La estancia «non stop» de Pablo en México

“¡A ver si con mi entrevista animamos a más estudiantes para que hagan una estancia internacional!”, nos dice Pablo, estudiante de 5 de Derecho, cuando nos saluda en el edificio de Humanidades. Quedamos para que nos cuente su experiencia en México D.F., donde disfrutó de una Beca Santander durante tres meses. Lo cierto es que no ha parado ni un segundo el tiempo que ha estado allí: “México D.F es una ciudad que tampoco para nunca”. Aquí, desde que llegó, ha tenido tiempo de explicar a sus compañeros lo que ha sido este periodo de aprendizaje “personal y profesional”.

Pablo frente al edificio de Humanidades de la CEU-UCH

Empecemos por lo profesional, ¿qué has podido contarles a tus compañeros?

La estancia allí me permitió acceder a foros empresariales increíbles, con figuras de primer nivel internacional. Esta movilidad me ha permitido abrir el foco. Descubrí, por ejemplo, un Máster de Derecho Medioambiental, que es un campo que México tiene un recorrido infinito. Allí, el 50% del territorio es agrícola, y aunque no es algo muy conocido, el país cuenta con 2.000 microislas. Es un nicho profesional muy atractivo para alguien que, como yo, está volcado en las Relaciones Internacionales.

En la Habana
De excursión en Teotihuacán

 

 

 

 

 

 

Ese título propio de Relaciones Internacionales que estudias aquí te ha llevado a ampliar conocimientos en este campo allí.

Así, es, pude matricularme en una asignatura de Relaciones Internacionales en Arabia. Gracias a ello, pude asistir a charlas y talleres muy interesantes. De esas actividades, la que más me impresionó fue la conferencia de Malala, la activista pakistaní, a la que pude asistir como alumno. Fue impresionante, muy top.

Dejar de lado los prejuicios es la mejor manera de aprender a adaptarte con rapidez

¿Cómo fue la experiencia académica en el Tecnológico de Monterrey?

Uno de los motivos por los que solicité esta beca fue poder conocer métodos de enseñanza diferentes. Debo reconocer que me sorprendió la relación de los profesores con el alumnado, nos trataban como futuros profesionales del Derecho, y eso es algo que te aporta mucha confianza. La exigencia y el control eran altos, no se pueden acumular más de 5 faltas, son muy estrictos en ese sentido. A nivel de infraestructuras, para que te hagas una idea, me costaba más de 20 minutos recorrer de punta a punta el campus. Era impresionante.

Cancún

Y en el plano más personal ¿qué te traes de esta experiencia?

Personalmente, he aprendido a dejar de lado los prejuicios, a tener la mente en blanco a la hora de enfrentarme a nuevas situaciones. Es la mejor manera de adaptarse y de dejarse enriquecer como persona.

El hecho de haber compartido tu estancia con estudiantes de otros países habrá ayudado en ese proceso.

He convivido con austriacos, suecos, coreanos, franceses…todos estábamos fuera de casa. Quieras o no formas una familia nueva, se crea un ambiente muy especial. Llegué con ideas preconcebidas que luego no eran ciertas. Tenemos una imagen de determinados países que no se ajusta a la realidad.

Quién te iba a decir que llueve tanto en México…

¡Parecía Londres! Cuando hablaba con mi familia y se lo contaba ni se lo creían ellos, ni me lo creía yo…

Pero no nos referimos sólo a la lluvia ¿verdad?

Lo del clima es sólo una anécdota. Mucha gente te pregunta por la seguridad del país, por todo lo que nos llega. Y la verdad es que sólo se trata de tener sentido común. Nuestros planes eran en grupo, actividades organizadas por la propia Universidad; evidentemente habrá zonas menos recomendables, pero como puede haberlas en cualquier gran ciudad europea.

¿Volverías a vivir la experiencia?

Volvería a hacerlo como estudiante. Y te diré otra cosa: sé que volveré a México como profesional del Derecho y de las Relaciones Internacionales.

Gracias, Pablo, y buena suerte!!

 

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