Siete consejos de oratoria para una buena defensa del TFG

Llevas meses preparando tu TFG, has llegado hasta aquí y estás a punto de dar el último paso. ¿Te has planteado preparar la defensa oral? Es estúpido dedicar meses a escribir algo, y luego no dedicar ni un minuto a la exposición oral, que también puntúa. La defensa del TFG no es un expediente más: una mala defensa oral puede suspender un trabajo escrito mediocre; una buena defensa oral hace notable y hasta sobresaliente un trabajo escrito mediocre.

Cansancio de quien escucha

Pero ¿Cómo me preparo yo la defensa del TFG en esta ocasión oral? Hay un arte que se ocupa de esto, y se llama la oratoria. Existe una manera muy fácil de aprender a hablar en público además de la realización de algún curso especializado como es el de coaching, donde aprendes a hablar en público y mejoras la habilidad.

Aún así existen otras formas, piensa en los ejemplos que tienes a mano. Por ejemplo, piensa en los buenos profesores que has tenido y a los que te gustaba escuchar en clase: haz lo que hacían ellos. Ahora piensa en los malos profesores cuyas clases te parecían insufribles: no hagas lo que hacían ellos. Mira cómo lo hacen tus compañeros: aprende de ellos. Pero por si quieres ir un poco más allá, aquí tienes 7 consejos adicionales que te pueden dar alguna pista para tu presentación oral.

  1. Escribe lo que vas a decir y memoriza lo esencial.

Persona memorizando el tema de su TFG

Aunque tengas bien escrito tu TFG, la defensa oral es otra cosa. No es lo mismo escribir un cuento que contarlo a un niño. Así que no pierdes el tiempo si dedicas un buen rato a poner por escrito lo que quieres decir en tu defensa oral (¡y no hagas corta-pega del TFG!). Haz un buen esquema (introducción atractiva, cuerpo, conclusiones claras). Escríbelo como si lo fueras a decir y no como si lo fueras a leer; esto te ayudará a que las ideas te vengan con más fluidez cuando estás hablando. En una de las mejores defensas a las que he asistido la alumna había memorizado cada parte, que previamente había escrito como si lo fuera a decir. Si no quieres memorizarlo todo, deberías memorizar lo más importante (datos, esquema, ejemplos, etc.).

  1. Prepara bien la presentación gráfica y no abuses de ella.

Es posible que pienses que si tu presentación no tiene soporte informático (power point, prezi, etc.) bajará tu puntuación; pero quizá no sepas que si tu presentación es mala a lo mejor aún baja más. Así que para hacerlo mal, mejor no hacerlo. Preparar una buena presentación gráfica requiere mucho tiempo, pero es tiempo bien invertido porque estás preparando aquello que luego vas a exponer. A ti no te gusta que un profesor diga lo mismito que está escrito en la pantalla; al tribunal tampoco. Presenta los gráficos e imágenes con buena resolución, letra grande, etc. Huye de dos extremos: las presentaciones que parecen el TFG copiado y pegado y aquellas las que parecen presentaciones navideñas. Mira un mal ejemplo en estos dos sentidos (el color chillón y la hiperabundancia de texto):

Error común que suele darse en las diapositivas del TFG

  1. Sé dueño de tus nervios, y no dejes que ello se adueñen de ti.

Los nervios forman parte de nuestro sistema de defensa. Gracias a los nervios estudiamos con más ahínco antes de un examen, o se agiliza la mente ante los problemas. Si fueras a defender tu TFG en estado de absoluta relajación resultarías aburrido. El problema no es tener nervios, sino el no saber controlarlos. En el mundo animal el estrés sirve para sobrevivir; en el mundo académico el estrés ayuda a no bajar la guardia. Así que aprende a relajarte, pero no demasiado, buscando tus trucos para controlar el nerviosismo: ir bien preparado, tomar agua, relajarte antes, tener algo en las manos, respirar hondo, mover un dedo del pie, etc. Si la gacela no se estresara frente al jaguar, como en la imagen, ya os podéis imaginar el desenlace.

Gacela escapando del jaguar

  1. Cuida tu imagen; es tu tarjeta de presentación.

Tu imagen es parte de ti porque el modo como te ves y cómo te ven los demás influye también en lo que eres. No des la ocasión de pensar que tu descuido personal en el vestido, el peinado, la higiene, etc., influyen en tu trabajo personal. Si das la impresión de ser una persona cuidadosa con su aspecto transmitirás la misma sensación respecto a tu trabajo. Hace unos años, en la Universidad, una profesora envió a un alumno que venía en chándal a comprarse un traje; el alumno que, tenía miedo de suspender, al final sacó un notable en el trabajo y le agradeció a la profesora el buen consejo. Si crees que el arreglo personal no importa a la hora de conseguir lo que te propones mira este sencillo y triste ejemplo:

  1. Estudia tus gestos y sé natural.

Emoticonos que representas los gestos más utilizados

Para determinados aspectos de la comunicación humana el 70% se transmite por lenguaje no verbal. En la defensa del TFG suelo ver a muchos alumnos que le hablan a la pantalla (y no al tribunal), que no paran de bailar mientras apoyan el peso de su cuerpo en un pie u otro (en vez de distribuir el peso del cuerpo en los dos pies, o apoyarse en un atril), que tienen los brazos caídos o cruzados (en vez de acompañar con gestos lo que dicen), o que miran con cara de vinagre (en lugar de sonreír al tribunal, que ¡también es humano!). Esta breve charla sobre lenguaje corporal te dará algunas pistas sobre todo ello.

  1. Entrena tu voz porque no sólo dices cosas: te dices a ti mismo.

El modo cómo hablas dice mucho de ti y de tu trabajo. Si tu forma de hablar es desganada, arrastrada, chillona o atropelladas, darás la sensación de un TFG con las mismas características. Habla pausado, firme, vocalizando, con volumen suficiente para quien te escucha. El otro día alguien me dijo en la Universidad que era un “taxista” haciendo una tesis de “parapsicología”; luego me enteré de que en realidad era un “tesista” haciendo una tesis de “parasitología”: no puedes permitirte en tu exposición oral que se entiendan cosas distintas de las que pretendes decir. Si crees que la voz tiene poca importancia, mira qué le pasó a este buen hombre.

  1. Debes ensayar, volver a ensayar y ensayar más todavía.

Si no ensayas ni una vez estás perdido. Si ensayas una vez lo harás mal. Se considera que has ensayado si lo has hecho al menos tres veces. Queda con los compañeros y controlaos mutuamente las presentaciones. Pide a algún familiar que te vea hacer la presentación y te dé algún consejo. Si no tienes tablas para hablar en público, el ensayo te salvará. Si tienes tablas pero no ensayas te saldrá algo mediocre.

¡Valor y al toro!

Jaime Vilarroig

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí