Escribir es corregir

Desde hace dos meses realizo el Practicum II de Educación Primaria, en el Colegio Santa Ana de Algemesí, concretamente, en el aula de Integración. Durante este tiempo, he tenido la oportunidad de aprender tanto de mi tutora como de los maestros y, sobre todo, de mis alumnos.

Resulta sorprendente advertir cómo los niños escuchan todo lo que les decimos. Aunque nosotros creamos, en la mayoría de las ocasiones, que no nos hacen el menor caso. Os explico:

 

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Comencé a acudir al aula de 2ºB, para realizar algunas horas en una clase ordinara y observé a los niños completar una actividad con ayuda de su maestra. Me fije en que uno de ellos omitía letras o dejaba algunas frases incompletas y levantaba la vista con la expresión de haber finalizado su tarea. Me acerqué a él y le mostré los errores en su cuaderno. Me dio las gracias y se apresuró a corregirlos todos. Pensé en darle un consejo muy sencillo: repasa todos lo que escribas antes de darlo por finalizado. Así lo hice y dos semanas después, se acercó con su cuaderno de sumas y restas y, sonriendo, me dijo: “Mira, Pilar, las dos hojas perfectas y sin tachones. Repasé todas las operaciones, como tú me dijiste”. ¡Qué emoción! ¡Me había escuchado!

Me sentí orgullosa de haber contribuido, con un granito de arena, a mejorar el trabajo de uno de mis alumnos. Definitivamente, esta es mi vocación y me siento feliz de formar parte del mundo de la enseñanza. Gracias a todos los que me han dado la oportunidad de poder descubrirlo, en especial, a todos “mis niños”.

Pilar Cazaurang Roig. Universidad CEU Cardenal Herrera

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