El baúl de los recuerdos felices

Gloria Almiñana Rosalén  de prácticas en CRA Benavites-Quart

A los pocos días de haber empezado mis prácticas en el CRA Benavites-Quart de les Valls, fuimos a ver la obra de teatro “Little Read Riding Hood” al auditorio municipal de una localidad colindante. Qué grata sorpresa me llevé al ver que sus actores y actrices eran alumnos de secundaria de un instituto de dicha localidad. No sólo su inglés era impecable sino, también, su manera de actuar, tan descarada y alegre que hicieron que pasáramos un rato muy muy divertido disfrutando al máximo de esta versión tan original de Caperucita Roja.

Esa misma semana celebramos Carnaval, coincidiendo con mi estancia en la clase de 3 añitos.  Previamente las familias habían acudido al cole para ir haciendo los disfraces, no sólo para los peques ya que, además, hicieron el de mi tutora y el mío. Llego el día. A las cuatro de la tarde el aula se llenó de mamás y papás y, en cuestión de minutos, ya nos habíamos convertido en “lleons i lleones”.  A simple vista puede parecer la típica fiesta, pero no fue así. Acompañados por una charanga todo el centro, familias y amigos recorrimos las calles del pueblo llenándolas de confeti ante la mirada de aquellos que salían al balcón para mirarnos pasar. Y para combatir el frío terminamos en el patio del colegio disfrutando de un chocolate bien calentito.

Otra tarde, esta vez con “Les Girafes” (5 año  s), tocaba hacer rincones. En uno de ellos tenían que hacer figuras con un material de aspecto similar a los gusanitos comestibles y moldeable como la plastilina. Me pidieron que me sentará a jugar con ellas y, como no había visto nunca este material, tenían que enseñarme qué es lo que hacían ¡vamos que se convirtieron en mis maestras particulares! El momento más divertido vino cuando vi que mojándolo se quedaba pegado en el cartón ya que, tal cual una niña, lo puse boca abajo y con cara de incredulidad solté: ¡Anda, mira! ¡Si no se cae! ¡Cómo molan estos gusanitos! Las pequeñas comenzaron a reírse y yo con ellas. De repente dice una: ¡Cuántas cosas tenéis que aprender los adultos! Inevitablemente tuve que darle un achuchón…

Como cada mañana estaba aparcando en el descampado que hay enfrente del cole. Pasa una mujer con su perro y me dice buenos días. Se los devuelvo y cierro el coche. Cuando me voy a ir sucede esto…

Mujer: Perdona ¿eres Lourdes?

Yo: No, soy Gloria

Mujer: Es que mi hijo dice que tienes un pelo muy bonito

Yo: ¿Cómo se llama?

Mujer: Se llama N.

Yo: No me suena, irá a primaria ¿no?

Mujer: Si, a la clase de B.

Yo: Ya está claro, estoy haciendo las prácticas en infantil ¡igual no soy yo!

Mujer: No, no, eres tú seguro. Se habrá confundido de nombre. Casi todos los días me dice lo guapa que eres. Tiene autismo y bueno, ya sabes.

Yo: Jolín ¡agradecida de que me lo haya contado! Hoy mismo paso a conocerlo.

Mujer: Le hará ilusión porque lo tienes enamorado

Yo: ¡Pero que bonico! Qué sepa que me ha alegrado infinitamente el día

Evidentemente no tardé en ir a conocerle y, sin lugar a duda, ¡es él quien me ha enamorado a mí!

Después de esta anécdota entrañable a la par que emotiva, volvemos a la clase de 3 años. Entre muchas de las cosas que están haciendo con motivo de las fallas, los peques tenían que poner gomets en una hoja grande y con ceras hacer rayitas simulando los fuegos artificiales característico s de los castillos que se dan en estas fechas. Uno de los niños me dice: Gloria ¿cómo se hace? Entonces cojo una cera y empiezo a hacer rayas en uno de los gomets acompañando cada una con el sonido “fiu”. Me levanto para beber agua y cuando vuelvo al rincón oigo: “fiu-fiu-fiu” Todos los que estaban haciendo la actividad, a cada raya que dibujaban, hacían el sonido ¡es que son tan adorables!

Durante mi semana en la clase de 4 años, para la sesión de música, preparé varios juegos. Estos consistían en dos canciones de cosecha propia, ritmo y melodía incluida, sobre un león que se había perdido en la selva y unos piratas que viajaban a África para que los niños, además de cantar, imitaran lo que yo hacía. Pues bien, a la hora del patio ahí estaban algunos de ellos cantando y bailando una de las canciones ¡qué ilusión más grande! Espero que cuando las haga en la clase de 3 y de 5 añitos el resultado sea el mismo porque es de lo más gratificante.

Y mañana nos vamos de excursión ¡seguro que el baúl se llena de más recuerdos bonitos!

Gloria Almiñana Rosalén

4º de Educación Infantil  MAGISTERIO INFANTIL UCH CEU

 

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