El día a día de un abogado

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Los abogados Álvaro Manzana y Beatriz Selva, antiguos alumnos de CEU Cardenal Cadenal Herrera

La semana pasada nos hicieron una visita Beatriz Selva Barceló y Álvaro Manzana Ramiro, ambos abogados y antiguos alumnos de nuestra Facultad, aunque de eso hace ya algún tiempo, y ahora Beatriz y Álvaro cuenta ya con más de 11 años de ejercicio a sus espaldas.

Actualmente trabajan, junto a otros dos socios, en el despacho S14 servicios integrales jurídicos. Álvaro es experto en Derecho Civil y Mercantil, y Beatriz en Derecho de Familia.

El motivo de su visita a nuestras aulas no era ser entrevistados, sino impartir la 3ª sesión de la asignatura Prácticas Integradas a los alumnos de 4º de Derecho, pero no pudimos dejarlos marchar sin hacerles las preguntas de rigor que, a partir de hoy, haremos a muchos profesionales del mundo del Derecho, empezando por la más importante de todas, la que todos los alumnos quieren saber, pero pocos se atreven a preguntar:

¿Cómo es el día a día de un abogado?

-A. M.- La abogacía es estresante, pero es muy bonita, ver que puedes ayudar a la gente legalmente es divertido.

-B. S.- Nosotros estamos casados y tenemos una niña de dos años. Conciliar la vida familiar y laboral en esta profesión no es fácil por los horarios, pero lo compaginamos como podemos. Ser autónomo y no tener un horario fijo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ventajas que es más fácil organizarse que trabajando por cuenta ajena. Inconvenientes: no tienes horario de entrada ni de salida…  

3 aspectos positivos y 3 negativos de vuestra profesión:

-B. S.-

Positivos:

  1. La satisfacción del trabajo bien hecho y una sentencia ganada, o considerar que has ayudado a alguien en vía judicial no tiene precio;
  2. Poder enfrentarte al mundo jurídico y conseguir que se haga justicia;
  3. Disponibilidad de horario: si eres autónomo, eres tu propio jefe.

Negativos:

  1. Yo, por ejemplo, que soy de las personas que se preocupan mucho por los asuntos, como si fueran míos, y hay noches que no duermo, me llevo los problemas a casa;
  2. No siempre se hace justicia;
  3. Siempre estás peleando, con compañeros, con jueces, y, a veces, incluso con tus propios clientes.

-A. M.-

-Positivos:

  1. Al tratarse de una profesión liberal, te organizas como tú quieres;
  2. La satisfacción del trabajo bien hecho y ver el resultado en un Juzgado tiene su recompensa;
  3. Es una profesión tan amplia que convives en ella con mucha gente, haces muchos contactos, y amistades.

Negativos:

  1. La incomprensión del cliente; muchas veces cuando lo has hecho mal que «eres un mal abogado», y cuando lo has hecho bien que «era tu trabajo». Eso suele pasar más a menudo de lo que pensamos.
  2. El tema de los honorarios es complicado. La gente dice que los abogados somos caros. Los clientes también lo discuten, y, a veces, nos quedamos sin cobrar, por el simple hecho de que piensan que nuestro servicio es caro.
  3. Otro aspecto negativo es el estrés; aunque no se deba hacer, muchas veces hacemos nuestro el problema del cliente, y nos lo llevamos a casa. Se pasa mal, pero al fin y al cabo yo veo más puntos positivos que negativos.

¿Con qué os quedáis de la formación que recibisteis en la Universidad CEU-Cardenal Herrera?  

-B. S.- Yo con todo, de hecho cada vez que pueda venir aquí, vendré y lo diré; tengo un recuerdo muy bueno de mis tiempos como estudiante. La formación práctica es muy buena. Me quedo también con que el profesorado pueda estar en contacto con el alumno. El trato es muy cercano y, de hecho, muchos alumnos lo necesitamos; yo por ejemplo lo necesitaba, si tenía una duda no podía ir a casa sin resolverla. Esa cercanía con el profesor para mí es una maravilla. Además, todos los compañeros de nuestra promoción estás muy bien colocados.

Compañeros de otras Universidades cuestionaban que en el CEU nos tuviéramos que estudiar los artículos de memoria, pero yo aún recuerdo de memoria los artículos que estudiaba entonces, y eso me ha dado mucha agilidad de cara a los juicios. No todo el mundo tiene esa agilidad, muchas personas tienen que acudir a los códigos.

-A. M.- Me quedo con la exigencia del CEU. Igual si siguiera estudiando no diría lo mismo, porque es duro, pero cuando sales al mundo laboral, te das cuenta de que esa exigencia y nivel se valora mucho. Una vez estás ejerciendo te encuentras a gente con muchas carencias a nivel formativo, pero la gente que estudia en el CEU sí que tiene una formación jurídica sólida.

También me quedo con el trato que nos daban: en 4º y 5º en algunas clases éramos 10 personas. Eran clases particulares de Derecho, y eso no tiene precio. Además los profesores eran todos profesionales de renombre. 

¿Cómo fue vuestro primer juicio?

-B. S.- Mi primer juicio fue el Juzgado de Moncada. Fui la primera de mis amigos en estrenarme, y vinieron todos a verme (compañeros de la carrera y amigos no juristas), ¿qué hacían todos allí?…una experiencia inolvidable.  

-A. M.- Mi primera actuación en un Juzgado fue relativamente sencilla, era una audiencia previa en rebeldía, una audiencia previa en la que no hay parte contraria, con lo cual fueron apenas 25 segundos, pero 25 segundos en los que estuve temblando y lo pasé mal, aunque después salió todo fenomenal. 

¿Y cómo son los juicios ahora?

-A. M.- Nos siguen temblando las piernas. Ya no por hablar en público, sino porque salga bien, que lo hagas todo bien. Tras 11 años de ejercicio, que en realidad no es nada, nos seguimos preparando muy bien los juicios, pero podemos improvisar algo más

-B. S.- Tienes al cliente allí, los testigos muchas veces son enemigos, y tu propio cliente, muchas veces, también es tu enemigo. Tú les sueles orientar un poco sobre lo que tienen que hacer o decir en el juicio pero la realidad es impredecible. 

-A. M.- Yo ahora recuerdo anécdotas buenas, pero también malas. Es una profesión liberal, pero dentro de los juzgados también hay formalismos, plazos, y exigencias. Siempre recordaré un juicio en el que el abogado de la otra parte llegó 10 minutos tarde. Le dije al Juez que no tenía ningún inconveniente en esperar, pero esta vez el Juez fue puntual, y desestimó la demanda por ello. Nunca se me ha olvidado, y desde entonces no sólo llego puntual, sino que llego al menos con media hora de antelación.

¿Qué recomendaríais a los alumnos que se plantean la posibilidad de ejercer?

-B. S.- Que lo prueben. Tiempo para opositar siempre hay, y luego tampoco sabes si la oposición te va a salir bien o no. Que lo prueben y que no se mueran sin haber probado el ejercicio. Yo quería opositar, pero probé el ejercicio y me encantó.

-A. M.- También, que lo prueben. Es muy divertido, duro pero divertido. Y que estudien mucho.

Empezar, ¿despacho grande o pequeño?

-A. M.- Nosotros empezamos en despachos pequeños, y hemos aprendido mucho porque nos dejaron ir a juicio muy pronto. Los despachos grandes son excelentes, pero para usar como lanzadera, para aprender allí todo lo que puedas. Pero si realmente te gusta la profesión, en mi opinión personal, lo mejor es tirarte a la piscina y montar tu propio despacho.

-B. S.- Cuanto más tarde empiezas a ejercer tú solo, es más difícil, porque cuesta tiempo hacer una buena cartera de clientes.

¿Que consejo daríais a los estudiantes de Derecho?

-B. S.- Que estudien mucho, y que vayan a clase, que aprovechen todos los recursos de la Facultad.

-A. M.- Es fundamental que pierdan el miedo a hablar el público, con exposiciones, exámenes orales, etc.  Te dediques a lo que te dediques en el mundo del Derecho, o para tu vida personal, es fundamental hablar bien en público. Y que sean humildes, que no vayan con el ego crecido.

B. S.No hay mayor orgullo que ganar un juicio con toda la sencillez y humildad del mundo: satisfacción máxima.

¡Muchas gracias por compartir con nosotros vuestro día a día!

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