Rosa Mª March, alumna en prácticas en el Colegio CEU San Pablo de Valencia.
En el contexto del Programa de la Escuela Primaria (PEP) del Bachillerato Internacional (IBI) y en concreto en el tercer curso de Primaria, del colegio en el que estoy realizando las prácticas del Grado de Magisterio, se ha trabajado una unidad de indagación cuyo fundamento parte de la siguiente orientación didáctica.
Ernest Boyer, cuyo trabajo es fundamental para el desarrollo del PEP, sostuvo que “para estar verdaderamente educado, un estudiante también debe hacer conexiones entre las disciplinas, descubrir maneras de integrar materias separadas y, en última instancia, relacionar lo aprendido con la vida diaria” (Boyer, 1995).
Teniendo en cuenta lo anterior, la unidad de indagación comenzó con una pregunta abierta y significativa para todo tipo de alumnos: ¿DÓNDE NOS ENCONTRAMOS? Y la idea central alrededor de la cual giraron todas las actividades de indagación fue el Universo, su composición, funcionamiento y las características que hacen posible nuestra vida en el planeta Tierra.
Acompañando la investigación de los alumnos y sus progresos, durante varias semanas, se vio la necesidad de reforzar algunas habilidades básicas como la escritura de palabras y su acentuación, dependiendo de su clasificación en palabras agudas, llanas y esdrújulas.
Al planificar la actividad que titulamos “GALAXIAS DE PALABRAS” se buscó una conexión entre la triple categoría de palabras, agudas, llanas y esdrújulas, con los descubrimientos que los alumnos habían hecho hasta el momento sobre el Universo. Convenía que fuese una actividad de repaso distinta a una ficha individual, quizá algo más visual y que incorporase el movimiento en el aula. A la vez que permitiese a los alumnos desarrollar habilidades de trabajo en equipo, como la escucha activa, el diálogo y la consecución de un objetivo común.
Se situó a los alumnos en un punto de partida desconocido, una comparación entre el Universo Físico sobre el que ya habían indagado y el universo del lenguaje, formado por palabras y cuyas aplicaciones en la vida diaria son casi infinitas, describir aventuras, formular ideas, poner nombre a los sentimientos, hacerse mayor y encontrar palabras para demostrarlo.
Los alumnos habían descubierto que las galaxias tienen formas diferentes, elípticas, en espiral o irregulares. Habían trabajado con ese concepto y se aprovecharon estos conocimientos previos para presentarles, colgados en la pizarra, tres hula hoops de distintos colores que representaban otro tipo de galaxias, las de las palabras, AGUDAS, LLANAS Y ESDRÚJULAS.
Se elaboró un vocabulario en el que se mezclaron palabras sobre el Universo y otras de uso frecuente en el nivel de tercero de Primaria, se preparó la actividad imprimiendo, recortado y plastificado las palabras, cada una por separado y sin tilde.
La clase se dividió en cuatro grupos de cinco o seis alumnos. Al detallar la dinámica de la sesión, se les mostró las palabras en tarjetas individuales y se les explicó que eran planetas perdidos, que estaban solos, y que ellos podían ayudarles a encontrar su galaxia, dependiendo del tipo de palabra que fueran.
A cada grupo se le repartió una docena de tarjetas que pudieron observar, manipular y clasificar de la forma que les fue más útil para establecer los tres grupos de palabras. Para ello, junto con el maestro, recordaron los pasos necesarios para reconocer si una palabra necesita tilde o no: Primero contar las sílabas de la palabra, después observar en qué sílaba recae el golpe de voz y por último aplicar las normas de acentuación. En el caso de que una palabra debiera llevar tilde los alumnos disponían de pegatinas de estrellas de colores que podían colocar en la posición que creyesen correcta.
Cada grupo estableció su forma de trabajo y después de un tiempo de reflexión, se pidió a cada alumno que, por orden, fuera saliendo a la pizarra con una palabra que le hubiera llamado la atención. La mostraba a sus compañeros, razonaba sobre su elección y su acentuación, por último, acababa su intervención colocando la palabra en la galaxia a la que pertenecía.
Dependiendo del tiempo disponible en cada grupo (A, B o C) se hizo una ronda o dos de intervenciones individuales. La actividad se desarrolló con verdadera expectación por parte de los alumnos ya que junto al objetivo de aprendizaje de la acentuación de palabras se planteó una carrera galáctica, en la que cada alumno tenía una galaxia favorita y ganaba la que al final hubiera conseguido un mayor número de planetas, en este caso palabras.
Rosa Mª March Marqués, alumna de 4º curso de grado en Educación Primaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera, CEU UCH.