4 Razones para ir a la cárcel (de visita)

Iniciaremos el cuatrimestre con la visita de nuestros alumnos de derecho, el próximo 7 de febrero,  al Centro Penitenciario Alicante II como parte de la docencia de Derecho penal.

Esta visita, que venía siendo tradicional para nuestros estudiantes de segundo curso, este año presenta una importante novedad, nos alejamos un poco más del Campus de Elche y nos adentraremos en la cárcel de Villena, la hermana más joven del Centro penitenciario de Fontcalent que, hasta ahora, acogía a nuestros estudiantes de Derecho.

Quiero dedicar esta entrada a mis alumnos que se muestran un tanto extrañados ante la inminente excursión penitenciaria. Aquí les dejo las 5 razones que aconsejan esta visita didáctica:

  1. Desmitificar la prisión: Enfrentarse a una realidad poco conocida  y conseguir una mínima comprensión de lo que realmente son los establecimientos penitenciarios en nuestro país y de las  condiciones de vida de los presos.
  2. Experimentar la privación de libertad: Adivinar en unas pocas horas lo que puede suponer vivir encerrado en un establecimiento penitenciario, con la obvia repercusión que ello tiene sobre el individuo a nivel psicológico, emocional y social.
  3. Realizar una visita desde un prisma único: es una oportunidad irrepetible, nuestros alumnos se adentran en los entresijos de la prisión de una manera distinta a la de los profesionales del derecho. Visitan zona vedadas a abogados y profesionales, interactúan con presos y funcionarios y van más allá de las zonas de visita o las dependencias habilitadas para los abogados.
  4. Conocer otras profesiones jurídicas: El mundo penitenciario es el gran desconocido y puede suponer un campo de trabajo que nuestros estudiantes deben conocer. En la visita conocerán a juristas, psicólogos y trabajadores sociales y puede surgir en ellos una nueva vocación profesional.

Mi quehacer profesional me ha acercado en muchas ocasiones a nuestras prisiones, pero la primera vez es inolvidable. A nadie puede dejar indiferente el mundo penitenciario, según se van atravesando las verjas de seguridad que te separan del exterior se te forma un nudo en el estómago y te das cuenta de que la realidad supera la ficción.

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