…a la que todos quieren volver.
Sí, en el Colegio Santa Ana tenemos un aula súper rara.
No hay mesas, ni libros, ni sillas ni perchas, pero ¡nos lo pasamos genial!
Nosotras la llamamos la clase rara. Los mismos niños cuando entraron por primera vez en ese aula, su cara era un poema y uno dijo, ¡qué clase más rara!, y con ese nombre se quedó, “la clase rara”.
Hablamos del aula de estimulación temprana.
Es un mini gimnasio para los alumnos de infantil, donde trabajamos la psicomotricidad y les animamos a experimentar nuevas sensaciones trepando espalderas y escaleras como las de los bomberos, a cruzar una barra de equilibrio sin caerse, a escalar por el rocódromo y tocar la campana; también hay camas elásticas, una piscina de bolas… y lo que les encanta a todos sin excepción: la peonza gigante.
La peonza la trabajamos como recompensa individual a quien ha sabido relajarse con el profe David -que es quien imparte esta clase. Pero lo más gracioso de todo, es que todavía no han salido de la clase rara y ya están preguntando cuándo vuelven otra vez, les encanta.
Lorena Rius, alumna del grado en Educación Infantil de