). Bruselas decide por real decreto que esto transgrede la libre competencia. ¿En qué momento hace esto? Google es una empresa que vela por su modelo de negocio y decide aliarse o establecer todo tipo de formas para mantenerse en el mercado. Además que la decisión de elección de si quieren comprar o no un móvil Android es enteramente del ciudadano, no de Bruselas.

Google tiene competidores por todos lados. Microsoft, Apple, Amazon, EBay, Facebook… Otra cosa es que no sean europeos, he aquí la gran cuestión. Ningún sistema operativo tecnológico es europeo. Las regulaciones a las que ha sometido amablemente Bruselas han hecho de nuestro mercado tecnológico un absoluto fiasco y son incapaces de competir con los gigantes americanos. Todas las corporaciones de estados unidos se cuelan en el mercado europeo en la que hay una cantidad ridícula de servicios europeos de este tipo y por tanto los demandantes reciben con gran expectación. O casualidades de la vida que esto no le gusta a Europa pues no pueden parasitar a estas grandes empresas. ¿Qué hacen entonces? Estas desfachateces. Multar a Google por usar libremente sus modelos de negocio como él bien disponga sin incurrir en ningún ataque a la libre competencia. De hecho la están usando y es Bruselas quien en sus alardes de ataques de poder y coacción estatal está acusándoles de transgredir el libre mercado y «abuso de poder». Abuso de poder es lo que hace la Comisión Europea.

La Comisión europea cada vez se luce más en los temas de competencia. Podríamos admitir que si Google estuviera ultrafinanciado por los Gobiernos y constantemente apoyado por ellos que se les diera un tipo de control o quita. Pero no es así. Europa no puede soportar que estos gigantes se les cuelen en su mercado siendo que ninguna empresa europea puede competir con ellos. Estas empresas totalmente disfuncionales que se pliegan entorno a Bruselas para así poder demandar a Google por supuestas prácticas contra el libre mercado, y así tomar ellos el poder empresarial con sus totalmente inútiles empresas. Esto llevará a un claro supuesto en el que Google dejará de operar de forma tan eficiente en Europa y eso lo veremos reflejados todos. Lejos de abusar de su cuota de poder está compitiendo de la mejor forma posible para así dar un servicio de calidad. En el día que Google deje de hacer las cosas bien otros competidores estarán ahí para tomar su lugar y así pueda quebrar o rectificar su modelo de negocio, pero que no sean los Gobiernos o Entidades supra-estatales quienes se encarguen de esto. Pues no están velando por la Libre Competencia, jamás lo han hecho. Velan por sus intereses políticos.

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