Un amigo nos contaba que un destacado investigador lanzaba esa pregunta en las discusiones para valorar la repercusión del trabajo de otros investigadores. Unas líneas de este libro recogen nuestro trabajo.
Muchos de vosotros conoceréis el libro Miller’s Anatomy of the Dog [1] porque lo habéis utilizado para estudiar la anatomía del perro o lo usáis como libro de consulta para dudas sobre la morfología canina. La editorial Elsevier acaba de publicar la 4ª edición, cuyos autores son Howard Evans y Alexander de Lahunta, destacados profesores de la Universidad de Cornell (USA). Esta nueva edición, en comparación con la tercera, muestra figuras renovadas y se ha actualizado con datos recientes. Ya desde la publicación de su primera edición, en 1964, el “Miller” es considerado como el libro de referencia en la anatomía canina. Pues bien, este comentario es para deciros que en esta última edición se recogen algunas de las investigaciones realizadas por nuestro grupo de anatomía veterinaria de la CEU UCH. El trabajo ahora referenciado en el “Miller” lo publicamos hace unos años en The Veterinary Journal [2] y consistió en una descripción de las variaciones anatómicas de la vascularización superficial de la extremidad torácica del perro, en concreto, de las venas cefálica, omobraquial y axilobraquial. El trabajo lo realizamos entre Olga Gómez, Mabel Giner y José Terrado. La descripción de las diferencias vasculares que recoge el libro es una de las variaciones y anomalías anatómicas que hemos encontrado en diferentes perros en las prácticas de disección de primero de veterinaria, a cuyos alumnos agradecemos desde aquí su colaboración. En algunos casos fueron los alumnos mismos los que nos avisaron de que veían algo “raro” en algún animal. Como resumen de los hallazgos más destacados en las disecciones de estos años, además de las citadas variaciones vasculares, nosotros hemos referido por primera vez la ausencia unilateral del músculo tirohioideo y variaciones de la inserción de los músculos esplenio y esternotiroideo. Estos trabajos se han publicado en The Veterinary Journal [3, 4] y en The Open Anatomy Journal [5]. No deja de ser curioso que un gran número de “desviaciones” sobre la anatomía “normal” se encuentren en la zona del cuello, pero ya el propio Miller en 1959 describió distintas variaciones en las inserciones de los músculos hioideos y explicó estas diferencias en relación a la historia evolutiva de las especies [6]. Pero esa será otra historia.
En definitiva, y volviendo sobre el título de este comentario, la cita de nuestro trabajo sobre las venas superficiales en un libro del relieve del Miller nos alegra porque supone un reconocimiento nuestra labor. Ahora nosotros podemos decir que unas líneas del Miller están escritas gracias a nosotros.
[1] Evans, HE, de Lahunta A (2012) Miller’s Anatomy of the Dog. 4th Ed. Elsevier.
[2] Gómez O, Giner M, Terrado J. (2007) Anatomical variations in the cephalic and omobrachial veins in the dog. Vet. J. 174:407-409.
[3] Terrado J, Ortega J.(2002) Unilateral agenesis of the thyrohyoid muscle in a dog. Vet. J. 164156-158.
[4] Terrado J, Giner M, Gómez O. (2005) Anomalous insertion of the splenius muscle in a dog. Vet. J. 170: 375-376.
[5] Giner MI, Ballester-Lurbe B, Gomez O, Terrado J (2009) Anomaly of the Sternothyroideus Muscle Insertion in a Dog. The Open Anatomy Journal, 1: 11-12.
[6] Evans HE. (1959) Hyoid muscle anomalies in the dog (Canis familiaris). Anat Rec 133: 145-62.