Festival de Navidad

María del Mar Díaz, de Prácticas en el Colegio Pare Manyanet-Les Corts

Se acercan las vacaciones de Navidad y, con ellas, en todos los colegios se preparan los festivales, donde los niños y niñas recitan poemas y cantan canciones delante de sus seres queridos. Es un acontecimiento que tanto padres como niños esperan con emoción durante el primer trimestre.

Pero, detrás de ese momento tan bonito, hay mucho trabajo por parte del equipo docente, que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta. En la clase en la que estoy realizando mis prácticas, además, contamos con una niña con autismo. Por lo tanto, algunas de las preguntas que me hice fueron las siguientes: ¿Cómo van a desarrollarse los ensayos con esta alumna? ¿Cómo se tomarán el resto de los profesores que ella participe en el festival? ¿Acabará realizándolo o la dejarán fuera del espectáculo? ¿Cómo se tomarán el resto de los padres la participación de la alumna?

Para que esta alumna pueda participar en el festival de Navidad, es necesario que haya una persona con ella sobre el escenario. Y no solo eso, sino que, mientras el resto de los alumnos están de pie haciendo la obra de teatro, ella y su acompañante han de estar sentadas, para que la niña esté lo más calmada posible. Cuando vimos que se tenía que hacer así, las profesoras encargadas de la organización de la obra decidieron que lo mejor sería mantenerla al margen, es decir, que no saliera al escenario y que no participase. Sin embargo, finalmente la tutora se negó, alegando que ella también formaba parte de la clase, por lo que merecía estar sobre el escenario, al igual que el resto.

Después de esta desagradable conversación, seguimos con los ensayos. En algunos momentos ha resultado muy fácil estar con la alumna sobre el escenario, pero en otros momentos era mejor bajarla. Había días en los que estaba muy quieta, sin moverse, bien sentada y aguantando todo el ensayo sin problemas, y en estos días nadie decía nada. Pero, en cambio, los días que más nerviosa estaba, o que se movía más de lo normal, resultaba molesto para las organizadoras de la función.

La tutora ha hablado con los padres para avisarles con antelación de todas las posibilidades que nos podemos encontrar el día del festival. No sabemos si la niña querrá ponerse el disfraz y subir o si, por el contrario, no querrá estar sobre el escenario. En el caso de que suba, es posible que se mueva un poco o haga algo fuera de lo normal, en cuyo caso la persona que estará con ella procederá a bajarla del escenario. Los padres, muy comprensivos, han entendido este punto de vista y lo que les importa es que su hija esté en el escenario con el resto de los compañeros como una más de la clase y que no la discriminen por tener autismo, como ha ocurrido en otras ocasiones.

Aun no hemos realizado la obra de teatro, pero tengo la esperanza de que todo salga bien, que la alumna en cuestión disfrute encima del escenario como el resto de sus compañeros y los padres estén igual de orgullosos que la tutora o yo por que ella esté ahí arriba.

María del Mar Díaz Ruiz, alumna del Grado en Educación Infantil de MAGISTERIO UCH CEU

 

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