Día Mundial del Medio Ambiente. Una Sola Tierra

Hoy, 5 de junio, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Este día se celebra desde el 1973 y está organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Su finalidad es concienciar a la población sobre el reto climático al que nos enfrentamos en la actualidad.

Bajo el lema #OnlyOneEarth, se realiza un llamamiento a la sostenibilidad, haciendo hincapié en la necesidad de luchar contra el cambio climático, la pérdida de hábitat de numerosas especies y contra la contaminación contínua del aire.

En este sentido, desde la Cátedra DeCo queremos sumarnos al reto destacando la importancia que presenta para nuestra salud disminuir la contaminación, así como los efectos beneficiosos que presenta la preservación de las reservas naturales.

La importancia de las áreas rurales y de los bosques

Los bosques son un elemento cada vez más escaso en nuestro entorno. En concreto, en nuestra nación podemos encontrar un total de 11.2 millones de hectáreas de estos parajes. Popularmente se asocian los bosques a la salud, pero… ¿realmente sabemos el por qué?

Definición de bosque

Según la Real Academia de la Lengua Española, un bosque es «un sitio poblado de árboles y matas». En ellos, podemos encontrar una gran variedad de fauna y flora, que lleva a quien por ellos camina a un sin fin de sensaciones. Nuestros bosques destacan por la gran variedad de estos, pudiendo encontrar bosques secos en el sur y húmedos al norte.

¿En qué nos benefician los bosques?

Esta gran superficie verde de preciado valor nos brinda los siguientes beneficios:

  • Regulación del clima.
  • Regeneración del aire que respiramos.
  • Preservación de la biodiversidad.

Estos tres apartados son los principales beneficios que podemos obtener del entorno. En concreto, el más beneficioso para nosotros es la constante regeneración del aire, gracias a la eliminación del CO2 y la formación de monoterpenos.

Por todos es sabido que las plantas emplean el CO2 durante la fotosíntesis para dar como resultado la producción de oxígeno. No solo ocurre esta situación, si no que las plantas también generan unos compuestos volátiles llamados monoterpenos. Estas partículas encuentran su concentración máxima entre las 6 y las 8 horas, así como entre las 13 y 15 horas, más concretamente, en los meses de Julio y Agosto. Según la investigación de A. Bach para la Universitat Autònoma de Barcelona, la máxima concentración se encuentra bajo la copa de los árboles.

Estas sustancias han demostrado que presentan numerosas propiedades beneficiosas para la salud entre las que destacan las siguientes:

  • Relajación.
  • Disminución de hormonas del estrés.
  • Propiedades antiinflamatorias.
  • Capacidad neuroprotectora.
  • Propiedades antitumorales.

Evitar la contaminación: Clave para un envejecimiento saludable

Se estima que vivir en un ambiente contaminado puede aumentar hasta un 4% el riesgo de padecer demencia. Del mismo modo, una investigación recientemente publicada por Rodriguez-Loureiro et al. 2022, destaca que vivir en una población con baja contaminación disminuye la mortalidad de pacientes con demencia, observándose este efecto especialmente en individuos con bajos niveles de formación.

Capacidad neuroprotectora

En este sentido, cada vez cobran mayor interés los baños de bosque. Esta práctica consiste en la inmersión en la naturaleza través de paseos silenciosos y tranquilos. Esta actividad no es una excursión, sino una buena forma de estimular la capacidad cognitiva mediante la experiencia sensorial. Es decir, abrimos los 5 sentidos al entorno, estimulando cada uno de ellos. Ello nos brinda la oportunidad de proteger nuestra reserva cognitiva y de mejorar nuestra plasticidad neuronal, protegiéndonos de un posible deterioro.

Además, los baños de bosque nos permiten mejorar ciertos factores de riesgo del deterioro cognitivo. Entre ellos, el movimiento nos ayudará a mejora el perfil lipídico y a la disminución de la tensión arterial, mientras que nos beneficiaremos de un aire libre de contaminación.

Calidad del aire y deterioro cognitivo.

El monóxido de carbono es uno de los principales contaminantes de la atmósfera terrestre. El 80% de las emisiones de este es responsabilidad de los motores de combustión. Sus efectos sobre el organismo, son ampliamente conocidos, al revés que sucede con los daños cognitivos.

Entre estos efectos, podemos encontrar hipertensión, arritmias, isquemia visible en ECG, déficit de memoria, falta de atención y concentración, alteraciones del movimiento y signos de deterioro cognitivo, siendo un claro ejemplo de ello el Parkinson.

Conclusión

La salud y la naturaleza van de la mano, cuando una va bien, la otra también lo hará. Dada esta circunstancia debemos primar el cuidado de la naturaleza y sumergirnos en ella. De ahí que desde la visión neuroprotectora los baños de bosque sean un factor muy importante a tener en cuenta.

¡Nunca es demasiado pronto!

Articulo realizado por Javier Valero Ochando, Alumno Interno del departamento de Farmacología en la UCH-CEU. Revisado y reeditado por Gemma García Lluch, doctoranda en CEINDO y miembro de la Cátedra DeCo.

Bibliografía

  • Rodriguez-Loureiro L, Gadeyne S, Bauwelinck M, Lefebvre W, Vanpoucke C, Casas L. Long-term exposure to residential greenness and neurodegenerative disease mortality among older adults: a 13-year follow-up cohort study. Environ Heal 2022 211 [Internet]. 2022 May 7 [cited 2022 Jun 5];21(1):1–13. Available from: https://ehjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12940-022-00863-x
  • Bach A, Yáñez-Serrano AM, Llusià J, Filella I, Maneja R, Penuelas J. Human Breathable Air in a Mediterranean Forest: Characterization of Monoterpene Concentrations under the Canopy. Int J Environ Res Public Health [Internet]. 2020 Jun 2 [cited 2022 Jun 5];17(12):1–11. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32570891/
  • Téllez JI, Rodríguez Álvaro Fajardo III I Médico M Sc Toxicología Especialista Salud Ocupacional Especialista Farmacodependencia AI. Contaminación por Monóxido de Carbono: un Problema de Salud Ambiental Ensayo/Essay. Rev salud pública. 2006;8(1):108–17.

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