Recordamos el tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) en su Día Mundial

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, más conocida como EPOC, es una patología pulmonar progresiva y potencialmente mortal. El principal causante de esta es la exposición al humo del tabaco tanto en fumadores activos como en pasivos.

La EPOC es incurable, pero el tratamiento puede aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida del paciente y reducir notablemente el mayor riesgo de defunción.

En este post nos centraremos en el tratamiento de la enfermedad. Para ello, debemos distinguir tres estadios diferentes en los que se puede encontrar el paciente una vez diagnosticado con EPOC: leve, moderada y grave. Desde la práctica clínica tendrán como objetivo primordial, en todos los casos, la supresión del tabaco. Además, se recomendará la práctica de actividad física y la administración de la vacuna antigripal.

  • En caso de la EPOC leve, como segundo paso, tendríamos que añadir broncodilatadores de rescate, los denominados SABA (Broncodilatadores de acción corta agonista β2) y SAMA (Broncodilatadores de acción corta anticolinérgicos). De los SABA destacan los principios activos salbutamol y terbutalina y de los SAMA el ipratopio. El tercer paso sería la adición de broncodilatadores de mantenimiento. Es decir, los LABA (broncodilatadores de acción larga agonistas β2), destacando los principios activos formoterol y salmeterol, o LAMA (broncodilatadores de acción larga anticolinérgicos) como tiotropio o glicopirronio. Existen preparaciones que combinan dos principios activos, como indacaterol (LABA) + glicopirronio (LAMA) y vilanterol (LABA) + umeclidinio (LAMA).

En este contexto, cabe recordar los mecanismos de acción de ambos. En primer lugar, la acción de los broncodilatadores agonistas β2 se lleva a cabo estimulando los receptores beta de la vía aérea, lo que ocasiona un incremento del adenosín monofosfato cíclico intracelular (AMPc), que al inhibir la fosforilación de la miosina y reducir el calcio iónico intracelular produce relajación del músculo liso, además de bloquear la broncoconstricción inducida por diferentes estímulos. Además, también [easy-tweet tweet=»Recordamos el tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) en su Día Mundial»]se han descrito la inhibición de la liberación de mediadores por las células inflamatorias, reducción de la permeabilidad vascular e incremento del aclaramiento mucociliar. En cuanto a los fármacos anticolinérgicos, estos bloquean de forma competitiva el efecto de la acetilcolina sobre los receptores de la musculatura lisa del árbol bronquial produciendo broncodilatación.

  • En el estadio moderado, tras haber seguido todos los pasos anteriores, se debe valorar la adición de un corticoide inhalado como la fluticasona o la budesonida. Por último, si esto no es suficiente, se consideraría añadir teofilina. Una metilxantina de estrecho margen terapéutico que se caracteriza, principalmente, por relajar el músculo liso, aumentar la contracción del diafragma y dilatar las arterias pulmonares.
  • En la EPOC grave, tras haber tenido en cuenta todo lo anterior, el paciente deberá someterse a rehabilitación pulmonar, oxigenoterapia y en última instancia, a un trasplante pulmonar.

Este post tiene como finalidad un repaso de la farmacología llevada a cabo en el tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica como también recordar que  concretamente hoy, 16 de noviembre, se celebra el Día Mundial contra esta patología.

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