El tren de la inocencia que conduce a la sabiduría

Colegio CEU San Pablo de ValenciaSuele decirse que los niños son como esponjas que absorben todo, pero si además tienen interés son capaces de aprender infinidad de cosas, pues bien, ahora mismo soy una niña más en el Colegio CEU San Pablo.

Al empezar el día, hay niños que me chantajean:

  • “ Si quieres que deje de llorar tienes que llamar a mi papá que trabaja en el edifesio ese grande donde hay un astensor, al lado de las ventanas grandes!”

Otros asocian la merienda con la salida para irse a casa, y a las 10:30 AM uno de ellos me dice llorando:

  • ¡Quiero merendaaaar!

Poco a poco el llanto se va calmando, pero continuan con sus exigencias:

  • Mira, que ya no lloro! Llama a a mi mamá y dile que me estoy portando superfenomenal.

El día pasa sin que se den cuenta entre preguntas, canciones, sonrisas, algún que otro llanto, pero sobretodo muchísima inoceEl último de la filancia…

Cuando nos vamos a casa hacemos un tren para salir; pero hay una niña que siempre quiere ir la última porque si la cogen se queja…

  • Estoy acalorada por todo el cuerpo y si me cogen m’agobio.

Un niño estaba castigado a ir el último de la fila y en la clase hay una niña que no quiere ir más que en último lugar. Se produjo el conflicto.

El niño insistía en que tenía que ir el último fuera como fuera porque “las seños son las que más mandan”; y la niña se resistía. Después de un pequeño “debate” la niña encontró la solución:

  • Los dos somos los últimos ¿vale? ¡Tú primero y yo después!
  • ¡Vale!

 El tren de la inocencia solo pasa una vez en la vida, y no podemos permitir que existan niños que se queden sin subir

Ana Sanfrancisco

Alumna del grado de Educación Infantil

de MAGISTERIO CEU-UCH

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