Los alumnos Lucia López, Celia Maeso y Jacinta Sospedra han escrito el siguiente post:
«La diversidad de las normas establecidas en lo referente a los países miembros de la UE imposibilita definir normas generales. No obstante muchos de estos concuerdan en la importancia de alejar los puntos de venta de los centros de salud, centros infantiles o juveniles, ya sea por ley o por acuerdo. La presión de las restricciones a las que este mercado se ve sometido han causado pérdidas en el sector, enfatizadas por la crisis económica general de septiembre-octubre 2008. Ante esta situación la apertura a un mercado femenino ha conseguido arrojar esperanza en esta industria, actualmente ya no considerada casi exclusivamente masculina gracias a una masiva publicidad que no solo hacía del tabaco un producto que no entendía de raza, sexo o religiones sino que cometía el atrevimiento de asociarle a este bien características curativas o saludables.
España se sitúa en Europa como uno de los países con mayor proporción de fumadores, junto con otros países como Francia o Italia, que responden a la tendencia de mayor número de fumadores en el sur de la UE. Encontramos en España, un mercado altamente complicado de manejar. Quizá no debería tener que manejarlo únicamente el Estado, sino, también un organismo más neutral que no busque solo el beneficio económico que realmente busca este. Lo cierto es que el papel del Estado es también el de controlar el mercado negro que se genera detrás del comercio de este producto. Las únicas dos leyes en vigor y eficaces que están establecidas por este son la Ley 28/2005 y la 42/2010. La realidad es que el tabaco supone una parte muy importante del comercio y consumo de nuestro país, por tanto, cabría tenerlo aún más en cuenta y mucho más controlado.
Se contempla en este tiempo un avance en innovaciones respecto a dicho producto que sin pretender abolirlo totalmente al menos trata de disminuir su impacto en nuestro organismo, no tanto en nuestro bolsillo, ya que sus impuestos no cesan su aumento. Queda mucho camino por recorrer respecto a las ilegalidades que se siguen incumpliendo y respecto al trato que se da a los pequeños comercios, sin embargo a grandes rasgos, un descenso de su comercialización, a consecuencia de la disminución de su consumo, conllevaría un futuro más próspero para nuestros pulmones y el de las próximas generaciones.»