Hemos llegado al final de curso y, con ello, al final de las prácticas del Prácticum I de los grados de MAGISTERIO CEU-UCH.
Cada curso, a lo largo de los meses con actividad lectiva del segundo semestre, los alumnos del tercer curso de los grados de Educación Infantil y Educación Primaria realizan el primero de los dos largos períodos de prácticas. Y recalcamos lo de largos períodos porque las prácticas curriculares de MAGISTERIO CEU-UCH están pensadas para que los alumnos puedan realizar una verdadera inmersión en un centro educativo. Estamos hablando de, al menos, cuatro meses en los que se llega -así lo dicen nuestros alumnos- a una integración completa tanto con el grupo en el que se realizan las prácticas como con el equipo humano del centro y con la comunidad educativa.
Sin embargo, no son las prácticas curriculares el primer ni único contacto que a lo largo de los cuatro años del grado, los alumnos tienen con centros educativos. Desde los primeros cursos se llevan a cabo actividades y trabajos prácticos que posibilitan la formación en contextos educativos reales.
Además de ello, hay que destacar la relevancia que están tomando las prácticas voluntarias como un medio formativo de alto valor para cualquier alumno. Efectivamente, los estudiantes, con el apoyo y guía de la Comisión de Prácticas, pueden diseñarse períodos flexibles de prácticas. Esto facilita la conciliación entre los estudios del grado, las prácticas y, en ocasiones, algún que otro esporádico trabajo.
Las posibilidades de las prácticas voluntarias son variadas. Hay quienes las solicitan como forma de conocer un contexto o metodología específicos, los que quieren prolongar las prácticas curriculares o los que quieren vincularlas a los Trabajos Final de Grado e, incluso, los que ven en las prácticas voluntarias una manera de realizar una labor de tipo social.
Como reza el título del post, con el final de curso llega el final de las prácticas, pero ya se ve que no para todos.