Grecia: la tragedia continúa I

 

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Debido a la importancia de lo que acontece en Grecia para el conjunto de la unión europea en general y de España en particular, vamos a lazar una serie de posts dedicados a analizar lo que está sucediendo y sus implicaciones. En esta primera entrega empezaremos con los antecedentes y los motivos por los cuales se creó el euro.

Motivo de la existencia del euro

Antes de entrar en la explicación más detallada de la crítica situación en la que se encuentra Grecia y la Unión Europea, a objeto de contextualizar y entender mejor los acontecimientos actuales y las responsabilidades de las partes, es preceptivo identificar los motivos por los cuales se constituyó el euro. Para ello hay que remontarse a la los años posteriores a la segunda guerra mundial.  Los padres fundadores de las comunidades europeas, conocidos en el argot europeo como padres de Europa (Adenauer, Schuman , Monnet y De Gasperi) nacieron a finales del siglo XIX, por lo que vivieron las dos confrontaciones fratricidas que desangraron a Europa en la primera y segunda guerra mundial. El punto final a la segunda guerra mundial vino de la mano de las bombas atómicas Fat Man y Little Boy, lo que significaba que como acertadamente expreso Einstein en su famoso aforismo : “No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero en la Cuarta Guerra Mundial usarán palos y piedras

Los padres fundadores de la constitución, por haberlas vivido en primera persona eran muy conscientes de los horrores y tribulaciones que supusieron las dos guerras mundiales, así como que la tercera guerra mundial, en caso de producirse, nos retrotraería a la vida en las cavernas. También eran conscientes que la política aplicada en el tratado de Versalles, consistente en humillar y exigir pagos muy importantes a Alemania para compensar los destrozos que había creado como consecuencia de iniciar la guerra, significó mucho sufrimiento, el ascenso del nazismo al poder y como consecuencia de ello la segunda guerra mundial.

Los padres de Europa entendieron que la beligerancia y la falta de cooperación estuvieron en el germen de los problemas que arrasaron Europa en el periodo de entre guerras. Para hacer efectiva esa cooperación siguieron los dictados propuestos por  Crispín en los intereses creados de Jacinto Benavente: mejor que crear afectos es crear intereses. Esta fue la génesis del proceso de integración europea, la lógica es que al incrementar los lazos económicos entre los países perdía sentido atacarse mutuamente ya que en ese caso se perjudicaría el propio país atacante. Como destacaba Karl Popper en La Influencia de las Ideas Filosóficas en la Historia de Europa publicado en 1979, las ideas juegan un papel preponderante en delinear el devenir de la historia. La bondad de las ideas se puede graduar en un continuo que va desde las muy perjudiciales y deletéreas hasta las extremadamente positivas. Sin lugar a dudas el proceso de integración europeo se debe contar en el segundo de los grupos.

El euro responde a la misma lógica que el proceso de integración en su conjunto, incrementar los lazos de unión y profundizar en el proceso de integración. Recordemos que en la génesis del proceso de integración hubo un debate en cuanto a si comenzar estableciendo una unión política o bien empezar por la unión económica y con el tiempo llegar al establecimiento de la primera.  Al final los padres de Europa se decantaron por empezar por la unión económica. Es decir desde el comienzo del proceso de integración ha estado en el ánimo de sus creadores como objetivo último llegar al establecimiento de los Estados Unidos de Europa, por lo que la creación del euro hay que entenderlo como sobretodo un propósito político. Esta forma de proceder siguiendo a Popper no se ha revelado como una buena idea. Para analizar si es conveniente desde el punto de vista económico el establecimiento de una moneda única para un conjunto de países, el marco teórico nos lo proporcionó el Premio Nobel de economía Robert Mundell, por medio de un artículo publicado en 1961 (A Theory of Optimum Currency Areas) con el desarrollo de la teoría de las áreas monetarias óptimas. En síntesis consiste en realizar un análisis coste beneficio de la introducción de la moneda única.  Siendo muy sucintos los mayores costes consisten en la perdida de la política monetaria y cambiaria, de forma que ya no es posible devaluar para ganar competitividad ni establecer una política monetaria a medida de un país en concreto, sino que se establece para el conjunto de la unión.

Los costes asociados a la pérdida de las políticas monetarias y cambiarias dependen de la similitud en la estructura económica, marco institucional y en los ciclos de los países considerados. En el caso de Europa entre las economías de la periferia y las del centro las diferencias en estos extremos son significativas, y por lo tanto también lo son los costes. Como destacaba Mundell, pese a las diferencias si existe una importante movilidad laboral (cosa que en Europa es reducida por las barreras idiomáticas), un presupuesto elevado (en el caso de la UE es solo del 1% del PIB de los estados miembros) o mercados flexibles (por ejemplo España presenta una muy reducida flexibilidad en los mercados, en especial en el laboral), los costes o perjuicios del establecimiento de una moneda única disminuirían ostensiblemente.

Por lo tanto el euro se puso en funcionamiento sin el entramado institucional necesario para minimizar los costes asociados a su introducción y que como mínimo habría sido el establecimiento de un tesoro europeo y una unidad fiscal y bancaria.  Ello habría supuesto una cesión de soberanía de los países a la UE, de forma que las decisiones últimas en relación al presupuesto público dependerían de la UE, por lo que el sobreendeudamiento de Grecia no habría sido posible.

Con esto cerramos esta primera entrega, en la segunda analizaremos las causas por las que Grecia, sus ciudadanos y la Unión Europea están pasando por la actual época de aflicciones.

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