El jueves día 6, se celebró en la escuela la Festividad del 9 de octubre. Todos los alumnados salieron al patio del colegio decorado para la ocasión y que rememoraba la historia del rey Jaime I.
En un arrebato de valentía decidí disfrazarme del propio rey, para narrar la historia del conquistador español. La cara de asombro de los alumnos, al verme disfrazado, fue algo único.
Reconozco mi nerviosismo, nunca había representado una “obra” con tanto público. Al acabar, levanté la mirada y observé cómo uno de los alumnos sólo miraba mis pies. En cuanto tuvo la oportunidad se acercó y me susurró:
- Sé que eres el profesor Guille y no eres el rey don Jaime I. Te he visto las zapatillas, pero tranquilo que no voy a decir nada.
Me quedé mirándolo y, sinceramente, me dejó sin palabras y al final sonreí. Fue un momento que nunca olvidaré