Los alumnos Carmen Catalán, Doménica Iñiguez y Victoria Vidal han escrito el siguiente post:
“La Doctrina el Shock: el auge del capitalismo desastre” es el título del tercer libro de la autora y periodista canadiense Naomi Klein, publicado en el 2007, que inspiró el documental, que lleva el mismo nombre, dirigido por Michael Winterbottom y Mat Whitecross publicado en 2009, el que nos dio una perspectiva diferente de la crisis que se estaba viviendo en ese momento.
Está basado en investigaciones y reportajes en zonas de desastre que muestran cómo, durante los últimos 40 años, se ha empleado catástrofes naturales, como crisis políticas, ataques terroristas o intervenciones militares para abrir paso a nuevas oportunidades de negocio a través del miedo y la represión, y así establecer reformas que favorecen el libre mercado. Algunos de los ejemplos históricos son: el huracán Katrina, la guerra de las Malvinas o el 11S.
Este escenario fue conocido como “el capitalismo del desastre”.
Para hacer una comparación, se toma el concepto del electroshock, el cual consistía en emplear un mecanismo para olvidar y luego transmitir nueva información, logrando así “reescribir la historia”; y se traslada a un contexto socio-económico, en el que este “nuevo shock”, derivado de las situaciones dadas, cumple la misma finalidad.
Para poder aplicar esta doctrina de shock económica, se necesita que de forma colectiva se esté inmerso en algún tipo de trauma, que, temporal o indefinidamente, frene las reglas del juego democrático.
Los orígenes de esta doctrina, se remontan a los años 70 con las teorías radicales, políticas, económicas y sociales, del economista neoliberal Milton Friedman, y la ejecución de las mismas en distintos momentos históricos y en varios países del mundo.
Chile fue su sede de experimentación, país al cual le siguió Argentina. Gracias a la ayuda de sus seguidores, los “Chicago Boys”, las teorías radicales de Milton Friedman influyeron sobre el gobierno chileno para aplicar un programa de privatización y reducción del gasto para solucionar la hiperinflación y dificultades económicas. Estos cambios se pudieron realizar gracias a que, el país se encontraba reprimido por el terror que imponía Pinochet con su dictadura militar.
Tanto en Chile como en Argentina, la sociedad padeció una gran oleada de terror y amenazas, la población entera se encontraba en “shock”, ya que el gobierno empleaba tácticas como encarcelamientos sin juicio, secuestros, torturas y asesinatos para todo aquel que se opusiera a sus nuevas reformas políticas de libre mercado.
En cuanto a los resultados, las medidas no hicieron que fueran especialmente beneficiosos en ninguna de las zonas en las que la doctrina del shock fue empleada. En algunos países la pobreza se disparó, hubo huelgas, se dieron manifestaciones, más hiperinflación, descontento general y tensión por parte de la población.
Los datos que recopila Klein, cuentan cómo, cuándo y dónde se ha puesto en marcha esta teoría, junto a un reconocimiento de las actuaciones de grandes políticos y gobernantes con esta “la conspiración”.