El horizonte de la Sostenibilidad: hacia una nueva realidad

Santiago Vega García es Catedrático de Sanidad Animal de la Universidad CEU UCH. Con él hemos charlado sobre producción animal, pastoreo, resistencia a los antibióticos… Pero, sobre todo, Santiago nos invita a reflexionar sobre la importancia de la Sostenibilidad y la igualdad entre regiones. La «nueva normalidad» que muchos de nosotros ansiamos ver llegar supone una oportunidad para vivir en armonía con la Naturaleza y cuidar de nuestro planeta. Aprovecharla depende de nosotros.

Santiago Vega García, Catedrático de Sanidad Animal de la Universidad CEU UCH

Parece que en los últimos tiempos se está demonizando la producción ganadera por el gas metano que producen los rumiantes como las vacas, por ejemplo. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?

Para contestarte, te invito a que hagas conmigo una pequeña reflexión. Durante los meses en los que estuvimos confinados, las vacas seguían estando ahí, en el campo, al igual que el resto de las producciones animales. Sin embargo, bajamos a niveles históricos en el acumulo de gases de efecto invernadero, sobre todo en las ciudades. Así que, quizá el problema no es sólo la ganadería, sino también los coches, los aviones, las industrias

Por otra parte, durante el confinamiento cambiaron algunos hábitos y se potenciaron otros, como las compras on line. Según los datos aportados por la propia compañía, la huella de carbono de Amazon en 2018 fue de 44.4 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Esta tasa es mayor que la de nueve de los 27 países de la Unión Europea. Yo creo que esto nos da una pista bastante clara de dónde está uno de los principales focos de la contaminación de nuestro planeta.

El incremento de la población mundial en los próximos años supone también el reto de un aumento en la producción de proteínas.

Somos aproximadamente 8.000 millones de personas en el planeta. En 2050, según estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), seremos unos 10. 000. Esto significa que tenemos que incrementar la producción de proteínas en más de un 70% para alimentar a esa nueva población. Si estigmatizamos las producciones ganaderas injustamente y las rechazamos, de aquí a treinta años no va a haber forma de alimentar a la población mundial. Es cierto que el origen de las proteínas también puede ser vegetal, pero entonces, ¿cuántos bosques habría que talar para generar las extensiones de terreno necesarias para sembrar maíz, soja…?

«Si estigmatizamos las producciones ganaderas injustamente y las rechazamos, de aquí a treinta años no va a haber forma de alimentar a la población mundial»

La crisis del COVID-19 ha puesto en evidencia las consecuencias de la pérdida de la biodiversidad y lo mucho que los humanos necesitamos a la Naturaleza.

El 99% de las pandemias que ha vivido el hombre a lo largo de su historia han tenido lugar durante el siglo XX y principios del XXI, y un gran número han tenido su origen en los virus. Los virus que las han provocado no son nuevos, llevan habitando el planeta mucho más tiempo que nosotros. Las primeras descripciones de virus datan de hace aproximadamente unos 300 millones de años, y sin embargo el homo sapiens lleva “tan solo” entre 800.000 y 100.000 años. Lo que ocurre es que ahora estamos rompiendo las barreras de la biodiversidad, que eran como los diques de una presa que contenían la salida de estos virus y otros agentes patógenos.

Resquebrajamos la barrera de la biodiversidad cuando interaccionamos con animales con los que no nos relacionábamos antes, cuando consumimos especies silvestres, cuando talamos árboles…Puede que el origen del coronavirus fuera un murciélago, pero fue la actividad humana la que invadió su hábitat y lo soltó.

«Estamos rompiendo las barreras de la biodiversidad que eran como los diques de una presa que contenían la salida de estos virus»

Vivimos un momento crítico y, de alguna forma, este Coronavirus nos ha dado un toque de atención. Ha parado el mundo y nos ha colocado en la casilla de salida. Quizá deberíamos ver esta situación como una oportunidad de empezar de nuevo. Si somos listos, no repetiremos los errores. En estos momentos se ha declarado el estado de emergencia climático. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), si no cambiamos la dinámica, en pocos años el deterioro del planeta será irreversible.

¿Puede el Planeta reponer sus recursos al mismo ritmo que los consumimos?

En palabras de Harrison Ford, “el hombre necesita a la Naturaleza, pero la Naturaleza no necesita al hombre”. Por ello necesitamos vivir en equilibrio con la naturaleza. Estamos sufriendo una pandemia mundial que ha sido provocada por la realidad que teníamos. Y estamos todos deseando volver a “la normalidad”, pero es que ese fue el desencadenante de esta situación. Así que habrá que volver a “otra normalidad”. Hay que empezar a plantearse que no podemos vivir como ricos, los recursos naturales no son ilimitados, y nuestro planeta no puede reponerlos al ritmo que los consumimos actualmente.

«Vivimos un momento crítico y, de alguna forma, este coronavirus nos ha dado un toque de atención»

Conceptos como One Health (una única salud) son básicos para afrontar la “nueva normalidad” que necesitamos. Las personas, los animales y el medio ambiente son como las tres patas de una mesa, si una falla, la mesa se tambalea. Y esto es porque vivimos juntos y nos relacionamos de una forma muy estrecha.

¿Qué importancia tiene la Sostenibilidad en toda la situación que estamos viviendo?

La sostenibilidad aboga por la reducción de las desigualdades entre las diferentes regiones del planeta. La Comisión Brundtland, por encargo de la ONU, definió en 1987 el desarrollo sostenible o sostenibilidad como: “El desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades”.

«Tenemos un solo planeta, ¡cuidémoslo!»

Y lo creamos o no, eso es algo que nos afecta a todos. Por ejemplo, la vacuna contra la COVID-19 posiblemente no llegará a muchos países de África, América del Sur, Asia… De esta forma, aunque el virus se deje de propagar en el Primer Mundo, seguirá estando en el planeta. Se extenderá entre los habitantes del Tercer Mundo, cambiará, mutará y volverá como un virus nuevo a los lugares donde ya se vacunó a la población. La igualdad entre regiones, la sostenibilidad, es básica.

La resistencia a los antibióticos es otro de los grandes retos a los que nos enfrentaremos próximamente ¿Cómo hemos llegado a este punto?

El uso de antibióticos en Veterinaria representaba el 73% del consumo total a nivel mundial. Antaño, su uso no se empleaba solo para curar, sino para prevenir la aparición de enfermedades. Se suministraban dosis por debajo de las terapéuticas, y la consecuencia de esta práctica era que se generaba resistencia a estos antibióticos y cuando los queríamos emplear para curar, ya no funcionaban.

El uso de la colistina en la producción porcina se ha reducido considerablemente en los últimos años.

En los últimos años, en el Primer Mundo, el uso de antibióticos en la producción animal se ha reducido considerablemente. La colistina, por ejemplo, que ha pasado a ser considerado como un antibiótico de último recurso en la medicina humana estando su uso restringido al ámbito hospitalario, ha visto cómo se reducía su consumo en España en un 97,18 % en la producción porcina (2015-2018). En la avicultura de carne también se ha reducido el uso de antibióticos casi en un 70%.

«En el año 2050, si no reducimos el uso de los antibióticos, se pueden morir 10 millones de personas al año por la resistencia a los antimicrobianos»

Sin embargo, en los países pobres, la realidad es diferente. Ellos necesitan producir proteínas, y la forma más barata de hacerlo es con el uso de antibióticos. Así que es en estas zonas más pobres de África, Asia… donde más resistencia a los antibióticos se está generando actualmente.

En este tema, de nuevo la sostenibilidad y, por tanto, la igualdad entre las regiones, es de vital importancia. En el año 2050, si no reducimos el uso de los antibióticos, se pueden morir 10 millones de personas al año por la resistencia a los antimicrobianos. Esto supone más mortalidad que la provocada por el cáncer, los accidentes de tráfico…

¿Qué efecto tiene el pastoreo en el cambio climático?

Antes, cuando se pastoreaba, los rebaños se alimentaban de los pastos que encontraban por el suelo. Se comían los arbustos en estos pastizales y de esta forma, los mantenían limpios. Lo mismo pasaba con la gente de los pueblos que se abastecían de lo que encontraban en la naturaleza para encender el fuego de sus hogares.

«El pastoreo reduce las posibilidades de que los bosques se quemen»

Lo que ocurre ahora es que todos tenemos gas o luz en nuestras casas, se ha reducido de forma considerable el pastoreo… esto hace que haya mucha maleza en los montes, y que aumenten los potenciales focos ignífugos. Por eso cuando salta una chispita, se prende todo con facilidad. El pastoreo reduce las posibilidades de que los bosques se quemen. Es una parte muy importante de la conservación de los bosques y de la preservación de la biodiversidad para prevenir incendios.

Lugares como el Amazonas o el Congo son considerados «los pulmones» de nuestro planeta

¿En qué sentido necesitamos los bosques?

Cada año 7 millones de personas mueren por enfermedades respiratorias derivadas de la contaminación de las ciudades. Por eso es tan importante preservar la calidad de ese aire que respiramos. Si el planeta fuera un cuerpo, los bosques húmedos –lugares como el Amazonas o la cuenca hidrográfica del Congo– serían sus pulmones. Con la fotosíntesis, los bosques incorporan el carbono como biomasa retirando de la atmósfera el CO2 purificando el aire que respiramos. Cuidarlos es esencial porque la capacidad de los bosques de retener dióxido de carbono se ha superado.

Gonzalo Giner, en su libro “La bruma verde” narra que en la cuenca del Congo, el segundo bosque tropical más grande del mundo después del Amazonas, países como China explotan una superficie equivalente a 2,5 veces la península Ibérica.  Allí talan árboles de forma ilegal para aprovechar después estas superficies como suelo de cultivo. Al hacer esto, se está dañando gravemente uno de los «pulmones» de nuestro planeta.

«Si el planeta fuera un cuerpo, los bosques húmedos –lugares como el Amazonas o la cuenca hidrográfica del Congo– serían sus pulmones»

¿Crees que es necesario un cambio de nuestro modelo alimentario para luchar contra el cambio climático?

Tenemos que ajustar las raciones a nuestras necesidades. Y nuestras necesidades no pasan por malgastar alimentos, que es lo que estamos haciendo. El derroche de comida implica que estamos produciendo más alimentos de los que necesitamos y, por tanto, estamos contaminando más. Así que, si podemos ajustar nuestra dieta a lo que verdaderamente necesitamos, estaremos haciéndolo mejor en lo relativo al cambio climático.

El crecimiento poblacional en nuestro planeta genera nuevos retos en la producción y el abastecimiento sostenible de los recursos

Y también estaremos acabando con el hambre en el mundo. Quizás no sepas que el 45% de las frutas y vegetales que se cosechan en todo el mundo se desperdician, sería el equivalente a algo así como 3700 millones de manzanas. También se desperdicia el 30% de los cereales, o 763.000 millones de cajas de pasta, y de los 263 millones de toneladas de carne que se producen mundialmente cada año, se pierde el 20%, lo que equivale a 75 millones de vacas. ¿A que es impresionante?

«Si podemos ajustar nuestra dieta a lo que verdaderamente necesitamos, estaremos haciéndolo mejor en lo relativo al cambio climático»

En total, según cifras de la FAO, se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida producida para el consumo humano, lo que representa un tercio del total.

El desperdicio ocurre en todos los procesos de producción, cultivo, procesado, distribución y consumo. Es decir, tanto los agricultores, como las compañías, los restaurantes, así como los consumidores, tienen responsabilidad en la cantidad exorbitante de comida que se tira. Y todo esto está pasando mientras que 821 millones de personas padecen hambre en el mundo. Te lo pongo más fácil, una de cada nueve personas sufre de inseguridad alimentaria, y, sin embargo, se producen alimentos más que suficientes para todos.

Y ya para finalizar, ¿qué grandes retos relacionados con la Sostenibilidad tenemos por delante?

Dr. Santiago Vega García

Uno de los principales retos a los que nos vamos a enfrentar es el incremento de la población que tendrá lugar en los próximos años. Hemos de plantearnos cómo vamos a alimentar a esas personas.

Otro frente importante es la necesidad de investigar y de innovar para encontrar soluciones sostenibles, que no deterioren más el planeta.

Y, por último, aunque no menos importante: la necesidad de comunicar, de hacer llegar todo esto a la gente. El concepto One Health se tiene que extender y ahí juegan un papel muy importante los periodistas y los medios de comunicación. Hay que comunicar para convencer.

«Convencer es clave para el cambio que nuestro planeta necesita»

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