Once de enero

Iciar Benet, de Prácticas en el Colegio CEU San Pablo

El pasado 11 de septiembre de 2018 comencé una de las aventuras más bonitas de mi vida, mis primeras prácticas como maestra. Me daba miedo no encajar en la clase o no saber responder a las necesidades de los niños; sin embargo, comencé con muchas ganas e ilusión.

Como ya he comentado en otras entradas para el blog, el aula en el que yo estaba ubicada era la de 1º de Primaria C. Han pasado 4 meses desde ese 11 de Septiembre, desde que esa clase se convirtió en mi lugar favorito. Pero, igual que hay un principio, también hay un final. Y sí, es el final de esta aventura que recordaré siempre. Es por ello por lo que voy a dedicar esta entrada a todos y cada uno de los que han formado parte de ella, directa o indirectamente. Gracias.

El pasado 11 de enero de 2019 me despedía de un colegio que me ha visto crecer, de unos maestros que han sido mis propios maestros y de unos niños que ahora son familia. No puedo evitar emocionarme al pensar en ellos y en sus sonrisas, ya que hemos creado un vínculo mágico. 18 va a ser mi número de la suerte a partir de ahora (parecerá que estoy exagerando, pero no).

Una persona no es consciente de la implicación emocional que puede llegar a experimentar hasta que lo vive de cerca. Me he puesto en la piel de cada uno y he vivido cada problema. He intentado hacerlo lo mejor que he podido, aunque seguro que siempre se puede hacer mejor. Lo que he sentido en esa clase ha sido real, “personitas” que te querían simplemente por estar ahí, que te agradecían cada detalle y que te sorprendían con alguna salida graciosa en un momento inoportuno, convirtiéndolo en irónico, sin querer.

Sin duda fue un día triste (lloramos y reímos mucho): les di una pulsera a cada uno para que recordaran a su “seño favorita”, y ellos me dieron un libro que me habían preparado con dibujos. Fue un día muy emocionante para mí, diría que fue un terremoto de emociones, de lágrimas mezcladas con risas.

No me podía olvidar de mencionar al tutor de mi clase, Jesús Llavador. Sin duda, me ha dado una lección no solo como maestro, sino también como persona y le estaré eternamente agradecida por haberme enseñado tanto, por haberme cuidado y por demostrarme que la educación no solo se basa en dar clases, sino que se basa en formar personas, en acompañar, en implicarse, en hacer felices y, sobre todo, en querer.

Esto es lo que me llevo de estos 4 meses, sin duda, la experiencia más bonita y reconfortante de mi vida. Me consuela saber que he calado en el corazón de estos 18 niños tanto como ellos en el mío. Y volveré.

Iciar Isabel Benet Martínez, alumna del Grado en Educación Primaria en MAGISTERIO UCH CEU

 

Enlaces de interés:

www.colegioceuvalencia.es/

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