50 sólo es la mitad de 100

«Esto no es un juego. Me tomo muy en serio mi paso por esta Universidad». La advertencia de Ragnar al iniciar esta entrevista no es gratuita. Es consciente de que su caso es singular. ¿El motivo? Desde la perspectiva de nuestro país, su procedencia islandesa evoca paisajes exóticos de textura casi lunar, leyendas de guerreros poderosos, volcanes ardiendo junto al hielo. Pero no es eso.

Tampoco el hecho de que desde 2008 haya vivido en Dinamarca, Australia, Brasil, EEUU, Cuba y Méjico: «Soy ciudadano del mundo, las raíces de uno mismo pueden estar donde quiera que estés tú».

Salió de Islandia seis meses antes de que estallara la crisis que hace diez años supuso el colapso del sistema financiero de su país. Allí  trabajó como freelance, produciendo documentales, presentando programas de televisión y escribiendo en distintos periódicos de tirada nacional. Hoy, a sus 50 años, empieza en primero de Publicidad y Relaciones Públicas.

Hace dos meses ni siquiera sabías si ibas a poder estudiar con nosotros…

Fui de los últimos en ser aceptado. A lo largo de mi vida, las mejores cosas han venido por sorpresa. Es una aventura, un desafío personal emocionante. Me lo tomo muy en serio, no es ningún juego: estoy donde quiero estar ahora mismo y haciendo lo que quiero.

¿Qué otras cosas te atrajeron de nosotros para elegirnos como tu casa en los próximos cuatro años?

Conocí la universidad a través de Internet. Me pareció un lugar que desprende profesionalidad. Desde los primeros contactos con el personal de Admisión hasta mi llegada, el trato ha sido excelente. Conocer a los profesores me lo ha confirmado, el recibimiento, la atención y la acogida a nivel personal no ha podido ser mejor.

Moverse, cambiar, arriesgar es parte de ser creativo

En una universidad internacional como la nuestra, un ciudadano del mundo como tú debe sentirse como pez en el agua…

La creatividad está relacionada con el cambio, con el riesgo. Moverse es parte de ser creativo. Estoy en un país abierto, con más horas de sol y más vida en la calle que en Islandia, y en una universidad abierta al mundo. En unos años podré realizar un Erasmus, perfeccionar mi dominio del español y cuando termine mi formación puedo trabajar en España y en cualquier lugar de Iberoamérica. Soy un apasionado de la cultura española, por contraste con la mía. Sé que esta experiencia me va a permitir explorar maneras distintas de ver el mundo y de estar en él.

Tu discurso parece que encaja muy bien con los estudios que has escogido.

¡Sin duda! Aunque tengo un título en producción televisiva, en materia de comunicación he tenido una formación autodidacta. Nunca he estudiado Publicidad. Lo que me atrae de estos estudios es justamente su carácter abierto y multidisciplinar, cómo toma referencias de todos los campos creativos y cómo los combina. Lo realmente apasionante es saber que el conocimiento en otras áreas puede aplicarse en la comunicación en cualquier momento.

Ragnar nos atiende después de su primera clase de Antropología, y casi parece obligado preguntarle si su nombre tiene algún significado especial: «Soldado de los dioses», nos dice. Suena tan rotundo como al pronunciar su nombre, y como su determinación o como esa ilusión que desmiente al calendario de su edad: «Mi reloj no acepta totalmente los años que tengo, sólo es un número».

Mucha suerte, Ragnar, þakka þér fyrir y bienvenido a casa!!

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