La Asociación castellonense de apoyo al superdotado y talentoso invitó a la profesora Encarna Llamas a impartir dos sesiones sobre el desarrollo de las habilidades del pensar. Estas sesiones tienen lugar en el marco de las actividades habituales de la asociación, que ofrece a los padres formación sobre diversos temas educativos relacionados con la alta capacidad. Los miembros de la asociación, muchos de ellos padres con hijos talentosos o de alta capacidad, tienen algunos sábados por la mañana sesiones con profesionales que les asesoran en su labor educativa , mientras que los voluntarios, algunos de ellos también alumnos de las titulaciones de Educación del CEU, trabajan en talleres con sus hijos.
La profesora Llamas impartió sendas sesiones sobre pensamiento crítico y pensamiento creativo, incidiendo especialmente en aquellas actividades y dinámicas habituales en casa, a propósito de las cuales se pueden practicar: el estudio habitual de los hijos, su tiempo de ocio, la toma de decisiones en los pequeños asuntos familiares, etc. En el caso de niños con alta capacidad, es fácil ver que trabajan en la escala superior de las habilidades intelectuales, practicando espontáneamente el análisis y la síntesis, por lo que su pensamiento es más complejo y más creativo. Aprenden con gran facilidad, comprenden y retienen sin esfuerzo, y realizan transferencias de un ámbito educativo a otro constantemente. Por ello, la profesora Llamas apuntaba que es importante fomentar un tipo de trabajo intelectual que no sea repetitivo ni mecánico, lo que les produce un enorme aburrimiento y la consiguiente desmotivación. Incluso haciendo los deberes escolares, estos niños pueden trabajar con dinámicas de descubrimiento y resolución de problemas, de aplicación de competencias a ámbitos nuevos o niveles de dificultad superior, etc.
Al hilo de las cuestiones planteadas por los padres, la profesora Llamas explicó algunos aspectos típicos de los niños con alta capacidad que es conveniente tener en cuenta en la labor educativa. En primer lugar, su inclinación al perfeccionismo, derivada de la capacidad de percibir el detalle, que combinan paradójicamente con la falta de motivación, causada por el trabajo monótono o poco interesante. Esta última puede llevarles a desistir sin esfuerzo de determinadas tareas que no despiertan su interés, con la consecuencia negativa de que no se acostumbran a perseverar, a insistir, a terminar hasta el final aquellas cosas menos agradables, lo que desemboca fácilmente en la falta de voluntad. A esto se une el miedo al fracaso, a no hacerlo todo perfectamente, y el estrés consiguiente. Su capacidad de análisis les permite ver toda la complejidad de un problema, o de una situación, lo que, en cierto modo, les paraliza. Por otra parte, estos niños se saben diferentes y en determinadas edades ven esto como algo negativo, ya que su prioridad es ser aceptados entre sus iguales. Esto puede desembocar en un mal rendimiento escolar, que es en cierto modo voluntario. En general, todas estas complejidades del niño de alta capacidad se resuelven mediante el diálogo con los padres, que deben guiarle en la reflexión, ayudarle a corregir su pensamiento o hacerle ver otros aspectos, darle confianza y dejarle ver que el resultado (bueno o malo) no mide su valor como persona, que su aceptación y amor es incondicional y no depende de sus capacidades.
¡Felicidades por el trabajo Encarna!