Un gran amigo del Departamento, nombrado canónigo de la Catedral

Nuestro apreciado amigo José Francisco Castelló Colomer es uno de los nuevos canónigos de la Catedral de Valencia que han tomado posesión de su cargo este fin de semana, en un solemne acto presidido por el arzobispo de Valencia, monseñor Antonio Cañizares.

José Francisco es desde hace varios años el capellán mayor de la universidad, de ahí que sea «el Páter» el apelativo cariñoso, al tiempo que respetuoso, con el que le llamamos muchos de sus correligionarios en el Departamento de Fisioterapia de la Universidad CEU Cardenal Herrera, donde caló muy hondo en nuestros corazones, pues no en vano podemos presumir de que los «fisios» estamos entre los mayores amigos que tiene en la CEU-UCH, ya que hemos compartido innumerables comidas, cafés, coloquios y tertulias culturales, incluso tras compaginar su presencia en el CEU para continuar su labor pastoral con sus feligreses del valenciano barrio de Ruzafa.

Además, nuestro querido protagonista fue previamente nombrado canciller secretario del Arzobispado de Valencia en 2016. Pero por otra parte no debemos olvidar que José Francisco Castelló es todo un erudito, un doctor en teología que además es políglota y acarrea en su enorme acerbo cultural publicaciones como «Introducción al Protocolo Eclesiástico», así como haber participado muy activamente en los coloquios del ciclo denominado «Dies Academicus, impulsado precisamente desde el servicio pastoral que ha venido dirigiendo en nuestra universidad.

Pero, sobre todo, el páter es una excelente persona, amigo y compañero nuestro. Por eso acudimos a felicitarlo en un día tan importante para él. Y ahí estuvieron, junto con nuestra rectora Rosa Visiedo, los compañeros Pedro Rosado, Vicent Benavent, Javier Montañez, Carmen Puerto y Katia Esteve.

Quien suscribe estas líneas, así como otros muchos compañeros, no pudimos acudir expresamente, pero llevamos muy presente siempre (con permiso de Jesús, nuestro nuevo capellán de la UCH, al que auguramos una feliz estancia entre nosotros) a José Francisco, cuyos nuevos derroteros por tan insigne institución le dan un plus de encanto a la sede del Santo Cáliz.

Ten por seguro, páter, que a partir de ahora frecuentaremos más si cabe la bella Catedral de Valencia.

¡Enhorabuena, José Vicente!