Diversidad y Exclusión social en nuestro entorno más cercano


¿Cual es contexto social en el que los profesionales de la educación van a ejercer su profesión? ¿Cómo influye el momento socioeconómico actual al alumnado que acude a las Aulas?pregunta la profesora Loli Botía a sus alumnos.

Este ha sido el punto de inicio de la conferencia recibida el pasado miércoles en  la asignatura  de Atención a la Diversidad a cargo de Enrique Roma.

Desde la Plataforma contra la Pobreza, la Desigualdad y la Exclusión Social de Alicante, ha tratado de trasladar una visión que conecta el contexto global con la realidad local que viven en la actualidad los barrios de cualquier gran ciudad española.

En la exposición se ha vinculado la preocupación mostrada a nivel mundial por la brecha de diferencia salarial y desigualdad mostrada en las conclusiones del último foro de Davos, con los datos que arroja el Informe sobre Precariedad y Cohesión social publicado por la Fundación Foessa en España. Ambas realidades están vinculadas por un denominador común: la desigualdad. Tanto por el índice AROPE  como por el índice de Gini, se muestra una tendencia exponencial desde el año 2011 en nuestro país, de polarización de la estructura social, donde ganan cada vez más los que más tienen y sufren una situación cada vez más precaria las familias que menos tienen. Se estima que el 20% más rico de la población española posee 95 veces más riqueza neta que el 20% más pobre.

Es en este punto donde se describe la diferencia entre pobreza económica, basada puramente en los ingresos monetarios frente al proceso multifactorial de la Exclusión Social, donde se incluyen junto con los ingresos familiares, aspectos tales como participación social, acceso a la cultura o al ocio, régimen habitacional, derechos de participación política ect. Junto al informe Foessa se aportaron los datos del Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana que apunta que en torno al 32% de la población se encuentra en riesgo de exclusión, afirmando que las medidas de austeridad han determinado un grado severo de pérdida en las condiciones de vida de muchas familias.

En un recorrido fotográfico Enrique Romá fue mostrando la desigualdad de esas condiciones de vida en distintos barrios viendo de forma clara y real como las zonas céntricas, históricas o de fachada litoral ofrecen una imagen y unas condiciones bien distintas a muchas barriadas de la periferia donde no solo aumenta la infravivienda, sino que se corresponden con menores tasas de ocupación, servicios públicos y recursos comunitarios.

Esta mirada local se relaciona con una mirada más amplia a nivel europeo, observándose que son los países periféricos y de la zona sur, las que sufren las peores consecuencias de las políticas económicas restrictivas de los últimos años en la UE. De nuevo en la periferia se concentran las realidades más excluyentes. Esta mirada global deriva en la necesidad de atender la realidad de las personas migrantes y refugiadas que van llegando al territorio europeo y constatar como de forma genérica se está procediendo al cierre de fronteras y expulsión frente a la acogida y asentamiento como política europea.

Tanto la realidad local, como la global fue aterrizada finalmente por su impacto directo en los profesionales de la educación y las aulas. Un alumnado que ha multiplicado sus países de procedencia y por tanto su diversidad lingüística y cultural, así como su diversidad de contexto social y familiar, lo que supone un reto de formación, adaptación y respuesta para los maestros y maestras. Si a este reto le sumamos los recortes en educación, sanidad y servicios sociales, así como los más de 30.000 millones de euros que ha perdido España por la corrupción, entendemos la importante labor que el profesorado juega y va a jugar en nuestro país.

Aceptar que al aula llega el alumnado y su contexto, implica que el profesorado debe conocer los barrios y su realidad. Asumir que la escuela se ha convertido en uno de los agentes sociales de inclusión más importantes en la actualidad implica salir del modelo academicista de años atrás. Y por último entender que un contexto social diferente no será posible con una escuela indiferente, supone colocar a todo el ámbito de la educación no como problema sino como un pilar de la solución.

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