Esta mañana, al comenzar la clase en el colegio La Palma en el que realizo mis prácticas, una niña ha venido hacia mí muy compungida. Le he preguntado: “¿qué te pasa que te veo triste?”. Ella me mira y mientras señala sus piernecitas regordetas: “¡Mira cómo estoy de picotazos!”.
Sus piernecitas están llenas de picaduras de mosquito y le digo: “Sí, ya veo, ¿te pica mucho?”. Ella muy seria me contesta: “Sí, pero mi mamá me ha puesto una crema y me ha dicho que no me rasque, y tengo que obedecerla”.
Sin dudar un instante, me confiesa: “¿sabes que sé el nombre de los mosquitos que me han picado?”. Yo le pregunto ¿sí?, ¿cómo se llaman?
Ella muy digna y pizpireta me contesta con cara de sabionda: Se llaman mosquitos tigre. Luego se queda pensativa y me pregunta: ¿sabes por qué me han picado? Ante mi negativa, responde: “porque yo soy muy dulce”.
Ana Meliz Chimano Sambundi. Universidad CEU Cardenal Herrera