By Carla Olivares, alumna de doble grado PER + Publicidad y RR.PP.
“Con C de campeón, con C de cocinera”. Tras ver este anuncio publicitario de la marca Carrefour emitido en agosto de 2018 en Argentina, inmediatamente en mi mente aterrizan numerosas preguntas: ¿es real este anuncio?, ¿Cómo un equipo de publicitarios ha podido llegar a hacer esto?, ¿Cómo se les ha ocurrido celebrar así el día del niño?, ¿Tendrían como objetivo manchar al completo la imagen de la marca?, ¿Estamos en el siglo XXI?…
Pero lo peor es que este no es un caso aislado y que no hace falta irse a Argentina para contemplar publicidad machista.
Pues sí, si os lo estabais preguntando, estos anuncios, entre otros muchos que hay, por desgracia, no son ficticios. Y cabe añadir además, la insistencia que tienen ciertas marcas o instituciones por seguir los estereotipos de la sociedad, en vez de tratar de conseguir diferenciación a través de esta vía. Por ejemplo, en la mayoría de anuncios de productos de limpieza las protagonistas son mujeres.
Es innegable la gran influencia que la publicidad tiene en todos los aspectos de nuestras vidas, forma parte de nuestra cultura. La publicidad no solo trata de vender un servicio o producto, sino que genera comportamientos en la sociedad, transmite valores…Este es el problema. Que hay marcas que en vez de utilizar el poder de la publicidad para tratar de eliminar la diferencia entre géneros y dejar de lado ciertos estereotipos… están haciendo lo contrario. ¿Con qué valores van a crecer los niños que vean la publicidad de Carrefour de Argentina?
Queda mucho por hacer. No es sólo responsabilidad de marcas y agencias, pues el público, la audiencia, los consumidores deben rechazar esta praxis y denunciar este tipo de mensajes publicitarios.
Las marcas tienen que conocer su mercado, el perfil de su público objetivo y enseñar lo que muchos pensamos, lo que muchos propagamos, lo que muchos defendemos. Hay sociedad con valores, hay marcas con valores capaces de poner en el lugar que corresponden a la persona, independientemente que sea un hombre o una mujer. Con anuncios que cosifican según género, que humillan, solo están consiguiendo arraigar todavía más unos valores arcaicos que degradan la sociedad actual. Pues sí, mientras mujeres y hombres salen a la calle a luchar por la igualdad, ciertas campañas muestran a la mujer en una posición inferior a la del hombre solo para tratar de conseguir que su producto se conozca o adquiera determinada notoriedad.
La publicidad es un poder que correctamente utilizado puede conseguir objetivos de marca y contribuir en el bien social, como tantísimas veces ha demostrado. En nuestras manos está, profesionales y futuros profesionales que gestionaremos la comunicación.